Con el anterior post de los mapas de proyección, me ha venido a la memoria aquella noche interminable que recuperó el romanticismo que las noches electorales parecían haber perdido para siempre. Le debemos mucho a aquella noche. Ya eran altas horas de la madrugada en la Costa Este cuando Dan Rather pidió que se despertara a los niños. Sólo quedaban cuatro estados por pronunciarse: Florida, Wisconsin, Iowa y Oregon.
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