Podríamos interpretar esto como una buena señal para Barck Obama. La nostalgia por JFK supera con creces la nostalgia por Bill Clinton entre el electorado estadounidense. Según un estudio de la Gallup, doblan en número los que añoran a Kennedy a los que añoran a Clinton. Este último ha sido el único Presidente demócrata exitoso de los últimos cuarenta años, la única referencia ganadora que han tenido los demócratas en cuatro largas décadas. Presidió el país en una década algo anodina pero cómoda, un tiempo de bonanza económica y soluciones sencillas a problemas cotidianos. Kennedy, en cambio, apenas pudo cumplir ninguna de sus grandes promesas. La retórica idealista, la iconografía pop y el cambio generacional son su legado. Resultados frente a mitología. El pueblo se queda con lo segundo.
No buscan sólo un administrador que ofrezca soluciones a problemas concretos. Quieren volver a creer en ideales más elevados, quieren una voz que sepa reconfortarlos para seguir adelante ante las mayores dificultades. Hay hambre de héroes. Un perfil en el que también podría encajar la historia de heroísmo de John McCain. Ronald Reagan también se convierte en un buen arma de campaña. El ex Presidente republicano alcanza a Kennedy, sin haber sido asesinado ni santificado por la literatura y los medios durante cuarenta años
- Suponga que pudiera traer de vuelta a cualquiera de los Presidentes que ha tenido EEUU, vivos o muertos, para ser el próximo Presidente de los Estados Unidos. ¿Quién le gustaría más que fuese el próximo Presidente?
John F. Kennedy 23%
Ronald Reagan 22%
Bill Clinton 13%
Abraham Lincoln 10%
Franklin Roosevelt 8%
martes, 19 de febrero de 2008
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3 comentarios:
No olvidemos que buena parte de los proyectos de Kennedy los llevò a cabo el satanizado Johnson.
Hay,hablando de héroes, una anécdota que vino a cuento cuando lo del Katrina:en 1965 hubo una catástrofe similar también en NOLA. Quiso la casualidad que Johnson se encontrara en la ciudad en visita privada. En medio del desastre, de noche, salió de su hotel, ya en la calle a oscuras se subió a un coche con un megáfono y dijo: tranquilos, soy el presidente de los EEUU y estoy aquì para ayudarles.
Johnson sacó adelante casi toda la agenda doméstica de Kennedy. Pero fue incluso más allá. La Great Society fue una versión mucho más progresista que la agenda que Kennedy presentó a las elecciones del 60.
Las consecuencias de la Great Society fueron nefastas a medio y largo plazo, porque llevaron a los demócratas a perder una clase media que empezó a darse cuenta que estaba contribuyendo a programas gubernamentales que favorecían siempre a otros: minorías, clases bajas cada vez más desconectadas de las preocupaicones clase media, etc.
Pero Lyndon Johnson hubiera podido haber sido un Presidente de leyenda. Ten en cuenta que al haber accedido como accedió a la Presidencia, podía optar a una nueva reelección en 1968. Después de su arrolladora victoria del 64 él ya se veía en la Casa Blanca hasta 1973. Lo que hubiera dado lugar a una larguísima Presidencia de 10 años. Ya se veía como el nuevo Franklin Roosevelt de la segunda mitad del Siglo XX.
Pero ya se sabe. Muchas veces la historia te trata mejor cuando no te obsesionas con pasar a la historia. Johnson quiso hacer demasiadas cosas. Se sintió demasiado poderoso con su triunfo de 1964.
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