lunes, 11 de febrero de 2008

"Brokered Convention": Kansas City '76


Estos días estamos escuchando y leyendo mucho sobre un concepto que ya parecía desterrado de la cultura política estadounidense: "brokered convention". Se ha llamado así a las convenciones partidistas a las que, terminado ya el proceso de primarias, ningún candidato ha llegado con el número necesario de delegados para obtener la nominación presidencial. La igualdad entre Hillary Clinton y Barack Obama este año está alentando el miedo entre los demócratas, y la expectación entre los observadores, ante la posibilidad de que podamos vivir un caso similar. Una de las últimas ocasiones en que se vivió algo cercano a una "brokered convention" fue en la Convención Republicana de 1976. celebrado entre los días 16 y 19 de agosto de aquel año. Recordémoslo.

A pesar de que el Presidente Gerald Ford había ganado un mayor número de primarias que el Gobernador Ronald Reagan, y mayores porcentajes en el voto popular, no había logrado asegurarse el número de delegados necesario -situado en 1,130 delegados- para ser proclamado candidato oficial. El 16 de agosto de 1976 ambos hombres aterrizaban en la Convención Nacional Republicana, celebrada en Kansas City, Missouri, con opciones de hacerse con la nominación presidencial del GOP. El Presidente Ford llegaba con 1,093 delegados, a 37 del número mágico, y el Gobernador Reagan con 1,030, a 100 de los 1,130 necesarios.

Pero los delegados de Reagan parecían más involucrados en la causa, especialmente la activa delegación de Texas y otras delegaciones del Sur. Los llamados "Reagan's Raiders" de Texas trabajaron duro para persuadir a otras delegaciones para que se unieran a su candidato. Por su parte, los operativos de Gerald Ford en el Kemper Arena utilizaron todas las ventajas de la Presidencia. No faltaron promesas de viajes a bordo del Air Force One para los delegados a cambio de su voto, o comidas privadas con el Presidente en la Casa Blanca.

En un intento por atraer a delegados liberales y centristas, Reagan había anunciado ya que su running-mate sería el Senador Richard Schweiker, un moderado de Pennsylvania. Pero el tiro le salió por la culata porque no sólo no atrajo un número suficiente de los delegados más liberales, sino que enfadó a muchos de sus fieles conservadores. Uno de sus leales dentro del partido, el Senador Jesse Helms, de Carolina del Norte, indignado por la decisión de Reagan, comenzó a articular movimientos para proponer al Senador James Buckley, un conservador de Nueva York, como candidato presidencial de consenso. El movimiento de Helms se interpretó más como una medida de presión para obligar a Reagan a descartar la idea de llevar a Schweiker para la Vicepresidencia.

Viendo el panorama, los estrategas del Gobernador Reagan tuvieron una idea bastante audaz: propusieron someter a votación de la Convención un cambio de reglas que obligara a los dos aspirantes a la nominación, a revelar, antes de que los delegados votasen, a quién pensaban ofrecer la candidatura a VP. Los estrategas de Reagan esperaban así que cuando Ford anunciara su selección, enfadara a una de las dos facciones del partido, y eso ayudara a Reagan. Pero tampoco les salió bien la maniobra. La Convención rechazó el cambio de reglas por 1,180 votos contra 1,069. La derrota de la propuesta fue interpretada por los analistas como una primera victoria táctica de Gerald Ford en la Convención, y este ganó el "momentum". Por si fuera poco, el jefe de la delegación de Illinois desató el escándalo al asegurar a la prensa que dos miembros de su delegación habían recibido dinero a cambio de votar a favor de la propuesta de Reagan.

Al día siguiente los medios informaban que el Presidente Ford ya tenía asegurado el voto de 1,127 delegados, sólo tres menos de los necesarios. Aunque ambos bandos declaraban en público tener más que el rival, las esperanzas de la gente de Reagan se reducían ya a evitar que Ford lograra la nominación en una primera viotación. Con ese fin podía ser de utilidad el movimiento "Draft Buckley" puesto en marcha por Jesse Helms. Tres candidatos podrían dividir más el voto y evitar que nadie alcanzara el número necesario de delegados. Pero las ilusiones desaparecieron cuando el Senador Buckley hizo público su negativa a presentarse como candidato. La sensación de la inevitabilidad de Ford cundió entre los delegados, y el equipo del Presidente afrontó con optimismo la votación que tuvo lugar a partir de las 10 de la noche del 18 de agosto, el tercer día de Convención.

Cuando el Senador Paul Laxalt, de Nevada, lanzó a la Convención la candidatura de Reagan, los partidarios del ex Gobernador de California hicieron una demostración de 40 minutos consecutivos de cánticos, paseos con pancartas, y slogans a favor de su candidato. Después de lo cual, el Gobernador George Milliken presentó la candidatura de Ford, iniciando los partidarios de este una demostración de fuerza de veinticinco minutos en el Kemper Arena. Las demostraciones retrasaron la votación hasta las 11,30. Las delegaciones de los diferentes estados emitieron sus votos en orden alfabético y a voz en alto.

El jefe de la delegación de cada estado anunciaba, cuando le llegaba su turno, los votos de los delegados de su estado. Reagan fue en cabeza durante la primera parte de la votación, llegando a sacar a su rival una ventaja de 200 delegados, que después iría menguando. Una gran expectación se produjo cuando llegó el turno de votar al estado de Mississippi. Este estado, cuyos delegados no estaban comprometidos con ningún candidato, había votado el día anterior en contra de la enmienda propuesta por los partidarios de Reagan. Pero en esta ocasión repartió sus votos entre los dos candidatos: 16 delegados para Ford y 14 para Reagan. Los 133 delegados de Nueva York situaron definitivamente a Ford en cabeza, y los 20 de Virginia Occidental, el antepenúltimo estado en votar, le permitieron revasar la cifra mágica de los 1,130 delegados a las 12,30 de la madrugada. El resultado final se situó en 1,187 para Ford y 1,070 para Reagan.

Al día siguiente Reagan dio su apoyo a Ford, y se reservó el derecho de veto sobre el running-mate. Ford se inclinó por el Senador Bob Dole, un hombre del Medio Oeste, respetado por su historial en el ejército y experto en temas agrícolas, bien visto por las diferentes facciones del partido. Los conservadores tuvieron éxito al lograr incluir en la plataforma electoral varios de los asuntos clave de su campaña, como la defensa de una política exterior guiada por la moral, y la propuesta de una enmienda a la Constitución para rechazar al aborto.

Os recomiendo la lectura de este reportaje de ocho páginas publicado por la revista Time aquella semana del 76: How Ford Won It.

Video: el Presidente Ford firma la paz con el Gobernador Reagan ante los delegados el día 19 de agosto de 1976.

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