Los californianos andan alucinados estos días. Sólo los más viejos del lugar recuerdan que su primaria hubiera sido alguna vez competitiva. Este año será la primera vez en más de una generación que el voto de los californianos tendrá un peso real en el proceso de nominación de los partidos. Durante los últimos 36 años -hablamos de ocho elecciones presidenciales-, su cita con las urnas llegaba cuando todo el pescado había sido vendido. Pocos recuerdan ya que fue el estado de California la que dio el empujón que permitió a George McGovern hacerse con la nominación demócrata en 1972, o la que permitiró a Ronald Reagan mantener con vida su desafío a Gerald Ford en 1976. Para la mayoría de los participantes en la votación de este año, eso es prehistoria o un episodio de su infancia. Para ellos el único papel fndamental de California en el proceso de primarias ha sido el económico, como escenario de grandes recaudaciones de fondos.
Este año será juez de la disputa electoral. Entre los demócratas la batalla se intensifica. Con Nueva York en su saco, la Senadora Hillary Clinton sabe de la importancia de sumar una victoria en el otro gran estado, y allí está destinando la mayor parte de sus esfuerzos. Ayer hizo una aparición estelar en la Universidad de California, en Los Angeles, al son de 'La Cucaracha'. Era su respuesta a la presencia de Ted Kennedy el día anterior en el East Los Angeles College, pidiendo el voto por Obama. Acompañada en el estrado por el Alcalde de la ciudad, Antonio Villaraigosa, Hillary centró su intervención en los tres pilares de su mensaje doméstico: la asistencia sanitaria, la economía y la educación. Eso fue por la mañana. Después visitó Arizona, New Mexico y Missouri, pero su esfuerzo en California continúa con publicidad televisiva, correos electrónicos, llamadas telefónicas... ver el mítin de Hillary en la Universidad de California (Real Player).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario