Es el título del último artículo de Charles Krauthammer (The Washington Post) traducido al español. El autor viene a pedir a los republicanos que pierdan sus complejos, y se dejen de tanta susceptibilidad a la hora de valorar a sus candidatos.
Dejemos a Reagan en paz
(...) Los conservadores están que trinan por cómo está el patio en el Partido Republicano. Hay tantos candidatos, y se están cometiendo tantos errores... Rudy Giuliani es un adalid del aborto, y Mitt Romney un veleta. John McCain es el Señor Amnistías, y Fred Thompson un vagueras. ¿Dónde está el referente? ¿Qué ha sido de Ronald Reagan?
¿Qué pasa con Reagan? Este presidente, célebre por sus siestecitas, concedió una amnistía a tres millones de inmigrantes en 1986 (Ley Simpson-Mazzoli). Como gobernador de California, firmó la ley sobre el aborto más progresista del país, si bien pronto cambió de parecer y se convirtió en antiabortista. Ahora bien, ya en la Casa Blanca, ¿qué fue lo que hizo al respecto? Pues situar en el Supremo a Sandra Day O'Connor y a Anthony Kennedy, cuyos votos respaldaron y confirmaron la sentencia del caso Roe vs. Wade.
No estoy tratando de denigrar a Reagan, sino de rebajar con algo de realismo la adoración por tal ídolo que se encuentra en la raíz del descontento actual. Y de sostener que el campo republicano está francamente bien: he ahí uno de los grandes alcaldes del último siglo, un ex gobernador con un extraordinario talento ejecutivo, un héroe de guerra de elevados principios y con grandes conocimientos en seguridad nacional, así como un ex senador de impecables credenciales conservadoras. (...)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario