John McCain se afianza

Por primera vez John McCain se siente a gusto en la piel del front-runner. Ayer estuvo a la altura de las expectativas. Su estrategia de concentrarse en los estados winner-takes-all dio resultado. A pesar de haber estado cerca la sorpresa en algún lugar como Missouri, donde sorprendió el impresionante poderío de Mike Huckabbe en la sección sureña del estado, McCain cumplió. Sabía el viejo Senador que esforzarse por aplacar los recelos de los sectores conservadores más susceptibles no era una misión para siete días de campaña. Lo prioritario era asegurar los premios gordos para llenar el saco de delegados, y hacer un buen papel en los estados de demografía variada para que nadie dudara de su condición de favorito. Ya habrá tiempo después, empezando por la Conservative Political Action Conference de esta semana, para dedicarse a intentar un acercamiento amistoso con los que no le vayan a apoyar en las primarias.

La noche dejó malas señales para Mitt Romney. Especialmente dolorosas fueron sus derrotas en California, Missouri, Georgia y Tennessee. Había dedicado tiempo y entusiasmo en esas cuatro plazas, y el resultado fue el peor posible: McCain logró ser el más votado en el más grande, y hacerse con el que otorgaba todos sus delegados al ganador. El ex Gobernador de Massachusetts tuvo una buena actuación en dos estados siempre competidos, Colorado y Minnesota, pero eso no le permitió escapar de la lógica que le auguraba victorias en los Caucuses y derrotas en las primarias.

Esa fue la peor de las señales para Romney: de los siete estados en que fue el más votado, sólo dos utilizaron primarias, siendo estos sus dos hogares, Massachusetts y Utah -donde vivió y dirigió las olimpiadas. El resto fueron Caucuses. Ganados gracias al dinero y la movilización de mormones. Y estos datos se suman a sus victorias en tres Caucuses anteriores -Wyoming, Nevada y Maine. La única primaria ganada antes del SuperMartes, otro estado en el que había echado raíces, Michigan.

La ventaja de McCain sobre Romney en el total de delegados rondará los 300. El Senador consiguió menos delegados de los esperados en el Sur, debido a la gran exhibición de Mike Huckabee con victorias en Georgia, Arkansas, Alabama y, más sorprendentemente, en Tennessee. Pero la diferencia de McCain respecto a sus perseguidores es lo suficientemente cómoda como para no verse en graves problemas en el futuro. La fortaleza de Huckabee en el Sur no se correspondió con un buen papel en otras zonas del país, por lo que sigue encadenado al rol de candidato regional sin proyección nacional. La proyección de Romney es más amplia, pero la imagen de perdedor y el inevitable desánimo entre sus potenciales votantes puede alejarle del escenario-casi-perfecto que necesita para darle la vuelta a esto.

Necesitaría empezar a ganar todos los estados de perfil winner-takes-all para llegar a acumular un número de delegados que impresione al personal. El problema es que queda un número limitado de estados que otorguen en fecha temprana toda su delegación al vencedor: Virginia -63 delegados-, el Distrito de Columbia -19 delegados-, y Vermont -17 delegados. Puede tener alguna opción en los tres, pero no son gran cosa. ¿Qué más tiene en febrero? Washington, Kansas, Wisconsin... puede ser factible una victoria en Kansas, es un Caucus, pero los otros dos son primarias. En cualquier caso, estos estados asignarán delegados de forma proporcional, por lo que se antoja difícil para Romney marcar diferencias sustanciales. Suponiendo que siga compitiendo el 4 de marzo, Texas -140 delegados- puede ser un lugar más propicio para McCain al tratarse de una primaria abierta a la participación de independientes. Difícil aventura para Romney.