jueves, 10 de julio de 2008

Sólo un mes para conocer a los running mates


Hace cuatro años, por estas fechas, ya conocíamos que John Edwards sería el compañero de fórmula de John Kerry. El anuncio había tenido lugar el 6 de julio, un día después de que un empleado del aeropuerto de Pittsburgh filtrase la noticia a la prensa tras ver cómo pintaban el nombre de Edwards en el avión de campaña del candidato. Este año el anuncio de los running-mates se retrasa un mes, será más tarde que nunca, pero con un candidato inexperto y otro septuagenario, el debate sobre los pros y contras de los integrantes de las largas listas de Vicepresidenciables comenzó antes que nunca.

John Adams describió la Vicepresidencia como "el más insignificante cargo que la imaginación del hombre concibió jamás." Pero cada cuatro años nos encontramos con una legión de pretendientes que no se van de vacaciones o encargan más teléfonos para no estar comunicando cuando reciban la llamada que los confirme entre los elegidos. Los equipos encargados de la selección elaboran sus listas dando por hecho que cualquier nombre que se les ocurra estará disponible y aceptará de inmediato. A esos pocos elegidos los someten a detallados cuestionarios que resultan tan invasivos para la privacidad de estas personas, que algunos se salen voluntariamente del proceso aduciendo motivos familiares. Generalemnte esto de los "motivos familiares" suele ser el temor al descubrimiento de algún escándalo financiero, la contratación de empleados del hogar ilegales, el abuso de drogas en el pasado, aventuras sexuales fuera del matrimonio, o algo tan simple como la vergüenza a hacer públicos ciertos informes médicos.

Una vez cumplido con esas formalidades, se elabora una lista más corta con los finalistas, a veces tres, otras cinco, o media docena. Y estos se encuentran en secreto con el candidato para mantener entrevistas cara a cara. También a menudo se mantienen encuentros con aspirantes ya descartados, para despistar al público y no permitir que ninguno de los posibles tenga la certeza de su selección y vaya por ahí contándolo a amigos y familiares. Un ejemplo de esto podría ser la famosa barbacoa celebrada por John McCain en su rancho de Sedona el pasado mes de mayo. Allí estaban Bobby Jindal, Charlie Crist y Mitt Romney. Es probable que utilizase aquel fin de semana para sondear a alguno de ellos, y los demás estuviesen allí para rellenar y sentirse parte del proceso.

Dos meses después, todo hace indicar que el único de los tres que forma parte de la lista de finalistas es Romney. Jindal y Crist parecen descartados, o semidescartados porque nunca se sabe, al igual que Huckabee, Ridge, Lieberman, Sanford, o Condoleezza Rice. Una tras otra, todas las informaciones que estamos leyendo en lo que llevamos de mes de julio, limitan la lista de McCain a seis nombres. A los que consideraremos finalistas en nuestra ignorancia: el ya mencionado Mitt Romney, ex Gobernador de Massachusetts; los Gobernadores Tim Pawlenty, de Minnesota, y Sarah Palin, de Alaska; el ex Congresista Rob Portman, de Ohio; el Senador John Thune, de Dakota del Sur; y el Congresista Eric Cantor, de Virginia.

Si McCain quiere dinero y avances en estados competitivos del Oeste -Colorado y Nevada- Romney es una opción aprovechable. Sabe lo que es hacer campaña. Demostró ser el republicano mejor organizado para movilizar a los votantes republicanos de esos estados en los caucuses de principios de año. Y podría elevar las expectativas en Michigan, cuyos 17 votos electorales resolverían todos los problemas que McCain pueda tener en cuatro o cinco pequeños estados. Romney derrotó a McCain entre los votantes suburbanos de clase media y estudios universitarios en la mayoría de distritos demócratas de Michigan durante las primarias, con una elevada participación de votantes independientes.Pero eso no asegura nada en un año a priori tan favorable a los demócratas.

La selección de Romney también plantea importantes contraindicaciones. Con la campaña de McCain concentrada en destruir la credibilidad de Obama por sus cambios de postura en temas como Iraq o la Segunda Enmienda, incorporar a un compañero de fórmula que ha cambiado de posición en casi todos los temas a lo largo de su carrera política, no parece la mejor idea. Podría asumirse el riesgo teniendo la seguridad de que es más lo que aporta que lo que destruye. Pero esa seguridad no existe con un hombre que no logró atraer el favor de los votantes de su partido siendo el candidato republicano mejor financiado de este ciclo electoral.

Tim Pawlenty -en la foto con McCain- parece el que más agrada al Senador McCain. Si se cumple aquello de "debe ser alguien que le guste y con el que se sienta cómodo", Pawlenty es el favorito. Confiable y leal desde el principio, aportaría una buena comunicación con McCain, y pocos malentendidos. Hijo de camionero, educado en la universidad estatal de Minnesota, Pawlenty es un Sam's Club Republican que comparte la historia vital de cualquier individuo de la clase trabajadora blanca, y supondría una interesante ruptura con los Country Club Republicans -republicanos adinerados, educados en las facultades de la Ivy League, e integrados en el establishment.

La Convención Nacional Republicana tendrá lugar en Minnesota, estado que salvo sorpresas, no estará en disputa este año, pero sí lo será la vecina Wisconsin con sus 10 votos electorales. La cobertura de las televisiones locales de Minnesota se sigue en decisivos condados de la frontera occidental de Wisconsin. El eco de la Convención, unido al amplio conocimiento de Pawlenty en la región, podrían hacer de Wisconsin una prioridad para la campaña de McCain. Pero su historial no entusiasma a organizaciones como Cato o Club for Growth, y persiste la duda de si está preparado para una exigente campaña nacional.

Rob Portman es un hombre preparado, inteligente, y con experiencia. Pero no está nada claro si eso de ex Director de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca es un título admirable en estos días en que la gestión ecónomica de la Administración Bush goza de pobres niveles de aceptación. Los medios liberales no dudarían en recordar su participación en el actual Gobierno para torpedear los intentos de McCain por disociarse de parte del legado del Presidente Bush. Si lo que preocupa es Ohio, el ex Congresista John Kasich es más popular que Portman en el estado.

El Senador John Thune sería el candidato que a todos gusta y a nadie molesta. La segunda opción para todos los que prefieren a alguno de los otros. Buen recaudador de fondos como Romney, y capaz de dirigirse a la gente sencilla del Medio Oeste como Pawlenty. Otro candidato de compromiso sería Eric Cantor, el dark horse de la lista. Un judío que ha logrado importantes victorias entre los blue-collar workers blancos de un estado sureño. Representa en el Congreso a los suburbios de Richmond, una de las zonas más competitivas de Virginia, un estado que Obama parece haber marcado entre sus prioridades.

Si opta por una mujer, la Gobernadora Sarah Palin supera en las quinielas a cualquier otra. Sin descartar la selección sorpresa de una mujer de negocios como Carly Fiorina o Meg Whitman, la señora Palin es una garantía para revitalizar a los más deprimidos dentro del movimiento conservador. Sería una jugada optimista, y una rotunda declaración de intenciones por luchar por el voto de los grupos sociales femeninos que se asnetaron en los años 90. En particular las conocidas como soccer moms, mujeres suburbanas de edades medias, de formación media-alta, que compaginan el trabajo fuera de casa y las obligaciones propias de una madre de familia, como llevar a sus hijos en su propio coche a los entrenamientos de fútbol o beisbol, o a otro tipo de actividades extraescolares. Las hay por todo el país y no están afiliadas a ningún partido.

La informaciones sobre el running-mate de Barack Obama son más confusas. Ignoramos por completo hasta qué punto pueden estar llegando presiones desde el campo de los Clinton para colocar a Hillary en el ticket. Cada semana nos sorprende algún favorito anunciando de manera definitiva que no está interesado en el cargo -Ted Strickland, Mark Warner o Jim Webb los casos más sonados. El proceso parece menos avanzado que entre los republicanos, pero hay señales sospechosas que nos indican lo contrario: existe ya un staff completo asignado para asesorar y servir al que será candidato a VP, con Patti Solis Doyle a la cabeza. Para muchos expertos que llevan años cubriendo campañas presidenciales, ese es un signo inequívoco de que, desde hace tiempo, Obama ya tiene más que decidido a quién elegirá. De ser así, todo el proceso de selección encabezado por Caroline Kennedy y compañía sería un paripé.

Los rumores son contradictorios. Terry McAuliffe, hombre cercano a los Clinton e insider bien enterado de lo que se mueve en Washington, dice que está convencido de que Obama quiere a Joe Biden y su experiencia en el Comité de Asuntos Exteriores del Senado. Pero el candidato habla maravillas de la Gobernadora Kathleen Sebelius, de Kansas, no sabemos con qué propósito. Tal vez para despistar. Desde medios afines como Newsweek se propone a Sam Nunn, La Cámara de Representantes promociona a Chet Edwards, y siguen en pie los Ed Rendell, Tim Kaine, Evan Bayh, Bill Richardson o John Edwards que llevan meses sonando y cansando. De Al Gore sabemos poco. Dicen que no tiene interés. Y en el apartado de tapados se lanza el nombre de Claudia Kennedy, Teniente General retirada, antigua subjefa de espionaje que alcanzó cierta fama por denunciar por acoso sexual a un oficial de su mismo rango en el año 2000. Las feministas estarían encantadas.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Matt Blunt no?

Joan Mejia dijo...

Creo que a los Clinton estarian bien con Claudia Kennedy por que ella realizo campana por Hillary en Iowa.

Antxon G. dijo...

Matt Blunt no creo. Los números de McCain en Missouri son muy buenos. En estas últimas semanas, las mejores para Obama en lo que va de campaña, la itnención de voto de McCain se ha mantenido bastante firme en Missouri. Elegir a Blunt sólo podría estropear eso porque no es un Gobernador popular. Lo que va bien no hay que tocarlo. Y Missouri va bien para McCain.

A Blunt lo veo más de Secretario de Interior o algún cargo de ese tipo, si McCain es elegido Presidente.

Jordi Coll dijo...

Me sorprendió que Novak no incluyera Palin en la lista corta de su último artículo.

Antxon G. dijo...

Novak lleva medio año dando la vara con Rob Portman.