Siguiendo con la serie de videos históricos...
Uno de los discursos más memorables que se han escuchado en una Convención Nacional de cualquiera de los dos partidos en muchos años. Lo pronunció el Senador Zell Miller, de Georgia, en la Convención Republicana de 2004. Miller, un demócrata sureño de toda la vida, pidió por propia voluntad que le dejaran apoyar públicamente la reelección del Presidente Bush en la gran fiesta republicana. Era un gran activo para el equipo de Bush-Cheney. En 1992, cuando era Gobernador de Georgia, había pronunciado el discurso programático en la Convención Demócrata, y años después fue descrito por el Presidente Bill Clinton como el mejor Gobernador de la Unión. No era un fracasado resentido. Era un demócrata de éxito enfadado con el liderazgo nacional de su partido.
Los organizadores republicanos no perdieron la oportunidad y le dieron a Zell Miller el Prime Time del penúltimo día de la convención. Con un estilo populista y una oratoria incontenible, de esas que ya no se ven, de las que te dejan con la boca abierta, el viejo demócrata elevó a los cielos el ánimo de los miles de delegados y la temperatura de un abarrotado Madison Square Garden. Aquella noche nadie habló del posterior discurso del Vicepresidente Dick Cheney. Había nacido una nueva estrella en el universo conservador. Aquel viejo demócrata, antiguo sargento de los Marines, admirador de Roosevelt y Truman, flajeló sin piedad a sus camaradas demócratas de Washington, expresando sin complejos toda la agresividad verbal contenida durante tres días de convención. Toda la intervención del Presidente al día siguiente giraría entorno a un mensaje positivo. Los cañonazos ya los había lanzado el amigo Zell. Tremendo.
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5 comentarios:
Eso me parece, con diferencia, lo mejor del sistema político americano; su transversalidad; es decir, su capacidad para seguir más personas o políticas que siglas determinadas.
A mí me parece muy bien, vaya...
Miller la verdad es que es un demócrata sureño a la vieja usanza. De todas formas creo que le hubiesen aplaudido menos si hubiera hablado de subsidios o seguridad social, en la línea Roosevelt o Truman (malditos para un sector del GOP).
Antxon acierta al calificar la retórica de Miller. Ciertamente es un tono muy propio del inglés, casi de un predicador, recordándome por momentos el ritmo de Luther King Jr.
Yo vi ese discurso en directo por la tele y salí fascinado. Aquella noche iba a hablar Dick Cheney después, aceptando la nominaicón vicepresidencial. Era lo que me itneresaba ver. Ver a Miller iba a ser puro trámite. Pero fue lo mejor de toda la convención. Esa forma de hablar tan electrizante. Empezó suave, pero se fue calentando poco a poco según le iban jaleando. Pero no como se calientan los oradores vulgares. Sin verrear. Metiéndole más y más ritmo a la oratoria.
Después de ver eso, el tono seco y aburrido de Cheney fue para dormirse xD
Buf, qué bueno!!
Con la cara de enfadado que pone y acelerando el ritmo... brutal!
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