viernes, 28 de marzo de 2008

Atlantic City 1964: el desafío del MFDP

















El Presidente Lyndon Johnson se disponía a afrontar la Convención Nacional Demócrata de 1964 a salvo de cualquier problema y sin rivales. La cita se celebraría entre los días 24 y 27 de agosto en Atlantic City, New Jersey. La Casa Blanca lo había preparado todo a conciencia para que los cuatro días de Convención se convirtieran en un emotivo homenaje al Presidente Kennedy -asesinado sólo nueve meses antes-, y en una celebración optimista de los éxitos legislativos del Presidente Johnson. Lo que no esperaban los hombres de Johnson era que la celebración por los avances en materia de derechos civiles se convirtiera en una salvaje lucha sobre el incómodo asunto del racismo dentro del propio Partido Demócrata.

El problema se concentraría en la delegación de Mississippi. El Partido Demócrata de Mississippi, al igual que la mayoría de comités demócratas en todo el Sur Profundo, era en 1964 una organización comprometida con las políticas segregacionistas y la supremacía blanca. Los dos Senadores del estado, James Eastland y John Stennis, así como toda su delegación en la Cámara de Representantes, eran los mandamases de la inmobilista organización demócrata estatal, entéramente blanca. Esta circunstancia había desencadenado en los años previos la acción independiente de los afroamericanos y algunos blancos favorables a la integración. Lo que llevó en 1964 a varios líderes negros a la fundación del Partido Demócrata de la Libertad de Mississippi (MFDP), una versión alternativa al partido oficial.

Cuando los oficiales encargados de la maquinaria electoral del estado de Mississippi negaron la legitimidad de los candidatos del MFDP, estos celebraron sus propias elecciones primarias, seleccionando una delegación alternativa para la Convención Nacional Demócrata. Su presencia en el Convention Center de Atlantic City sería muy inoportuna para los planes Johnson, al amenazar seriamente la imagen de unidad que se quería proyectar al público estadounidense. Muchos notorios demócratas de Mississippi ya estaban haciendo campaña en favor del candidato republicano Barry Goldwater, y las delegaciones demócratas de otros estados sureños ya habían amenazado con abandonar sus asientos en la Convención si la delegación oficial de Mississippi era sustiuída por la delegación del MFDP.

Los hombres del Presidente no pudieron prevenir que los delegados del MFDP presentaran sus alegaciones ante el Comité de Credenciales de la Convención. Fannie Lou Hamer, una de las más activas líderes del grupo, fue la encargada de testificar con un apasionado discurso ante el comité. La Casa Blanca convocó una inesperada rueda de prensa del Presidente Johnson a esa misma hora, para desviar la atención y evitar que las palabras de Hamer fueran emitidas en las televisiones nacionales. Pero no logró evitar que las grandes cadenas emitieran el testimonio de forma íntegra en sus noticieros de la tarde-noche.

"Todo esto viene a cuenta de que queremos registrarnos para ser ciudadanos de primera clase, y si el Partido Demócrata de la Libertad no es sentado ahora en la Convención, yo pregunto a América. ¿Es esto América? ¿La tierra de los libres y el hogar de los bravos donde tenemos que dormir con nuestros teléfonos descolgados porque nuestras vidas son amenazadas a diario porque queremos vivir como seres humanos decentes? ¿En América?", dijo Fannie Lou Hamer con la mirada fija en las cámaras de televisión que la estaban grabando.

Con miedo a que la cosa pasara a mayores, el Presidente Johnson, que no tenía previstó aterrizar en Atlantic City hasta el último día, ordenó a J. Edgar Hoover -director del FBI- que sometiera a vigilancia a los militantes del MFDP, y nombró a un grupo de negociadores encabezado por el Senador Hubert Humphrey, de Minnesota, y el sindicalista Walter Reuther, sus dos enlaces de confianza con el sector más liberal del partido. Dos hombres respetados por el movimiento de derechos civiles. Su misión sería buscar un compromiso con el MFDP que no cabreara a la delegación oficial de MIssissippi, ni a otras delegaciones del Sur.

La oferta era ofrecerles sólo dos asientos en la Convención a cambio de una serie de concesiones, y asegurarles que el plan contaba con el apoyo de Martin Luther King y el Southern Christian Leadership Conference. El Senador Humphrey llegó a decirles que su inclusión en el ticket como running-mate de Johnson estaba en juego en el éxito de esa misión que el Presidente le había encomendado, en la confianza de que, efectivamente, él era una opción que gustaba a los afroamericanos. La hiperactiva Fannie Lou Hamer le respondió aparentemente enfadada con su habitual lenguaje.

"¿Quieres decirme que tu posición es más importante que la vida de 400,000 personas negras? Senador Humphrey, yo conozco a un montón de gente en Mississippi que han perdido sus empleos tratando de registrarse para votar. Yo tuve que dejar la plantación en la que trabajaba en el condado de Sunflower, Mississippi. Ahora, si tu pierdes ese empleo de Vicepresidente por hacer lo correcto, por ayudar al MFDP, todo estará bien. Dios se ocupará de ti. Pero si logras la nominación de esta manera, no serás capaz nunca de hacer nada bueno por los derechos civiles, por la gente pobre, por la paz, o ninguna de esas cosas de las que hablas. Senador Humphrey, voy a rezar a Jesús por ti."

Las rondas de negociaciones continuaron sin Hamer, pero no fue posible el acuerdo. El MFDP rechazó cualquier compromiso que se preocupara más de no molestar a la delegación blanca, que de hacer avanzar sus causas. Aaron Henry, otro de los líderes del grupo, fue el encargado de anunciar la ruptura de las negociaciones en estos términos:

"Lyndon cometió el típico error del hombre blanco: no sólo dijo 'tendréis dos asientos', lo que era demasiado poco, sino que nos dijo para quién irían esos dos asientos. Uno para mí, y otro para Ed King. Pero no se dio cuenta de que 64 de nosotros vinimos desde Mississippi en un autobus de Greyhound, comiendo queso y galletas saladas durante todo el camino. Llegamos a Atlantic City. Nos hospedamos en un pequeño hotel, tres o cuatro de nosotros en una sóla cama, cuatro o cinco en el suelo. Sufrimos una experiencia común. Pero ahora, qué clase de loco seríamos yo o Ed, si aceptamos propinas sólo para nosotros? Decis, Ed y Aaron pueden entrar pero los otros 62 no pueden. Esto es tipico de hombres blancos que eligen líderes entre la gente negra, y ese día ya pasó."

El MFDP mantuvo su nivel de agitación en la Convención, a pesar de habérsele negado reconocimiento oficial a su delegación. Cuando toda la delegación oficial de Mississippi, salvo tres miembros, abandonó el centro de convenciones por su negativa a jurar lealtad al partido, el MFDP tomó prestado pases para hacer entrar a sus delegados a sentarse en la delegación de Mississippi. Pero cuando volvieron al día siguiente sus asientos ya no estaban allí, habían sido extraídos por el Comité Nacional Demócrata. Los obstinados delegados del MFDP permanecieron el resto del día en el centro de convenciones cantando canciones de negros.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente relato, Cormac.

Anónimo dijo...

¿Tuvo vínculos el partido demócrta con el Ku klux klan? Cormac.

Antxon G. dijo...

El Ku Klux Klan era el brazo armado del Partido Demócrata en los estados del Sur. El Klan controlaba la mayoría de gobiernos y legislaturas estatales en lsoe stados del Sur. Especialmente el priemro (1865-1871) y el segundo (1915-1930s).

La semana que viene escribiré sobre una Convención Demócrata en la que el Klan tuvo una participación activa.

Anónimo dijo...

Una mina...este blog es una mina.

Anónimo dijo...

que presencia tiene hoy el klan en la sociedad?

Anónimo dijo...

El Sur lo perdieron los democratas en las elecciones del 64 a pesar de arrasar en el resto del país. Creo que desde entonces ha sido republicano.

Siempre me ha parecido sorprendente como un partido con grandes dosis de racismo en el Sur haya pasado a ser el defensor de la acción afirmativa en todo el país. Lo normal es que hubiera sido el partido republicano.

José Luis

Antxon G. dijo...

No, en el Sur siguieron dominando los demócratas hasta casi los años 90, me refiero en elección de Gobernadores, no en presidenciales. En las presidenciales hay que votar a demócratas de fuera de tu estado, eso es diferente que elegir a un demócrata de tu estado para Gobernador.

El Klan ya no tiene ninguna influencia.

Anónimo dijo...

¿es ahora algo residual?

Anónimo dijo...

El anterior he sido yo. Cormac.

Anónimo dijo...

¿Por qué se llama Nuevo Sur al liberal no secesionista y a la vez al nuevo conservador que vota republicano? Cormac

Antxon G. dijo...

El término 'Nuevo Sur' se ha utilizado largamente para describir diferentes visioens del Sur a lo alrgo de los años.

A día de hoy yo diría que esa denominaicón básicamente respodne a factores cronológicos y eocnómicos.

Hablamos de un nuevo Sur, que si bien es conservador y mantiene su independencia (o lejanía) respecto a Washington y la otra América, ha erradicado el autoritarismo en las costumbres y ha abrazado de forma oficial la cultura de la tolerancia.

Por otra parte, es Nuevo Sur por la transformaicón económica vivida en las últimas décadas que lo ha convertido en una región más dinámica y moderna. Especialmente a partir de los años 80, la actividad económica se desplaza de ciudades industriales del norte o el Medio Oeste, como Pittsburgh, Detroit o Cleveland, hacia ciudades del Sur como Atlanta, Charlotte, Dallas, etc. Por ejemplo las grandes marcas extranjeras de automóbiles, asentaron sus plantas y fábricas en lugares como Carolina del Sur o Alabama, estados con una legislación menos amigable para los sindicatos que los grandes estados industriales del Norte.

Atlanta es la capital del Nuevo Sur, sede de la CNN, sede de la Coca-Cola, sede de Delta Airlines, etc. O el Bank of America, muchos pensarán que debe tener su sede en NY, pues no, lo tiene en Charlotte, capital de Carolina del Norte.

Respecto al tema político, muchos se sorprenden al ver que en lso años 60, en los 70, y aún en los 80, en los estados del Sur Profundo los demócratas seguían ganado todas las elecciones locales, al tiempo que el partido a nivel nacional mantenía posturas hostiles a la tradición sureña. Eso hay que entenderlo en la lógica desconfianza que el Partido Republciano generaba entre los más viejos del lugar. No hay que olvidar que el GOP fue en las conciencias de los blancos sureños el partido que arruinó al Sur después de la Guerra Civil. Recordar lo que decía Sam Rayburn todavía a mediados del Siglo XX de los republcianos: "el partido que envió piratas yanquis al abatido Sur con sable y espada para aplastar a la civilización blanca." Lógicamente, según han idod esapareciendo las generacioens más viejas, fieles al Partido Demócrata en elecciones locales, el Partido Republciano ha ido ha ganando terreno como representante de los conservadores de generacioens más recientes en el Sur.