Ayer entramos en la semana del 4 de julio, y el Senador Barack Obama lo aprovechó para marcar distancias de las guerras culturales de los años 60, y proclamar su patriotismo al modo tradicional. Lo hizo en Independence, Missouri, lugar de nacimiento del Presidente Harry Truman, un reconocido halcón. "Yo creo que aquellos que atacan los defectos de América sin reconocer la grandeza singular de nuestros ideales, y su capacidad probada para inspirar un mundo mejor, no entienden verdaderamente América." Prometió defenderse con contundencia cada vez que su patriotismo sea cuestionado durante la campaña. "Nunca cuestionaré el patriotismo de otros en esta campaña. Y no me voy a quedar quieto cuando escuche a otros cuestionar el mío."
Pero lo más comentado fue su ambigua crítica a los comentarios hechos el día anterior por el General Wes Clark sobre McCain. Lo hizo en forma de añadido, y sin mencionar el nombre del general retirado. "Para aquellos que han luchado bajo la bandera de esta Nación, para los jóvenes veteranos que conozco cuando visito el hospital Walter Reed, para aquellos que como John McCain han soportado un tormento físico en su servicio a nuestro país, no es necesaria más prueba de ese sacrificio. Y permitirme añadir que nadie debería nunca menospreciar ese servicio, especialmente a propósito de una campaña política, y eso va para los partidarios de ambos lados."
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