lunes, 30 de noviembre de 2009
Guía para seguir el debate de la reforma sanitaria
Generalmente, la pre-campaña para las elecciones legislativas de medio mandato suele comenzar después de los relajados días de puente de Acción de Gracias. Pero este año toda la actividad política del mes de diciembre será acaparada por el esperadísimo debate sobre el proyecto de reforma sanitaria en el Senado. Por ese motivo considero prudente retrasar hasta enero el seguimiento de la pre-campaña electoral, y necesario dejaros una pequeña guía teórica para aquellos que tengais interés en seguir el debate parlamentario las próximas semanas.
El protagonista principal de la función será el Líder de la Mayoría, el veterano Harry Reid (D - Nevada), quien sabiendo que enfrenta una durísima reelección el año que viene y que estas podrían ser sus últimas Navidades en Washington, parece dispuesto al sacrificio personal para salvar la Presidencia de Obama. Aunque está por ver si el camino de esa salvación pasa por la aprobación de una reforma a la que en sus términos actuales se oponen mayorías de votantes de 35 estados de la Unión.
El Senado de EEUU cuenta con 100 asientos que a día de hoy están distribuídos entre 58 demócratas, 40 republicanos, y 2 independientes. Para la aprobación del proyecto (aquí la gente se confunde) se requiere en realidad sólo una mayoría simple de 50 votos (+ el voto de desempate del Vicepresidente Biden). Lo que ocurre es que para cerrar el debate y proceder a la votación se requiere una mayoría de tres quintas partes (60 votos). De modo que el Líder de la Mayoría no cuenta con margen de error ya que necesita los 58 votos demócratas + los 2 independientes, y cualquier otra posibilidad le obligaría a contar con el voto de algún republicano.
Una reforma que contenga opción pública (la creación de un seguro público que compita con los privados) tiene garantizado el voto favorable de uno de los dos independientes, el Senador Bernie Sanders, un notorio socialista de Vermont. Pero hay 4 demócratas + 1 independiente que plantean resistencias en mayor o menor grado al proyecto actual a pesar de haber votado a favor de iniciar el debate. El independiente es el Senador Joe Lieberman, de Connecticut, que ya ha advertido a Reid que si el proyecto del Senado incluye opción pública como quiere la Casa Blanca y como aprobó la Cámara de Representantes, él se unirá a los republicanos para hacer filibusterismo.
El filibusterismo es una práctica obstruccionista que consiste en no cerrar el debate: para cerrar el debate suele pedirse un voto de clausura que debe ser apoyado por 60 Senadores, y si no se da ese voto los Senadores pueden seguir discutiendo aspectos legales del proyecto por los Siglos de los Siglos sin proceder nunca a la votación. Muchas veces la simple amenaza de proceder de ese modo bloquea proyectos, ya que el Líder de la Mayoría si sabe que no tiene los votos no se atreve a presentar a votación la clausura del debate. Si Lieberman se une a 40 republicanos pueden perpetuar el debate, o retrasarlo hasta el año electoral 2010 en que muchos demócratas se sentirán en una posición más comprometida que ahora.
Dentro del caucus demócrata, el más difícil de convencer por el Líder de la Mayoría va a ser el Senador Ben Nelson, de Nebraska. Nelson plantea casi todas las resistencias posibles: se opone a la opción pública; quiere que el proyecto incluya una enmienda que prohíba la financiación del aborto en los seguros privados subsidiados con dinero público, algo que en principio no está en los planes de una Mayoría presionada por las organizaciones pro-aborto; Nelson también tiene dudas acerca del coste de la operación (1,1 billones de dólares durante 10 años según el proyecto aprobado por la Cámara); y se ha venido oponiendo a un impuesto que Reid quiere incluir sobre los ingresos de las personas que ganan más de 500,000 dólares al año y las parejas que ganan más de 1 millón.
Después tenemos a dos mujeres sureñas: las Senadoras Mary Landrieu, de Louisiana, y Blanche Lincoln, de Arkansas. Lincoln se presenta a la reelección el año próximo en un estado que rechazó a Obama en las presidenciales. Como miembro del Comité de Finanzas del Senado, la Senadora Lincoln ya ha votado dos veces en contra de la inclusión de la opción pública en la ley, y se ha manifestado en contra de su coste.
La Senadora Landrieu ha lanzado señales mixtas que no permiten conocer cual puede ser su posición final pero está recibiendo fortísimas presiones de los casi 400,000 pequeños negocios que en Louisiana representan a más del 90% de la fuerza laboral del estado. Muchos de esos pequeños negocios creen que si se ven obligados a proveer seguro público y pagar más impuestos pueden verse obligados a cerrar. La ventaja de Landrieu es que no tiene reelección hasta 2014.
Otro demócrata que llegó a amenazar con el filibusterismo hace unas semanas fue el Senador Evan Bayh, de Indiana. Bayh (tiene reelección en 2010) plantea reservas sobre la opción pública pero sobre todo está preocupado por un impuesto a los fabricantes de dispositivos médicos que viene incluído en la legislación actual. El interés de Bayh por este asunto se debe a que Indiana es el tercer estado con más trabajadores (unos 63,000) en el sector de dispositivos médicos. Ya hace unos meses envió una carta al Comité de Finanzas para que reconsiderase el asunto. Pero es improbable que bloquee la votación.
Este grupo de cuatro Senadores demócratas y uno independiente es el que más dudas puede plantear a día de hoy. Detrás hay otro grupo de Senadores demócratas más cobardes que si tienen que votar votarán que sí, pero que están deseando que sean otros los que impidan que el proyecto se llegue siquiera a votar para no tener que posicionarse y salvar así sus carreras políticas. En ese grupo tenemos a los Senadores Kent Conrad, de Dakota del Norte; Byron Dorgan, también de Dakota del Norte; Jon Tester, de Montana; Tim Johnson, de Dakota del Sur; Mark Pryor, de Arkansas; o Kay Hagan, de Carolina del Norte. Estos nunca se atreverán a actuar en contra del Liderazgo pero rezan para no tener que votar.
En el otro lado del caucus demócrata tenemos a al menos siete Senadores para los que la opción pública es una condición innegociable: se trata de los Senadores Barbara Boxer, de California; Sherrod Brown, de Ohio; Roland Burris, de Illinois; Al Franken, de Minnesota; Jay Rockefeller, de Virginia Occidental; Bernie Sanders, de Vermont; y Chuck Schumer, de Nueva York. Este grupo de siete ha venido amenazando con bloquear el proyecto si la opción pública que incluye es tibia. Reid tendrá que ofrecerles garantías en privado.
En caso de que el Líder de la Mayoría no consiga el apoyo de los 58 demócratas y los 2 independientes, necesitará algún voto republicano. El único posible parece el de la Senadora Olympia Snowe, de Maine, la única republicana que votó a favor en el Comité de Finanzas. Es menos probable su adhesión en la votación del pleno porque se opone a la opción pública. La inclusión de una opción que permita a cada estado participar o no en la opción pública está pensada en recoger su apoyo (y el de los cinco anteriormente citados). Pero Snowe no quiere eso, quiere una provisión que active el plan público sólo bajo una serie de circunstancias muy restrictivas.
El Líder de la Mayoría empezó a hacer concesiones la semana pasada, presentando una propuesta de reforma que habla de una opción pública mucho más restrictiva que la aprobada por la Cámara de Representantes. La versión de la Cámara incluía opción pública para dar cobertura a algo más de 6 millones de americanos que no pueden ser cubiertos de otro modo. El plan presentado a debate por el Senador Reid deja a los estados libertad de no ofrecer opción pública a sus ciudadanos, y limita su cobertura a menos de 4 millones de ciudadanos, un 1,5% de la población del país. La idea es pasar el trámite del Senado con esta versión para probablemente después en el comité conjunto hacer un borrador final más cercano a la versión de la Cámara para pasarla en mayoría simple por el Senado.
En su plan, Reid también incluyó algunos guiños personalizados dirigidos a los más escépticos de su grupo. Escondido en la página 432 del proyecto presentado por Reid se incluye una provisión de 100 millones en ayuda federal al Medicaid para los estados que hayan sufrido desastres naturales de gran impacto en los últimos siete años (se incluye Louisiana por el Katrina-2005). Con este apaño, la Senadora Landrieu tiene un pequeño trofeo que ofrecer entre sus votantes para justificar su apoyo a la reforma.
En el proyecto también hay una concesión al Senador Ben Nelson, el demócrata que está mostrando una oposición más contundente. Reid ha decidido no incluir en el texto ninguna medida para eliminar las exenciones anti-trust de la industria de seguros. Esto contradice los deseos de muchos senadores demócratas que acusan a las compañías de seguros de prácticas monopolísticas, pero parece que Reid la entiende como una forma de comprar la voluntad del Senador Nelson. Gracias a ello Nelson votó para permitir el debate, pero continúa amenazando con no permitir la votación de clausura para cerrar la discusión si no se anula la opción pública. En su misma posición permanecen los Senadores Lieberman y Lincoln.
En ese contexto llegamos al inicio del debate que arrancará esta tarde a las 3 PM (hora de Washington DC). La oficina del Líder de la Mayoría ya ha enviado escritos a las oficinas de los 100 Senadores advirtiéndoles de que hasta finales de diciembre se va a trabajar incluídos los fines de semana y las primeras horas de las noches. Quiere meter intensidad porque está recibiendo fortísimas presiones del Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, para cumplir un calendario estricto de 25 días: la Casa Blanca le ha dicho al Senador Reid que quiere que el proyecto sea aprobado antes del día de Navidad, para que un comité conjunto de Cámara y Senado acuerde una versión de compromiso en la primera mitad de enero, y esa versión sea votada y aprobada por Cámara y Senado antes del discurso del Presidente Obama sobre el Estado de la Unión, previsto para la última semana de enero.
No será sencillo. Senadores de ambos partidos planean introducir a debate y votación decenas de enmiendas sobre asuntos altamente divisivos como la opción pública, aborto, impuestos, o demandas por negligencia médica, unos con la intención de perfeccionar el proyecto, otros con la de ganar más apoyos, y otros símplemente de torpedearlo. Los Senadores Jay Rockefeller (D - Virginia Occidental) o Bernie Sanders (I - Vermont) ya han anunciado enmiendas para extender la opción pública.
El Senador Orrin Hatch (R - Utah) ha anunciado que presentará una enmienda para restringir abortos, en la línea de la "enmienda Stupak", una herencia envenenada de la Cámara de Representantes que puede abrir el camino a que montones de planes privados renuncien a cubrir abortos para entrar dentro de los canjes de la nueva legislación sanitaria. Otros republicanos presentarán enmiendas cuyo único fin será sacar a debate los impopulares aumentos de impuestos o los recortes al Medicare que van incluídos (escondidos) entre las miles de páginas del proyecto.
Hoy se empezará con intervenciones protocolarias del Líder de la Mayoría, el Senador Harry Reid (D - Nevada) y el Líder de la Minoría, el Senador Mitch McConnell (R - Kentucky), y es posible que cada parte introduzca una primera enmienda. Pero la verdadera acción empezará mañana. En las próximas semanas habrá un debate externo (el que podremos ver por la tele) por ganar la batalla de la opinión pública, y un debate interno (ese no lo podremos ver por la tele) en el despacho del Líder de la Mayoría por atar los 60 votos que le permitan terminar el debate.
Tampoco faltarán estos días en el Capitolio los profesionales en "hacer pasillos". Los representantes de intereses y grupos privados que abordarán a los Senadores ofreciendo "ideas" o recordando donaciones electorales en nombre de sus clientes particulares o por cuenta de diversos grupos de presión. Ni las llamadas de los votantes de los diferentes estados a las oficinas de sus representantes para intentar influir en estos.
La clave para Reid estará en conseguir evitar el filibusterismo de la minoría de bloqueo. Si se supera el bloqueo la reforma se aprobará. Aunque puede llegar a abortarse en la votación del comité conjunto, cuanto más adelante llegue siempre será más improbable. Por contra, si no se consigue superar el filibusterismo, el asunto se puede alargar tanto que entrando en un año electoral puede ir perdiendo cada vez más apoyos de legisladores a los que no interese el tema, no llegar a someterse a votación e ir quedando en el olvido.
En el peor de los casos, al Senador Reid le quedaría un modo algo dudoso y antidemocrático de sacarlo adelante. Se trata de la llamada "reconciliación", un procedimiento que sirve para romper por mayoría simple los bloqueos que afectan a importantes leyes presupuestarias. Técnicamente no es aplicable a la reforma sanitaria, pero mediante algunas tretas legales que consiguieran hacer creer que la aprobación de esta reforma contribuye a reducir el déficit podría pasar. Los asesores jurídicos de la Casa Blanca estuvieron estudiando el tema hace meses. Pero es demasiado arriesgado porque podría llevar a perder aún más apoyos.
*Para seguir el debate en video: C-Span
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Atlanta: ¿alcalde blanco?
Es una mujer independiente de 57 años y se llama Mary Norwood. Podría convertirse en la primera persona blanca en alcanzar la Alcaldía de Atlanta en más de 35 años -desde 1973- y la primera no afiliada al Partido Demócrata desde 1942. Anoche ganó las elecciones con un 46% de los votos, quedándose a poco más de 4 puntos de evitar una segunda vuelta a celebrar en diciembre.
Paradógicamente, la proeza de Norwood es la consecuencia del éxito de las políticas del establishment afroamericano que ha gobernado muy bien la ciudad en las últimas cuatro décadas: la capital del Sur, una ciudad peligrosa y deprimida a principios de los 70, asfixiada por el conflicto racial, es hoy una de las ciudades más prósperas y dinámicas de los Estados Unidos, sede mundial de multinacionales como Coca-Cola, CNN, Home Depot, United Parcel Service (UPS), AT&T Mobility, NCR Corporation, SunTrust Banks o Delta Air Lines.
La relocalización de varias compañías del Fortune 500 en la ciudad, así como su internacionalización a través de los Juegos Olímpicos de 1996, interpretados en su día como un premio a la reconciliación racial, ha atraído en los últimos años una importante población blanca de rentas altas procedente de otros estados de la Unión que se ha asentado en los residenciales suburbios de la ciudad. En esa creciente clase media blanca, en los afroamericanos de barrio residencial y en el voto femenino se ha apoyado Norwood para salir ganadora frente a una larga terna de rivales afroamericanos que ha dividido a la mayoría negra tradicional.
En diciembre la concejala Norwood deberá enfrentarse a un sólo rival afroamericano. Habrá que ver si el voto negro se une para apoyar en bloque al único candidato de color o si Norwood consigue rascar el 4% que necesita de ese 54% que ayer se dividió entre diferentes candidatos.
Paradógicamente, la proeza de Norwood es la consecuencia del éxito de las políticas del establishment afroamericano que ha gobernado muy bien la ciudad en las últimas cuatro décadas: la capital del Sur, una ciudad peligrosa y deprimida a principios de los 70, asfixiada por el conflicto racial, es hoy una de las ciudades más prósperas y dinámicas de los Estados Unidos, sede mundial de multinacionales como Coca-Cola, CNN, Home Depot, United Parcel Service (UPS), AT&T Mobility, NCR Corporation, SunTrust Banks o Delta Air Lines.
La relocalización de varias compañías del Fortune 500 en la ciudad, así como su internacionalización a través de los Juegos Olímpicos de 1996, interpretados en su día como un premio a la reconciliación racial, ha atraído en los últimos años una importante población blanca de rentas altas procedente de otros estados de la Unión que se ha asentado en los residenciales suburbios de la ciudad. En esa creciente clase media blanca, en los afroamericanos de barrio residencial y en el voto femenino se ha apoyado Norwood para salir ganadora frente a una larga terna de rivales afroamericanos que ha dividido a la mayoría negra tradicional.
En diciembre la concejala Norwood deberá enfrentarse a un sólo rival afroamericano. Habrá que ver si el voto negro se une para apoyar en bloque al único candidato de color o si Norwood consigue rascar el 4% que necesita de ese 54% que ayer se dividió entre diferentes candidatos.
Gobernador de Virginia: McDonnell (R)
Bob McDonnell (R) 1,159,505 votos 59%
Creigh Deeds (D) 815,353 votos 41%
Creigh Deeds (D) 815,353 votos 41%
Gobernador de New Jersey: Christie (R)
Chris Christie (R) 1,132,698 votos 49%
Jon Corzine (D) 1,026,899 votos 46%
Chris Daggett (I) 132,181 votos 6%
Jon Corzine (D) 1,026,899 votos 46%
Chris Daggett (I) 132,181 votos 6%
23º Distrito de NY: Owens (D)
Bill Owens (D) 60,458 votos 49%
Doug Hoffman (C) 56,174 votos 46%
Dede Scozzafava (R) 6,796 votos 5%
Doug Hoffman (C) 56,174 votos 46%
Dede Scozzafava (R) 6,796 votos 5%
lunes, 2 de noviembre de 2009
Virginia, New Jersey y 23º Distrito de NY
Buenas. Mañana es mi cumpleaños y para celebrarlo vuelven las elecciones. No son muchas pero sí un buen anticipo para entrar en calor de cara al intenso ciclo electoral de 2010. Se renuevan dos puestos de Gobernador con enorme historia: el de Gobernador de Virginia, ocupado en el pasado por tres futuros Presidentes de los Estados Unidos -Thomas Jefferson, James Monroe y John Tyler; y el despacho de Gobernador de New Jersey que ha sido ocupado por uno de los mejores Presidentes del Siglo XX, Woodrow Wilson.
También hay dos elecciones especiales a la Cámara de Representantes por los distritos 10º de California y 23º de Nueva York. Y elecciones a Alcalde en varias ciudades de peso por todo el país: Nueva York, Boston, Atlanta, Charlotte, Houston, Seattle, Pittsburgh o Minneapolis, entre otros.
En la imagen: Bob McDonnell, candidato republicano a Gobernador de Virginia.
Gobernador de Virginia: el candidato republicano es Bob McDonnel, de 55 años, ex Fiscal General de Virginia. Se trata de un hombre profundamente conservador en los asuntos sociales -dedicó su tesis doctoral a la familia cristiana- que ha preferido centrar su campaña en asuntos económicos como el transporte, la energía, los impuestos o el estímulo del turismo y la industria cinematográfica.
McDonnell propone modernizar el Departameto estatal de Transportes fomentando sociedades público-privadas para mejorar las infraestructuras en las congestionadas áreas del norte del estado: promete ampliar la Interestatal-66, mejorar la Interestatal-95, y terminar la línea de Metro hasta Dulles. Se ha mostrado a favor de hacer perforaciones petrolíferas a lo largo de la costa de Virginia, de contener el costo de las operaciones gubernamentales, y de simplificar el código fiscal.
Los demócratas presentan a Creigh Deeds, de 51 años, un antiguo miembro de la Asamblea Estatal de Virginia. Sorprendió en junio derrotando por amplio margen al poderoso Terry McAuliffe en la primaria demócrata. Durante toda la campaña se ha negado a firmar ninguna promesa para no subir los impuestos, y en sus planes para mejorar el transporte estatal ha incluído una impopular propuesta de subida del impuesto a la gasolina. Defiende elevar los castigos contra los prestamistas que negociaron hipotecas de alto riesgo. Propone un plan educativo que incluya nuevos préstamos para los estudiantes universitarios.
A un día de las elecciones, el republicano McDonnell es el gran favorito gracias a una campaña mucho más profesional que la de su adversario. Sin oposición en la primaria republicana, McDonnell tuvo tiempo desde principios de año para recaudar dinero y lanzar publicidad televisiva estableciendo en pantalla la imagen que quería transmitir a los electores. Hasta octubre había recaudado un total de casi 14 millones de dólares, todos ellos invertidos en la elección general; Deeds, por su parte, hasta esa fecha recaudó algo más de 9 millones y medio, de los cuales sólo 3 millones y medio ha podido invertir en la recta final de la campaña -el resto se lo gastó para ganar la primaria.
McDonnell ha sabido posicionarse como el candidato tecnócrata que habla de economía y empleos, dejando fuera del debate su adscripción a la derecha cristiana más fundamentalista. Deeds, al clasificarse más tarde para la competición final, ha caído en la tentación de dedicar la mayoría de sus esfuerzos a intentar definir a su adversario cuando este ya estaba definido a ojos del elector. En lugar de criticar sus propuestas, Deeds ha descrito a McDonnell como un personaje talibanesco y lo ha acusado de pretender prohibir los anticonceptivos o las mamografías por motivos religiosos. Pero esa campaña negativa no ha llegado a un electorado que durante meses no ha escuchado a McDonnell decir nada de aquello de lo que Deeds le ha acusado.
Deeds ha tenido un problema añadido con las dudas de si identificarse o no con la agenda del Presidente Obama. Cuando a partir del verano el Presidente empezó a perder mucha popularidad en Virginia, el equipo de Deeds buscó alejarse de su influencia. Esto ha supuesto un efecto contraproducente a nivel operativo para el candidato al perder las ventajas que podía ofrecer la maquinaria electoral de Obama en los suburbios de Washington DC, donde se espera una importante desmovilización de votantes respecto a las presidenciales.
Una de las claves de la probable victoria de McDonnell está en sus buenos números en la región Noreste del estado: en las presidenciales, Obama obtuvo el 60% de los votos en esa región demócrata; los sondeos indican que McDonnell cuenta con el apoyo de un 56% de los votantes allí. En el Sureste y las zonas centrales la cosa está aún peor para Deeds: en algunos condados que Obama ganó con un 54% y 52% respectivamente, Deeds no pasa de apoyos del 43% o 41%.
En la imagen: el Gobernador de New Jersey, Jon Corzine, hace campaña con el Presidente Obama.
Gobernador de New Jersey: el Gobernador Jon Corzine, demócrata de 62 años, está sudando tinta para salir reelegido después de varios meses en los que su administración ha acusado fama de incompetente y corrupta. Miembros de su gabinete investigados por el FBI, descubrimiento de redes de corrupción que involucraban a 44 oficiales electos del estado, dudosas concesiones contractuales a los funcionarios estatales para abortar protestas contra su administración, una criticada política medioambiental y altos niveles de desempleo que el Gobernador achaca a la recesión global.
Su rival republicano Chris Christie, un corpulento fiscal de distrito de 47 años, encontró el cielo abierto para destrozar a Corzine recordando sus promesas incumplidas y su vinculación a oficiales ocrruptos, e hizo campaña por la ética en el gobierno y la reducción de la corrupción, y en contra del despilfarro fiscal. Advirtió también que la reelección del Gobernador Corzine supondría una casi segura subida del impuesto a la propiedad.
A comienzos de septiembre, Christie llegó a alcanzar una ventaja de 10 puntos en los sondeos, fue su mejor momento en esta carrera de fondo. Pero en los últimos dos meses, Corzine, que sólo es popular en dos (Hudson y Essex) de los 21 condados del estado, ha protagonizado una sorprendente recuperación que le va a permitir llegar al día de mañana en un empate técnico.
La recuperación de Corzine es el resultado de varios factores: por un lado cuenta con una evidente ventaja estructural en un estado que lleva años invariablemente en la columna demócrata; luego sabedor de que la popularidad del Presidente Obama (que ganó el estado con el 57% de los votos) no se ha resentido en New Jersey tanto como en otros estados, Corzine ha buscado ajustar al máximo la relación de trabajo entre su equipo de campaña y la Casa Blanca; y ha tenido más dinero para gastar y ha podido poner en el aire casi tres veces más anuncios electorales que su rival.
Pero el factor más importante de todos ha sido la irrupción de un candidato independiente, Chris Daggett, que compite con el republicano Christie por los votantes independientes que buscan al candidato que mejor represente el "cambio" frente a Corzine. De los electores de Daggett, una mayoría dice preferir a Christie antes que a Corzine. La clave puede estar en el comportamiento definitivo de una parte de ese 10% que dice que votará por Daggett pero no quiere ver reelegido a Corzine.
En la imagen: Doug Hoffman, candidato conservador a la Cámara de Representantes por el 23º Distrito de NY.
El tercer punto de interés del día estará en las elecciones a un asiento en la Cámara de Representantes por el 23º Distrito de Nueva York. Esta sería una elección sin interés de no ser por el precedente que puede suponer en el proceso interno republicano con vistas al ciclo electoral del año próximo. El escaño estuvo ocupado por el republicano John McHugh hasta que hace unos meses fue nombrado Secretario del Ejército de Tierra por el Presidente Obama. La de mañana es una elección especial para cubrir su vacante en el Congreso.
La congresista estatal Dede Scozzafava se hizo con la nominación del Partido Republicano y con el apoyo explícito del aparato oficial del Comité Nacional Republicano. Pero, paralelamente, el movimiento conservador de base, con el apoyo de celebridades nacionales como Sarah Palin, Newt Gingrich, Fred Thompson, Tim Pawlenty, Mike Huckabee, y otros, así como de organizaciones como la 'American Conservative Union', el 'Club for Growth' o el 'Eagle Forum', empezó a organizarse para apoyar a Doug Hoffman, un hombre de negocios independiente, candidato por el Conservative Party de Nueva York. Este movimiento provocó hace dos días la retirada de Scozzafava (candidata republicana) que ha decidido apoyar a su rival demócrata, y el alineamiento del aparato republicano con el candidato del Conservative Party.
En la búsqueda de un conservadurismo químicamente puro, los republicanos se arriesgan a perder el voto moderado del 23º Distrito de NY, un distrito que ha venido votando republicano desde 1870. La moderada Scozzafava era un valor seguro pensando sólo en mantener el escaño; Hoffman no lo es, puede perder frente al candidato demócrata. Pero el movimiento que rodea su candidatura radical ha vigorizado al movimiento conservador a nivel nacional como hace años que no lo hacía ningún candidato al Congreso.
Entre los objetivos del movimiento conservador, además de derrotar a candidatos demócratas, siempre ha estado el reemplazar a los republicanos moderados por otros más conservadores, para desplazar hacia la derecha el caucus republicano. Hoffman es pues un candidato del movimiento, no del partido. De su éxito o fracaso puede depender que el año próximo veamos o no a conservadores independientes desafiando en primarias a legisladores republicanos moderados.
Es una de esas pequeñas grandes experiencias que nos ofrece siempre el proceso electoral en EEUU. De ser elegido, Hoffman se convertirá en una figura nacional de referencia para los republicanos; de ser derrotado, se convertirá en tertuliano habitual de los programas de política de la Fox News y escribirá algún libro que alcanzará el éxito de ventas.
*Para consultar últimos sondeos: RealClearPolitics
También hay dos elecciones especiales a la Cámara de Representantes por los distritos 10º de California y 23º de Nueva York. Y elecciones a Alcalde en varias ciudades de peso por todo el país: Nueva York, Boston, Atlanta, Charlotte, Houston, Seattle, Pittsburgh o Minneapolis, entre otros.
En la imagen: Bob McDonnell, candidato republicano a Gobernador de Virginia.
Gobernador de Virginia: el candidato republicano es Bob McDonnel, de 55 años, ex Fiscal General de Virginia. Se trata de un hombre profundamente conservador en los asuntos sociales -dedicó su tesis doctoral a la familia cristiana- que ha preferido centrar su campaña en asuntos económicos como el transporte, la energía, los impuestos o el estímulo del turismo y la industria cinematográfica.
McDonnell propone modernizar el Departameto estatal de Transportes fomentando sociedades público-privadas para mejorar las infraestructuras en las congestionadas áreas del norte del estado: promete ampliar la Interestatal-66, mejorar la Interestatal-95, y terminar la línea de Metro hasta Dulles. Se ha mostrado a favor de hacer perforaciones petrolíferas a lo largo de la costa de Virginia, de contener el costo de las operaciones gubernamentales, y de simplificar el código fiscal.
Los demócratas presentan a Creigh Deeds, de 51 años, un antiguo miembro de la Asamblea Estatal de Virginia. Sorprendió en junio derrotando por amplio margen al poderoso Terry McAuliffe en la primaria demócrata. Durante toda la campaña se ha negado a firmar ninguna promesa para no subir los impuestos, y en sus planes para mejorar el transporte estatal ha incluído una impopular propuesta de subida del impuesto a la gasolina. Defiende elevar los castigos contra los prestamistas que negociaron hipotecas de alto riesgo. Propone un plan educativo que incluya nuevos préstamos para los estudiantes universitarios.
A un día de las elecciones, el republicano McDonnell es el gran favorito gracias a una campaña mucho más profesional que la de su adversario. Sin oposición en la primaria republicana, McDonnell tuvo tiempo desde principios de año para recaudar dinero y lanzar publicidad televisiva estableciendo en pantalla la imagen que quería transmitir a los electores. Hasta octubre había recaudado un total de casi 14 millones de dólares, todos ellos invertidos en la elección general; Deeds, por su parte, hasta esa fecha recaudó algo más de 9 millones y medio, de los cuales sólo 3 millones y medio ha podido invertir en la recta final de la campaña -el resto se lo gastó para ganar la primaria.
McDonnell ha sabido posicionarse como el candidato tecnócrata que habla de economía y empleos, dejando fuera del debate su adscripción a la derecha cristiana más fundamentalista. Deeds, al clasificarse más tarde para la competición final, ha caído en la tentación de dedicar la mayoría de sus esfuerzos a intentar definir a su adversario cuando este ya estaba definido a ojos del elector. En lugar de criticar sus propuestas, Deeds ha descrito a McDonnell como un personaje talibanesco y lo ha acusado de pretender prohibir los anticonceptivos o las mamografías por motivos religiosos. Pero esa campaña negativa no ha llegado a un electorado que durante meses no ha escuchado a McDonnell decir nada de aquello de lo que Deeds le ha acusado.
Deeds ha tenido un problema añadido con las dudas de si identificarse o no con la agenda del Presidente Obama. Cuando a partir del verano el Presidente empezó a perder mucha popularidad en Virginia, el equipo de Deeds buscó alejarse de su influencia. Esto ha supuesto un efecto contraproducente a nivel operativo para el candidato al perder las ventajas que podía ofrecer la maquinaria electoral de Obama en los suburbios de Washington DC, donde se espera una importante desmovilización de votantes respecto a las presidenciales.
Una de las claves de la probable victoria de McDonnell está en sus buenos números en la región Noreste del estado: en las presidenciales, Obama obtuvo el 60% de los votos en esa región demócrata; los sondeos indican que McDonnell cuenta con el apoyo de un 56% de los votantes allí. En el Sureste y las zonas centrales la cosa está aún peor para Deeds: en algunos condados que Obama ganó con un 54% y 52% respectivamente, Deeds no pasa de apoyos del 43% o 41%.
En la imagen: el Gobernador de New Jersey, Jon Corzine, hace campaña con el Presidente Obama.
Gobernador de New Jersey: el Gobernador Jon Corzine, demócrata de 62 años, está sudando tinta para salir reelegido después de varios meses en los que su administración ha acusado fama de incompetente y corrupta. Miembros de su gabinete investigados por el FBI, descubrimiento de redes de corrupción que involucraban a 44 oficiales electos del estado, dudosas concesiones contractuales a los funcionarios estatales para abortar protestas contra su administración, una criticada política medioambiental y altos niveles de desempleo que el Gobernador achaca a la recesión global.
Su rival republicano Chris Christie, un corpulento fiscal de distrito de 47 años, encontró el cielo abierto para destrozar a Corzine recordando sus promesas incumplidas y su vinculación a oficiales ocrruptos, e hizo campaña por la ética en el gobierno y la reducción de la corrupción, y en contra del despilfarro fiscal. Advirtió también que la reelección del Gobernador Corzine supondría una casi segura subida del impuesto a la propiedad.
A comienzos de septiembre, Christie llegó a alcanzar una ventaja de 10 puntos en los sondeos, fue su mejor momento en esta carrera de fondo. Pero en los últimos dos meses, Corzine, que sólo es popular en dos (Hudson y Essex) de los 21 condados del estado, ha protagonizado una sorprendente recuperación que le va a permitir llegar al día de mañana en un empate técnico.
La recuperación de Corzine es el resultado de varios factores: por un lado cuenta con una evidente ventaja estructural en un estado que lleva años invariablemente en la columna demócrata; luego sabedor de que la popularidad del Presidente Obama (que ganó el estado con el 57% de los votos) no se ha resentido en New Jersey tanto como en otros estados, Corzine ha buscado ajustar al máximo la relación de trabajo entre su equipo de campaña y la Casa Blanca; y ha tenido más dinero para gastar y ha podido poner en el aire casi tres veces más anuncios electorales que su rival.
Pero el factor más importante de todos ha sido la irrupción de un candidato independiente, Chris Daggett, que compite con el republicano Christie por los votantes independientes que buscan al candidato que mejor represente el "cambio" frente a Corzine. De los electores de Daggett, una mayoría dice preferir a Christie antes que a Corzine. La clave puede estar en el comportamiento definitivo de una parte de ese 10% que dice que votará por Daggett pero no quiere ver reelegido a Corzine.
En la imagen: Doug Hoffman, candidato conservador a la Cámara de Representantes por el 23º Distrito de NY.
El tercer punto de interés del día estará en las elecciones a un asiento en la Cámara de Representantes por el 23º Distrito de Nueva York. Esta sería una elección sin interés de no ser por el precedente que puede suponer en el proceso interno republicano con vistas al ciclo electoral del año próximo. El escaño estuvo ocupado por el republicano John McHugh hasta que hace unos meses fue nombrado Secretario del Ejército de Tierra por el Presidente Obama. La de mañana es una elección especial para cubrir su vacante en el Congreso.
La congresista estatal Dede Scozzafava se hizo con la nominación del Partido Republicano y con el apoyo explícito del aparato oficial del Comité Nacional Republicano. Pero, paralelamente, el movimiento conservador de base, con el apoyo de celebridades nacionales como Sarah Palin, Newt Gingrich, Fred Thompson, Tim Pawlenty, Mike Huckabee, y otros, así como de organizaciones como la 'American Conservative Union', el 'Club for Growth' o el 'Eagle Forum', empezó a organizarse para apoyar a Doug Hoffman, un hombre de negocios independiente, candidato por el Conservative Party de Nueva York. Este movimiento provocó hace dos días la retirada de Scozzafava (candidata republicana) que ha decidido apoyar a su rival demócrata, y el alineamiento del aparato republicano con el candidato del Conservative Party.
En la búsqueda de un conservadurismo químicamente puro, los republicanos se arriesgan a perder el voto moderado del 23º Distrito de NY, un distrito que ha venido votando republicano desde 1870. La moderada Scozzafava era un valor seguro pensando sólo en mantener el escaño; Hoffman no lo es, puede perder frente al candidato demócrata. Pero el movimiento que rodea su candidatura radical ha vigorizado al movimiento conservador a nivel nacional como hace años que no lo hacía ningún candidato al Congreso.
Entre los objetivos del movimiento conservador, además de derrotar a candidatos demócratas, siempre ha estado el reemplazar a los republicanos moderados por otros más conservadores, para desplazar hacia la derecha el caucus republicano. Hoffman es pues un candidato del movimiento, no del partido. De su éxito o fracaso puede depender que el año próximo veamos o no a conservadores independientes desafiando en primarias a legisladores republicanos moderados.
Es una de esas pequeñas grandes experiencias que nos ofrece siempre el proceso electoral en EEUU. De ser elegido, Hoffman se convertirá en una figura nacional de referencia para los republicanos; de ser derrotado, se convertirá en tertuliano habitual de los programas de política de la Fox News y escribirá algún libro que alcanzará el éxito de ventas.
*Para consultar últimos sondeos: RealClearPolitics
miércoles, 26 de agosto de 2009
Sen. Ted Kennedy en la DNC de 1980
Con motivo de su muerte, C-Span nos ha facilitado el discurso completo (35 minutos) que el Senador Ted Kennedy pronunció en la Convención Nacional Demócrata de 1980. Considerado el discurso más importante de su carrera política, recordar que tuvo lugar en el contexto de la lucha cerrada con Jimmy Carter por la nominación presidencial demócrata.
El éxito del discurso, pronunciado tras ser derrotado por Carter, convirtió a Kennedy en el indiscutible front-runner para la candidatura demócrata para las presidenciales de 1984, hasta que un inoportuno divorcio le llevó en diciembre de 1982 a auto-descartarse como candidato. Y las últimas esperanzas de sus seguidores de volver a verlo disputando la Casa Blanca se esfumaron en diciembre de 1985, cuando anunció que tampoco en el 88, asumiendo que terminaría sus días en el Senado.
viernes, 19 de junio de 2009
Para fans de Reagan...
En las últimas semanas, la Reagan Foundation ha ido subiendo a Youtube una serie de discursos pronunciados por el Presidente Ronald Reagan. Me hubieran venido de maravilla el año pasado como complemento para ciertos artículos, para hacer el gusto a los lectores que no cuentan con Realplayer. Pero como más vale tarde que nunca, abajo os dejo tres muestras de esos discursos inolvidables, completos y en alta calidad. Lo más novedoso son sus discursos sobre el Estado de la Unión, que no estaban disponibles en ningún lado; ahora podéis encontrarlos todos (los ocho) aquí.
Su primer discurso sore el Estado de la Unión (1981).
Convención Nacional Republicana de 1984, en Dallas, Texas.
Convención Nacional Republicana de 1988, en New Orleans, Louisiana.
Su primer discurso sore el Estado de la Unión (1981).
Convención Nacional Republicana de 1984, en Dallas, Texas.
Convención Nacional Republicana de 1988, en New Orleans, Louisiana.
miércoles, 3 de junio de 2009
Pierre Salinger: Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1961-1964)
Pierre Emil George Salinger (n. 14 de junio, 1925 - m. 16 de octubre, 2004) Periodista estadounidense. Fue Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1961-1964) durante todo el mandato del Presidente John F. Kennedy y los primeros meses de mandato del Presidente Lyndon B. Johnson.
Primeros años
Hijo de un ingeniero neoyorkino y de una periodista francesa, Salinger nació en San Francisco, California. Se educó en la religión católica de su madre, a pesar de que su padre era judío. Niño prodigio, aprendió a tocar el piano antes que a leer, y a la edad de seis años dio su primer recital en Toronto, Canadá. Por miedo a los efectos negativos que pudiera tener sobre él una carrera artística a tan temprana edad, sus padres decidieron cancelar todas sus actuaciones ante el público, aunque siguió recibiendo lecciones de piano en privado.
A los 17 años, se alistó en la Armada y sirvió en un submarino en el Océano Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. De vuelta en California, en 1947 se graduó por la Universidad de San Francisco.
Periodista
Encarriló su carrera hacia el periodismo, trabajando como reportero del San Francisco Chronicle y redactor de la revista Collier's a finales de los años 40 y principios de los 50. Destacó por su serie de artículos sobre abusos penitenciarios.
En 1956, comenzó una investigación periodística sobre la figura de James Hoffa, jefe del sindicato de camioneros, vinculado al crimen organizado. La investigación lo pondría en contacto con Robert Kennedy, entonces consejero legal del Comité Especial del Senado para investigar las actividades ilegales en las relaciones sindicato-empresa (1957-1959). Kennedy incorporó a Salinger como asesor del Comité.
Campaña electoral de 1960
Recomendado por Robert, Salinger fue nombrado en 1959 jefe de prensa del Senador John F. Kennedy. Y en 1960, ejerció de portavoz de la campaña presidencial de JFK.
Durante la batalla por la nominación presidencial demócrata, a Salinger le tocó ser particularmente duro con el Senador Lyndon B. Johnson, de Texas, principal amenaza para la nominación de JFK. Más tarde se vio obligado a modificar el tono para procurar la incorporación de Johnson al ticket electoral.
Salinger explicó así lo que vivió en la Convención Nacional Demócrata de 1960: "Habíamos sido muy duros con Lyndon Johnson porque era un candidato potencialmente peligroso para nosotros. De repente, una mañana, unas 24 horas antes de la nominación, recibí una llamada de Phil Graham (editor del 'Washington Post') diciéndome: "deja de atacar a Johnson." Yo le pregunté, "¿qué quieres decir?" Y él me contestó, "va a ser el candidato a Vicepresidente." Esa fue la primera vez que oí a nadie mencionar esa posibilidad que nunca habíamos contemplado. Graham tenía buenas relaciones con John Kennedy, así que podía saber algo de lo que yo no había oído hablar. Inmediatamente fui a ver al Senador Kennedy, para decirle que Phil Graham me había dicho que no atacara más a Johnson. Kennedy me dijo, "no es mala idea."
"A las 6:30 de la mañana del día siguiente a la nominación del Senador Kennedy, Kenny O'Donnell y yo fuimos a ver a Bobby (Kennedy) para empezar a discutir sobre la selección de un Vicepresidente. Bobby se estaba bañando y nos gritó desde el baño, "¿cuántos votos electorales conseguiremos en noviembre si ganamos el Sur y el Noreste? ¿podemos ganar la elección con esas regiones?" O'Donnell le dijo, "no estarás pensando en nominar a Lyndon Johnson, ¿verdad?" Y Bobby respondió que sí. Luego tuvimos una gran pelea con él; ni a Kenny ni a mí nos gustaba Johnson; yo apostaba fuerte por el Senador Symington y creo que Kenny quería al Senador Henry "Scoop" Jackson. Pero Bobby dijo, "no, parece que va a ser Johnson."
En los últimos cuatro meses de campaña, Salinger estuvo en contacto permanente con Herb Klein, el director de comunicaciones del republicano Richard Nixon. Por solidaridad el uno con el otro, Salinger y Klein acordaron informarse mutuamente en caso de que tuvieran conocimiento de algún truco sucio que sus respectivas campañas estuvieran preparando contra el adversario.
Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1961-1964)
Tras la victoria electoral, Pierre Salinger se convirtió, a sus 35 años, en Secretario de Prensa de la Casa Blanca. Planificó grandes innovaciones para las conferencias de prensa presidenciales: su antecesor, Jim Hagerty, había sido el primero en permitir la filmación y emisión de versiones editadas para televisión de las ruedas de prensa del Presidente; Salinger se propuso ir más allá y autorizar las emisiones en directo.
Los reporteros habían admirado la eficiencia y profesionalidad de Hagerty; con Salinger establecieron una relación más cercana, apoyada en el cariño y el aprecio, llegando a considerarlo un aliado. Salinger tuvo una clara ventaja respecto a su antecesor: al Presidente Dwight Eisenhower, hombre de formación militar, le había gustado guardar siempre las distancias con los periodistas; por contra, el Presidente Kennedy, cuyo primer empleo había sido como reportero del International News Service, era mucho más accesible para los medios, y contaba a varios periodistas entre sus amigos personales. Eso facilitó la labor de Salinger.
Salinger explicó así su relación de trabajo con el Presidente: "Había algo diferente en la Administración Kennedy. La puerta del Despacho Oval nunca estaba bloqueada; doce de nosotros teníamos acceso a ese despacho a cualquier hora del día. No teníamos que ir a pedirle permiso a nadie para ver al Presidente; símplemente, entrábamos. A veces decíamos cosas con las que el Presidente no estaba de acuerdo, y nos replicaba con fuerza. Pero teníamos la posibilidad de decir lo que quisiéramos; no era una administración en la que el staff del Presidente tuviera que imaginar cual era su posición antes de una reunión para asegurarse de seguir esa línea. De alguna manera, yo fui el outsider dentro de su círculo interno: yo no era un hombre de Harvard, y no era irlandés -pero esto nunca fue un problema."
En la imagen: el Presidente John F. Kennedy y Pierre Salinger (derecha) a bordo del USS Joseph P. Kennedy, en 1962.
El momento más complicado le llegó en octubre de 1962 con la Crisis de los Misiles. La mañana del sábado 20 de octubre de 1962, el Presidente Kennedy se encontraba hospedado en el Hotel Sheraton Blackstone de Chicago con una agenda repleta de eventos de campaña de apoyo a candidatos demócratas locales para las elecciones de medio mandato. Apoyar a la maquinaria demócrata de Chicago era una prioridad para un Kennedy que debía en gran medida su elección de 1960 a las técnicas de patronaje del Alcalde Richard Daley.
Pierre Salinger, como acostumbraba en casi todos los viajes, había acompañado a Kennedy a Chicago. Aquella mañana, el Presidente le llamó, "Pierre, sube a mi habitación, tengo que decirte algo." Cuando llegó a su suite, Kennedy le estaba esperando: "Pierre, me encuentro fatal. Tengo una gripe de caballo. Los médicos me dicen que debo volver a Washington cuanto antes si no quiero poner mi salud en peligro." Salinger se dio cuenta enseguida que el pretexto del resfriado era falso, pero no tuvo más remedio que anunciarlo como una verdad: "el volumen de las actividades era al aire libre. Y la opinión del doctor ha sido que era mejor cancelar su agenda y volver a Washington", dijo a los reporteros.
El Presidente se negó en un principio a facilitar más información a Salinger y, durante varias horas, el Secretario de Prensa tuvo que moverse a ciegas ante la ansiedad de la prensa por saber más detalles. Finalmente, fue informado de que, cuatro días antes, unas fotografías aéreas tomadas sobre Cuba demostraban la instalación de misiles nucleares en la isla. Salinger se incorporó a las reuniones del comité ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional, y durante los días que duró la crisis fue la cara y la voz de la administración.
La tarde del 22 de noviembre de 1963, momento en que el Presidente Kennedy fue tiroteado en las calles de Dallas, Salinger se encontraba volando sobre el Océano Pacífico, camino de Japón, acompañado del Secretario de Estado Dean Rusk y otros oficiales del Gobierno, para preparar una histórica visita de Kennedy a Japón (la primera de un Presidente americano desde la Segunda Guerra Mundial) planeada para febrero de 1964.
En el avión recibieron un breve teletipo: "El Presidente Kennedy herido gravemente, quizá mortalmente, por disparos en el centro de Dallas." Generalmente, Salinger acostumbraba a acompañar al Presidente en todos sus viajes nacionales e internacionales, pero aquel día no lo acompañaba en Texas. Incomunicado, el Secretario de Prensa no tuvo acceso a información de primera mano sobre lo ocurrido, ni la posibilidad de dar la noticia de su muerte.
Se mantuvo como Secretario de Prensa de la Casa Blanca durante los cuatro primeros meses de la presidencia de Lyndon Johnson, hasta que renunció con la intención de preparar una carrera política propia. En agosto de 1964, tras el fallecimiento del Senador Clair Engle, de California, Salinger fue designado para cubrir su vacante. Se dispuso a intentar ser ratificado por los votantes en noviembre, pero perdió la elección frente al candidato republicano, el actor de cine George Murphy.
Campaign manager de Bobby Kennedy (1968)
Tras unos años trabajando como relaciones públicas en la empresa privada, Salinger fue campaign manager de la campaña presidencial de su amigo el Senador Robert Kennedy (1968). Tuvieron que organizar la campaña con poco tiempo y de forma casi improvisada tras la inesperada renuncia de Johnson a presentarse a la reelección, pero obtuvieron buenos resultados: destacando su triunfo en California, se hicieron con 396 delegados, menos que los 561 del Vicepresidente Hubert Humphrey, pero más que los 258 del Senador Eugene McCarthy.
Todo se vino abajo con el asesinato del candidato la noche del 5 de junio de 1968 en el Hotel Ambassador de Los Angeles. Aquella noche, el Senador Kennedy ganó las primarias de California y Dakota del Sur, y Salinger recibió una llamada del influyente Alcalde de Chicago, Richard Daley, en la que este le aseguraba que tras lo visto en California había decidido dar su apoyo a Kennedy. Estaban concretando apoyos importantes y decididos a plantear batalla por la nominación en la Convención.
En la imagen: Pierre Salinger (centro) viendo por televisión la declaración de victoria de Bobby Kennedy en el Hotel Ambassador de Los Angeles, California, el 5 de junio, 1968.
Cuando el Senador Kennedy fue tiroteado en los pasillos interiores de la cocina del hotel, Salinger se encontraba a sólo 4 metros de distancia. Unos pocos días antes, durante la primaria de Oregon, Jim McManus, uno de los hombres que trabajaba en la logística de la campaña, le había dicho a Salinger, "bajo ninguna circunstancia debería Bobby pasar por esa cocina. Ya sabes que habitualmente suele haber grasa en el suelo. Se va a caer o algo." No le dieron demasiada importancia al consejo, al tratarse de un peligro menor, y a Salinger se le olvidó pasar el mensaje al candidato. Esa recomendación habría podido evitar el magnicidio.
Desolado por el asesinato de su amigo, Salinger se marchó a vivir a Francia.
Últimos años
En 1972 volvió a EEUU para colaborar como asesor de comunicaciones en la fallida campaña presidencial del Senador George McGovern. Apartado definitivamente de la política, en 1973 volvió al periodismo como redactor del periódico francés L'Express; en 1978 se convirtió en corresponsal jefe de la cadena de televisión ABC en París; y en 1983 pasó a ser corresponsal jefe de ABC en Europa. En 1981 recibió el George Polk Award in Journalism por dar la primicia de que el Gobierno de EEUU había negociado en secreto con Irán por la liberación de rehenes.
Retirado en 1993, levantó una gran polémica en 1996 al denunciar en público que la misteriosa explosión en pleno vuelo de un Jumbo de la compañía TWA había sido consecuencia de una maniobra balística con misiles disparados desde uno de los destructores Aegis de la Marina estadounidense. Años antes, en 1988, Salinger mantuvo que el estallido del avión de la PanAm en Lockerbie -de la que EEUU acusó a terroristas pagados por Libia- fue provocado por Siria e Irán, y que EEUU prefirió ocultar la verdad para no perjudicar los procesos de paz en Oriente Medio.
En los últimos años de su vida se instaló de forma definitiva en Francia, cumpliendo su promesa de que "si Bush gana las elecciones, voy a dejar el país y pasar el resto de mi vida en Francia." Murió en octubre de 2004 en Cavaillon, Francia, a los 79 años de edad. Está enterrado en el Cementerio Nacional de Arlington.
Video: una de las declaraciones de Pierre Salinger desde la Casa Blanca durante la Crisis de los Misiles, en octubre de 1962.
martes, 24 de marzo de 2009
Ted Joslin: Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1931-1933)
En la imagen: el Presidente Hoover (izquierda) y Ted Joslin, en 1932.
Theodore Goldsmith Joslin (28 de febrero, 1890 - 12 de abril, 1944) Periodista estadounidense. Fue Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1931-1933)
Periodista
Nació en Leominster, Massachusetts. Nada más terminar la educación secundaria, empezó a trabajar en las oficinas de Associated Press (AP) en Boston, Massachusetts, llegando a corresponsal. En 1913 se integró en el personal del periódico vespertino Boston Evening Transcript, en sus oficinas de Washington Street de Boston: en 1916 fue trasladado a las oficinas del Evening Transcript en Washington DC, y en 1924 nombrado corresponsal jefe del diario en la capital federal. Entre 1916 y 1931, trabajó también para el World's Week y otras revistas semanales.
Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1931-1933)
En marzo de 1931, Ted Joslin fue nombrado Secretario de Prensa del Presidente Herbert Hoover, en sustitución de George Akerson, para corregir el deterioro de la relación del Presidente con los cuerpos de prensa de Washington DC. Fue uno de los tres secretarios presidenciales que el Congreso le permitió tener a Hoover. A Joslin le gustaba que le llamaran "secretario de relaciones públicas."
Joslin sentía una fuerte admiración personal por Hoover, pero no tuvieron éxito sus intentos de mejorar la imagen del Presidente, fuertemente criticado por la prensa nacional y golpeado por el colapso de la economía naiconal y la Gran Depresión, y las masivas protestas de miles de ex combatientes y veteranos de la Primera Guerra Mundial en demanda del pago de los bonos que se les debían.
En 1932, dirigió las operaciones de comunicaciones en la campaña de reelección del Presidente Hoover. La campaña del 32 supuso un punto de inflexión en el terreno de la comunicación. Hoover pronunció más de un centenar de discursos electorales preparados por sus asesores, cantidad que excedía la costumbre de la época tratándose de un Presidente en funciones. Y la radio, presente en 12 millones de hogares estadounidenses, adquirió un nuevo protagonismo.
Joslin cesó en sus funciones como Secretario de Prensa en marzo de 1933, coincidiendo con la salida de Herbert Hoover de la Casa Blanca. En esos dos años de servicio al Presidente, escribió un diario que después publicaría con el título 'Hoover Off the Record'.
Últimos años
Tras abandonar la Casa Blanca, volvió a trabajar como periodista: escribió crónicas desde Washington DC para el empresario y filántropo Roger W. Babson (1933-1936), y sirvió como presidente del periódico The News-Journal de Wilmington, Delaware (1936-1939). En 1939, se convirtió en director de relaciones públicas de la empresa química DuPont Company, cargo que ocupó hasta que en 1944 murió de un ataque al corazón en su oficina.
martes, 10 de marzo de 2009
George Akerson: Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1929-1931)
En la imagen: George Akerson (izquierda) con el Presidente Herbert Hoover en la Rosaleda de la Casa Blanca, 1931.
George Edward Akerson (n. 5 de septiembre, 1889 – m. 21 de diciembre, 1937) Periodista estadounidense. Fue el primer Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1929-1931).
Primeros años
Nació en Minneapolis, Minnesota. Estudió Ciencia, Literatura y Arte en la Universidad de Minnesota. Completó sus estudios graduándose en Ciencias Políticas por la Universidad de Harvard. Pronto orientó su carrera profesional hacia el periodismo, ejerciendo durante años en el Minneapolis Tribune.
En 1925, siendo corresponsal del Tribune en Washington DC, fue contratado por el Secretario de Comercio Herbert Hoover como su secretario privado y manager político. Hoover tenía en mente airear en los medios sus deseos de suceder a Coolidge en la Presidencia en las elecciones del 28.
Akerson supo cómo colocar a sus colegas periodistas en términos receptivos, invitando a los directores de los grandes periódicos a reuniones privadas con Hoover. Utilizó las graves inundaciones del Mississippi en 1927, en las que el Secretario Hoover estuvo al frente de las operaciones federales de rehabilitación, para generar publicidad positiva sobre su jefe, y lanzarlo a la carrera presidencial.
Secretario de Prensa de la Casa Blanca (1929-1931)
En la década de los años 20, las conferencias de prensa habían emergido como una forma propia de comunicación de la oficina presidencial con los ciudadanos estadounidenses. El Presidente Warren Harding había contratado al redactor de discursos Judson Welliver en 1923, y había empezado a ofrecer dos ruedas de prensa semanales. Y el Presidente Calvin Coolidge había sido el primer mandatario en utilizar la radio para dirigirse mensualmente al público.
El Presidente Herbert Hoover, advertido sobre la importancia creciente de la comunicación de masas, decidió reservar la radio sólo para ocasiones especiales, como los discursos sobre el estado de la Unión, y crear el cargo de Secretario de Prensa para mantener informados a los cuerpos de prensa de los asuntos cotidianos. La decisión supuso una pequeña revolución en el organigrama del staff de la Casa Blanca: antes de 1929, todos los Presidentes salvo Abraham Lincoln, habían contado con un sólo asistente con rango de secretario, una especie de "super-administrador", entre cuyas funciones se incluía tratar con los reporteros.
Con Hoover, por primera vez, un sólo individuo fue asignado a esa concreta tarea: George Akerson, un hombre que ya había tenido las mismas responsabilidades con Hoover en el Departamento de Comercio. A Hoover le encantaba cultivar las relaciones con los medios, por lo que la creación del nuevo puesto generó grandes expectativas. Sin embargo, la experiencia fue negativa por los continuos desencuentros entre Akerson y Lawrence Richey, el secretario presidencial, por ver cual de los dos tomaba decisiones sobre el acceso de los periodistas al Presidente. Akerson se ganó las críticas de los reporteros, al no ver cumplidas sus expectativas, perdió la batalla interna con Richey, y decidió dimitir.
Últimos años
Tras abandonar la Casa Blanca, Akerson se trasladó a Nueva York, y aceptó un empleo en la Paramount-Publix Corp. por 30,000 dólares al año.
Murió a los 48 años a consecuencia de una enfermedad renal.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Rahm Emanuel: Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (a partir de 2009)
Rahm Israel Emanuel (n. 29 de noviembre, 1959) Político estadounidense. Miembro del Partido Demócrata. Es el actual Jefe de de Gabinete de la Casa Blanca. Antes fue Congresista por Illinois (2003-2009).
Origen y formación
Nació en una familia judía ortodoxa de Chicago, Illinois. Su padre era un pediatra nacido en Jerusalem, que había sido militante a Irgun, la organización paramilitar sionista que operó en los años 30 y 40 en Palestina; y su madre era hija de un líder sindicalista de Chicago. Sus padres lo bautizaron con el nombre de Rahm, que en hebreo significa "alto" o "elevado", porque era el homónimo de Rahamin, un combatiente del grupo armado sionista Lehi (Luchadores por la Libertad de Israel).
Mientras la familia vivió en Chicago, Emanuel atendió la Bernard Zell Anshe Emet Day School, una escuela judía conservadora. Después de mudarse a Wilmette, Illinois, atendió las escuelas públicas de Romona School, Wilmette Junior High School, y New Trier West High School. Durante algunos veranos, él y sus hermanos fueron enviados a campamentos de verano en Israel.
Se graduó en ballet por la Evanston School of Ballet. Logró una beca para estudiar en el Joffrey Ballet de Chicago, pero prefirió matricularse en la Sarah Lawrence College, una escuela de artes liberales con un prestigioso programa de danza. Se graduó en Humanidades por la Sarah Lawrence College en 1981, y completó sus estudios con un Master en Comunicación por la Northwestern University.
Con Clinton
Poco después de abandonar la universidad, entró en contacto con la política trabajando en la exitosa campaña de reelección del Senador Paul Simon, de Illinois, en 1984. Entre 1987 y 1988, fue asesor de la fallida campaña presidencial del Senador Simon. Y, en 1989, se desempeñó como jefe de finanzas de la campaña electoral del Alcalde de Chicago, Richard Daley.
Tras pasar una temporada como voluntario civil en una base militar israelí durante la Guerra del Golfo, se integró en la campaña presidencial del Gobernador Bill Clinton, de Arkansas, como jefe de finanzas. Había conocido a Clinton en el Democratic Leadership Council (DLC), organización de demócratas centristas que el Gobernador de Arkansas presidía desde 1990, y con la que Emanuel venía colaborando.
Su conocimiento de los principales recaudadores de fondos del país, y su cercanía con los grandes donantes de la comunidad judía, contribuyeron de forma decisiva a que Clinton consiguiera amasar una suma de 72 millones de dólares, superando en recaudación a todos sus rivales demócratas. Emanuel convenció a Clinton de que dedicara la mayor parte del año 1991 a recaudar dinero, más que a hacer campaña en Iowa o New Hampshire. El consejo se reveló como un éxito, al dejar pronto al Senador Paul Tsongas sin posibilidades de competir por falta de fondos.
Tras la elección de Clinton, Emanuel se instaló en la Casa Blanca, donde permaneció cinco años (1993-1998), primero como asistente del Presidente para Asuntos Políticos, y después como senior advisor para política y estrategia. Fue uno de los estrategas en los fallidos esfuerzos de la Casa Blanca por establecer un sistema universal de sanidad, y trabajó en algunos de los principales éxitos legislativos del Presidente Clinton: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), la legislación del crimen, o la reforma de la asistencia social.
También fue el encargado de la organización de la ceremonia de firma de los Acuerdos de Oslo en la Casa Blanca, entre Israel y la OLP (1993). Dirigió los detalles de la ceremonia con el equipo de comunicaciones de la Casa Blanca, incluída la coreografía del famoso apretón de manos entre Yitzhak Rabin y Yasser Arafat.
(hacer click para ver más grande)
En la imagen: Rahm Emanuel (izquierda), con el Jefe de Gabinete Erskine Bowles y el Presidente Bill Clinton, en 1997.
En la banca de inversiones
Decidió abandonar la Casa Blanca en 1998, para trabajar en Wasserstein Perella & Co., un banco de inversiones. En 1999, se convirtió en director gerente de las oficinas de Wasserstein Perella & Co. en Chicago. Acumuló una fortuna de 16,2 millones de dólares y se convirtió en un hombre rico. Trabajó en ocho importantes acuerdos con Wasserstein Perella & Co, incluída la adquisición de Peco Energy por la Commonwealth Edison, y la compra de SecurityLink por GTCR Golder Rauner.
En 2000, fue nombrado miembro de la junta directiva de Federal Home Loan Mortgage Corporation (Freddie Mac). En ese puesto cobró 31,060 dólares en 2000, y 231,655 dólares en 2002. Durante ese periodo, Freddie Mac estuvo envuelta en varios escándalos relacionados con irregularidades contables y contribuciones a campañas políticas.
Congresista por Illinois (2003-2009)
En 20002, Emanuel decidió abandonar el sector privado para competir por un escaño en la Cámara de Representantes de EEUU por el 5º Distrito de Illinois, un distrito fuertemente demócrata, hasta entonces representado por el Congresista Rod Blagojevich que había decidido presentarse a Gobernador de Illinois. Don Tomczak, jefe del Departamento de Aguas de Chicago, más tarde procesado por la justicia, y otros hombres de confianza del Alcalde Daley, enviaron a sus empleados a trabajar por la elección de Emanuel en la primaria demócrata. Fue elegido, y reelegido en 2004, 2006 y 2008.
En el Congreso mantuvo posiciones duras en política exterior, siendo considerado un halcón, y liberales en asuntos sociales como el aborto o el control de armas de fuego. Alcanzó gran notoriedad como presidente del Comité de Campaña Demócrata para las elecciones al Congreso de 2006. Tuvo varios desacuerdos con el jefe del partido, Howard Dean, sobre la estrategia a seguir en las elecciones legislativas. Dean defendía una estrategia de 50 estados, pensando en el largo plazo, mientras Emanuel abogaba por un enfoque más táctico, centrado en los distritos clave.
Enfadó a muchos liberales, reclutando candidatos conservadores -opuestos al aborto o al control de armas- para competir en los distritos republicanos. También levantó las iras de las organizaciones pacifistas de Chicago, al abortar sus esfuerzos de presentar a la radical Christine Cegelis para competir por un escaño en la Cámara por el 6º Distrito de Illinois. Emanuel reclutó a Tammy Duckworth, una veterana de la Guerra de Iraq que se oponía a la retirada de tropas, para neutralizar a Cegelis en las primarias. La estrategia dio éxito, haciendo ganar a los demócratas 30 nuevos escaños en la Cámara de Representantes.
Elogiado por su gran trabajo al frente del comité de campaña, el nombre del Congresista Emanuel empezó a sonar como nuevo Majority Whip de la Cámara. Pero la Speaker of the House Nancy Pelosi pididó a Emanuel que no compitiera contra Jim Clyburn por el puesto, y que aspirase a suceder a este como presidente del Caucus Demócrata de la Cámara.
Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (a partir de 2009)
En 2006, Emanuel declaró en público que apoyaría la campaña presidencial de la Senadora Hillary Clinton, de Nueva York, si esta decidía presentarse. Pero su lealtad a la Senadora Clinton entró en conflicto cuando el Senador Barack Obama, de Illinois, decidió entrar en la carrera presidencial.
Obama no sólo era de su mismo estado, llevaba además en su equipo a varios aliados y amigos de Emanuel: David Axelrod, el estratega jefe de Obama for President, había sido amigo íntimo de Emanuel durante décadas, hasta el punto de participar en su boda judía, firmando el contrato matrimonial con el que se suelen sellar las ceremonias judías. Para evitar el conflicto, Emanuel se mantuvo neutral y no apoyó al Senador Obama en las primarias demócratas hasta el 4 de junio de 2008, un día después de que este se asegurase formalmente la nominación.
El 6 de noviembre de 2008, el Presidente-electo Obama anunció que Emanuel sería su Jefe de Gabinete. Por su amplia experiencia en el Capitolio y la Casa Blanca, y sus buenas relaciones con Wall Street, fue una selección lógica. Con su selección, Obama quiso dejar claro que era consciente de que un buen staff en la Casa Blanca es más importante que un buen equipo de ministros a nivel de Gabinete, para el éxito de una Presidencia; no quiso cometer el mismo error que Bill Clinton en 1992, que se había concentrado en los departamentos y demorado demasiado los nombramientos de personal de la oficina presidencial, convirtiendo su primer año de mandato en disfuncional.
(hacer click para ver más grande)
En la imagen: mientras el Presidente Obama se relaja, Rahm Emanuel habla por teléfono desde el Despacho Oval con el Capitolio, durante las negociaciones para la aprobación del 'Recovery and Reinvestment Act', el 11 de febrero, 2009.
Otros datos
Casado y con tres hijos, Emanuel y su familia pertenecen a la Anshe Sholom B'nai Israel, una congregación de Judaísmo Ortodoxo Moderno de Chicago. Habla hebreo.
sábado, 28 de febrero de 2009
Final de Copa - 1984
La semana que viene continúo con las biografías políticas. Ahora me permito el capricho de volver a salirme del guión para hablar de fútbol. Mañana hay elecciones en Euzkadi, pero la gente, al menos en Bizkaia, anda más pensando en la semifinal de la Copa del Rey que enfrentará el próximo miércoles al Athletic de Bilbao con el Sevilla. Con un poco de suerte, estamos a un paso de presenciar una final entre los dos clubes más históricos del torneo, FC Barcelona (24 Copas) y Athletic (23 Copas, o 24 según como se cuente).
La última vez que ambos clubes se enfrentaron en una final de Copa fue en 1984. Aquellos fueron años en los que el Barcelona tenía el mejor equipo de la Liga, y uno de los mejores de su historia hasta entonces, pero el Athletic se llevaba todos los títulos. Dos años antes, en 1982, el Barcelona se había reforzado con un gran fichaje, el más caro de la historia por entonces, el del argentino Diego Armando Maradona. También habían llegado Marcos, Julio Alberto, Urbano, Pichi Alonso y Perico Alonso, jugadores nacionales para completar una plantilla potentísima.
Pero una serie de malos resultados y contratiempos inesperados, como la hepatitis de Maradona, habían llevado a la destitución del entrenador alemán más laureado de la historia, Udo Lattek, que había mantenido unas tensas relaciones con la estrella del equipo por su indisciplina. Llegó el argentino César Luis Mennotti a sustituirlo, y el Barça terminó la Liga cuarto, logrando maquillar la temporada ganando la final de la Copa del Rey, en Zaragoza ante el Real Madrid (2-1), y la recién creada Copa de la Liga, al superar otra vez al Real Madrid a doble partido.
La temporada 1983-84 se iniciaba con grandes esperanzas. Los resultados empezaron a acompañar y parecía que ese año sí se ganaría la Liga. Pero todo se oscureció cuando en la cuarta jornada de Liga, en un partido contra el Athletic en el Camp Nou, en la segunda parte y con 2-0 para el Barça en el marcador, Maradona recibió una dura entrada de Andoni Goikoetxea. Sufrió una rotura del maleolo peroneal con desviación del tobillo, que también afectaba al ligamento lateral interno y que incluía una subluxación de la zona afectada. Cuatro meses de baja para el '10'. Tres jornadas después cayó lesionado Bernd Schuster, que sería baja durante dos meses. Aún así, el Barça fue capaz de luchar por la Liga hasta el final, acabando tercero a un sólo punto del campeón, el Athletic.
Paralelamente, el Barça llegó de forma brillante a la final de la Copa del Rey, para defender el título. Allí tendrían enfrente, una vez más, al Athletic de Bilbao bicampeón de Liga, el equipo ante el que Maradona había caído lesionado. Días antes del partido, el 10 del Barça entró en un cruce de descalificaciones con el técnico del Athletic, Javier Clemente, lo que calentó en sobremanera el ánimo de los futbolistas.
La final, jugada en el Santiago Bernabeu de Madrid, se la llevó el Athletic con un solitario gol de Endika. Pero al final del partido, los futbolistas de ambos equipos se enzarzaron en una pelea en el mismo césped, con el Rey Juan Carlos I como testigo desde el palco. Un golpe de Maradona a Sola inició la batalla, en la que se vieron implicados prácticamente todos los jugadores.
Ese fue el último partido de Maradona con la camiseta del Barcelona. El Barça había decidido venderlo, y el argentino comenzaba a preparar sus maletas con destino a un pequeño equipo del sur de Italia.
Athletic 1 - Barcelona 0
Fecha: 5 de mayo, 1984.
Athletic de Bilbao: Zubizarreta, Urkiaga, Liceranzu, Goikoetxea, Núñez, Patxi Salinas, De Andrés, Urtubi, Dani, Endika, y Argote. Sarabia y Gallego entraron en la segunda parte, en sustitución de Endika y Argote.
Entrenador: Javier Clemente
Barcelona: Urruti, Sánchez, Migueli, Alexanko, Julio Alberto, Víctor Muñoz, Schuster, Rojo, Lobo Carrasco, Maradona, y Marcos Alonso. Clos entró por Rojo en la segunda parte.
Entrenador: César Luis Menotti
La última vez que ambos clubes se enfrentaron en una final de Copa fue en 1984. Aquellos fueron años en los que el Barcelona tenía el mejor equipo de la Liga, y uno de los mejores de su historia hasta entonces, pero el Athletic se llevaba todos los títulos. Dos años antes, en 1982, el Barcelona se había reforzado con un gran fichaje, el más caro de la historia por entonces, el del argentino Diego Armando Maradona. También habían llegado Marcos, Julio Alberto, Urbano, Pichi Alonso y Perico Alonso, jugadores nacionales para completar una plantilla potentísima.
Pero una serie de malos resultados y contratiempos inesperados, como la hepatitis de Maradona, habían llevado a la destitución del entrenador alemán más laureado de la historia, Udo Lattek, que había mantenido unas tensas relaciones con la estrella del equipo por su indisciplina. Llegó el argentino César Luis Mennotti a sustituirlo, y el Barça terminó la Liga cuarto, logrando maquillar la temporada ganando la final de la Copa del Rey, en Zaragoza ante el Real Madrid (2-1), y la recién creada Copa de la Liga, al superar otra vez al Real Madrid a doble partido.
La temporada 1983-84 se iniciaba con grandes esperanzas. Los resultados empezaron a acompañar y parecía que ese año sí se ganaría la Liga. Pero todo se oscureció cuando en la cuarta jornada de Liga, en un partido contra el Athletic en el Camp Nou, en la segunda parte y con 2-0 para el Barça en el marcador, Maradona recibió una dura entrada de Andoni Goikoetxea. Sufrió una rotura del maleolo peroneal con desviación del tobillo, que también afectaba al ligamento lateral interno y que incluía una subluxación de la zona afectada. Cuatro meses de baja para el '10'. Tres jornadas después cayó lesionado Bernd Schuster, que sería baja durante dos meses. Aún así, el Barça fue capaz de luchar por la Liga hasta el final, acabando tercero a un sólo punto del campeón, el Athletic.
Paralelamente, el Barça llegó de forma brillante a la final de la Copa del Rey, para defender el título. Allí tendrían enfrente, una vez más, al Athletic de Bilbao bicampeón de Liga, el equipo ante el que Maradona había caído lesionado. Días antes del partido, el 10 del Barça entró en un cruce de descalificaciones con el técnico del Athletic, Javier Clemente, lo que calentó en sobremanera el ánimo de los futbolistas.
La final, jugada en el Santiago Bernabeu de Madrid, se la llevó el Athletic con un solitario gol de Endika. Pero al final del partido, los futbolistas de ambos equipos se enzarzaron en una pelea en el mismo césped, con el Rey Juan Carlos I como testigo desde el palco. Un golpe de Maradona a Sola inició la batalla, en la que se vieron implicados prácticamente todos los jugadores.
Ese fue el último partido de Maradona con la camiseta del Barcelona. El Barça había decidido venderlo, y el argentino comenzaba a preparar sus maletas con destino a un pequeño equipo del sur de Italia.
Athletic 1 - Barcelona 0
Fecha: 5 de mayo, 1984.
Athletic de Bilbao: Zubizarreta, Urkiaga, Liceranzu, Goikoetxea, Núñez, Patxi Salinas, De Andrés, Urtubi, Dani, Endika, y Argote. Sarabia y Gallego entraron en la segunda parte, en sustitución de Endika y Argote.
Entrenador: Javier Clemente
Barcelona: Urruti, Sánchez, Migueli, Alexanko, Julio Alberto, Víctor Muñoz, Schuster, Rojo, Lobo Carrasco, Maradona, y Marcos Alonso. Clos entró por Rojo en la segunda parte.
Entrenador: César Luis Menotti
martes, 24 de febrero de 2009
Joshua Bolten: Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (2006-2009)
Joshua Brewster Bolten (n. 16 de agosto, 1954) Abogado estadounidense. Fue Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (2006-2009).
Origen y formación
Nació en una familia judía, en Washington, DC. Su padre, Seymour Bolten, trabajaba para la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y su madre era profesora de Historia en la Universidad George Washington. El joven Joshua se graduó en 1976 por la Woodrow Wilson School of Public and International Affairs de la Universidad de Princeton, donde llegó a ser presidente de la Ivy Club. En 1981, completó sus estudios con un título en Leyes por la Universidad de Stanford.
Departamento de Estado, Capitolio, Casa Blanca y Goldman Sachs
Poco después de su graduación en 1981, empezó a trabajar como abogado para O’Melveny & Myers LLP, considerada una de las veinte firmas legales más importantes de EEUU, con clientes como Apple, Exxon, Enron, Fannie Mae, o Goldman Sachs.
También trabajó para la oficina legal del Departamento de Estado y, a finales de 1983, fue asistente ejecutivo de una comisión presidencial encargada de estudiar las políticas hacia América Central, presidida por el ex Secretario de Estado Henry Kissinger. El informe de la comisión recomendó un plan de masiva ayuda económica y militar a los países centroamericanos, excluyendo a Nicaragua, y ratificó en lo esencial la política seguida por la Administración Reagan.
Entre 1985 y 1989, prestó asesoría legal en comercio internacional para el Comité de Finanzas del Senado. Entre 1989 y 1992, sirvió como consejero general en la oficina de la Representante de Comercio Exterior del Gobierno, Carla Hills. En 1992, sirvió por primera vez en la Casa Blanca, desempeñándose durante un año como Adjunto del Asistente del Presidente George Bush para Asuntos Legislativos.
Entre 1994 y 1999, fue director ejecutivo para asuntos legales y gubernamentales en las oficinas del banco de inversión Goldman Sachs International en Londres.
Director de la OMD (2003-2006) y Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (2006-2009)
Se encontraba trabajando en Goldman Sachs cuando en 1999, Robert Zoellick, uno de los fichajes de la campaña presidencial del Gobernador George W. Bush, de Texas, recomendó la incorporación de Bolten al equipo del candidato. Dejó Londres y voló a Texas para encabezar el equipo encargado de concebir el programa de política doméstica con el que Bush se presentaría a las elecciones.
Por su capacidad para tratar temas complejos de política, pronto se ganó la confianza del llamado "triándulo de hierro" de asesores texanos de Bush: el estratega electoral Karl Rove; la gurú de las comunicaciones Karen Hughes; y Joe Allbaugh, el jefe de gabinete del Gobernador de Texas.
En enero de 2001, se instaló en la Casa Blanca como Adjunto del Jefe de Gabinete Andrew Card. En ese puesto se ganó fama de duro negociador. Cuando el proyecto de los derechos del paciente promovido por el Presidente Bush estaba a punto de ser rechazado por el Congreso en verano de 2001, Bolten se encargó de presionar al Congresista Charlie Norwood, el hombre estratégico de la Cámara en ese asunto. Cuando logró que Norwood diera su visto bueno a un acuerdo aceptable para el Presidente, Bolten llevó al Congresista hasta la sala de prensa de la Casa Blanca para que anunciara públicamente su apoyo.
En 2003, Bolten pasó a dirigir la Oficina de Presupuestos (OMD) durante tres años. Al frente de un equipo de 500 expertos en política presupuestaria, se encargó de monitorizar y refinar todas las propuestas de la Casa Blanca. En un tiempo de grandes deficits presupuestarios, le tocó jugar el papel del "policía malo" encargado de informar a angencias y departamentos de la necesidad de recortar gastos y renunciar a proyectos demasiado costosos.
(hacer click para ver más grande)
En la imagen: el Presidente George W. Bush y el Jefe de Gabinete Joshua Bolten dirigiéndose hacia el Despacho Oval, el 8 de diciembre, 2008.
En abril de 2006, Bolten fue el elegido por el Presidente Bush para sustituir a Card como Jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Su objetivo sería refrescar y aportar nueva energía al personal de la oficina presidencial, reforzar los lazos entre la Casa Blanca y el Congreso, debilitados tras una serie de reveses políticos para el Gobierno, y afrontar la debacle en la popularidad del Presidente tras el desastre del Huracán Katrina, la falta de resultados estratégicos en Iraq, y la subida de los precios de la gasolina.
Bolten se llevó como ayudante a Joe Kaplan, que había sido su número dos en la Oficina de Presupuestos. Prescindió de Karl Rove como coordinador político de la Casa Blanca, para liberarlo de los compromisos diarios y dejarlo como asesor externo. Y, preocupado por las dificultades de la administración para comunicar su mensaje, forzó la dimisión del Secretario de Prensa Scott McClellan. Para sustituir a McClellan se hablaba de Victoria Clark o Dan Senor, pero Bolten sorprendió a todos fichando al televisivo Tony Snow, antiguo conductor de Fox News Sunday.
También se llevó todo el crédito por el fichaje de Henry Paulson como nuevo Secretario del Tesoro. Se buscaba a alguien con credibilidad para dar confianza a los mercados. Paulson, que presidía desde 1999 la firma de inversiones Goldman Sachs, fue personalmente convencido por Bolten, amigo y antiguo ejecutivo de la firma, para que se integrara en la administración.
Durante los casi tres años que fue Jefe de Gabinete, hasta el final del mandato de Bush, Bolten mantuvo la costumbre de llegar por las mañanas a la Casa Blanca montado en su moto Harley-Davidson, con una mochila en su espalda. Mantuvo buenas relaciones con la prensa, y ayudó a mantener la normalidad en el funcionamiento de la Casa Blanca en el último año y medio de mandato de Bush, cuando la presidencia parecía no dar más de sí, después de haber perdido la cooperación del Congreso para sacar adelante su agenda, y estaba siendo eclipasada por una campaña electoral en la que no tenía ninguna participación.
sábado, 21 de febrero de 2009
Andrew Card: Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (2001-2006)
Andrew Hill Card Jr. (n. 10 de mayo, 1947) Ingeniero y político estadounidense. Fue Secretario de Transportes (1992-1993), vicepresidente de General Motors (1999-2001), y Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (2001-2006).
Origen y formación
Nació en Brockton, Massachusetts, y a muy temprana edad se trasladó con su familia a Holbrook, una ciudad de blue-collar workers al sur de Boston. Obtuvo una beca para estudiar Ingeniería en la Universidad de Carolina del Sur, y completó sus estudios atendiendo la Academia de Marinos Mercantes y realizando un Master en Administración Pública por la John F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.
Activo en los Boy Scouts de América, alcanzó el rango de Scout Vitalicio. Su dedicación al Scouting se vio reconocido cuando le fue otorgado el título de Eagle Scout Honorario.
Carrera política en Massachusetts
Entre 1971 y 1975, Card trabajó como ingeniero de diseño estructural al tiempo que ocupaba cargos en la administración municipal de Holbrook, Massachusetts. En 1974, a los 27 años, fue elegido miembro de la Asamblea Estatal de Massachusetts, como republicano. Reelegido tres veces, se mantuvo en la Legislatura estatal hasta 1983. Considerado un republicano pragmático, colaboró con la mayoría demócrata en asuntos bipartidistas como la lucha contra la corrupción en la industria de la construcción en Massachusetts.
En 1982, fue reconocido como uno de los legisladores más destacados del país por la National Republican Legislators' Association. Ese mismo año, renunció a presentarse a un nuevo mandato en la Asamblea Estatal para competir sin éxito por la nominación republicana para ser candidato a Gobernador de Massachusetts.
Con Reagan y Bush
Tras la fallida aventura electoral por alcanzar la Gobernación de Massachusetts, volvió al sector privado como vicepresidente de CMIS Corp., una compañía de software de computadoras con sede en Vienna, Virginia. Hasta que en septiembre de 1983 le fue ofrecido un puesto en la Casa Blanca: Asistente Especial del Presidente Ronald Reagan para Asuntos Intergubernamentales, y enlace entre la oficina presidencial y los Gobernadores, Alcaldes, y otros oficiales electos de ámbito local y estatal. Ocupó ese cargo hasta 1987.
Su nombramiento había sido recomendado por el Jefe de Gabinete James Baker, al que había conocido cuando fue uno de los resposnables de la pre-campaña presidencial de George Bush en Massachusetts, en 1980. Aunque Bush había perdido la nominación frente a Reagan, había ganado la primaria de Massachusetts, y Card se había ganado el favor del candidato y de su entonces campaign manager Baker. En la Convención Republicana de 1980, había servido como whip de Bush, y ante los rumores que apuntaban a un ticket Reagan-Ford, había comentado a los medios que "incluso combinando la edad de ambos (Reagan y Ford), su coeficiente intelectual no está a la altura de lo que debería."
En 1987-1988, volvió a trabajar para la nueva campaña presidencial del Vicepresidente Bush, esta vez en la vecina New Hampshire, donde fue el encargado de la coordinación de la campaña nacional con los esfuerzos locales del Gobernador John Sununu para crear una potente red de apoyos a Bush. Se mudó a New Hampshire durante un año, y se pasó parte de cada mañana reuniéndose con líderes republicanos locales.
Entre 1989 y 1992, Card sirvió como asistente del Presidente George Bush y número dos del Jefe de Gabinete John Sununu. En diciembre de 1991, fue el encargado de anunciar a Sununu, entonces su superior directo, que estaba despedido por orden del Presidente.
En febrero de 1992, abandonó la Casa Blanca para dirigir el Departamento de Transportes. Como Secretario de Transportes en el último año de mandato del Presidente Bush, destacó su papel como coordinador de las operaciones federales de auxilio tras el Huracán Andrew. A él le correspondió reparar el daño político causado por una respuesta inicial demasiado lenta de las autoridades.
Tras la derrota electoral del Presidente Bush en noviembre de 1992, Card fue el representante de la administración saliente en el proceso de transición presidencial.
Vicepresidente de General Motors (1999-2001)
De vuelta en el sector privado, entre 1993 y 1998 fue presidente de la American Automobile Manufacturers Association (AAMA), asociación comercial que integraba a los tres gigantes de la industria automovilística de Estados Unidos, Ford Motor Company, General Motors Corporation, y Chrysler Corporation. La AAMA se disolvió en diciembre de 1998, y Card pasó a ser vicepresidente para relaciones gubernamentales de General Motors (1999-2001), representando los intereses de la compañía ante el Congreso y la administración, y dirigiendo sus actividades ante gobiernos estatales, nacionales e internacionales.
Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (2001-2006)
En 2000, sus servicios fueron reclamados por la campaña presidencial del Gobernador George W. Bush, de Texas. Por sus responsabilidades en General Motors, Card no pudo dedicarse a tiempo completo a la campaña, y quedó encargado de la organización de los eventos importantes, la convención y los debates.
Ayudó a reunir y gestionar los 160 millones de dólares de coste de la Convención Republicana celebrada en Philadelphia, el más caro evento político de la historia hasta ese momento, y dirigió las reuniones para prescribir todas las actividades que tendrían lugar entre las 7:30 PM y las 11 PM, las cuatro horas de cobertura en prime-time, en los cuatro días de Convención.
(hacer click para ver más grande)
De izquierda a derecha: Colin Powell (Secretario de Estado), el Vicepresidente Dick Cheney, el Presidente George W. Bush, Condoleezza Rice (Consejera de Seguridad Nacional), Andrew Card (Jefe de Gabinete), George Tenet (Director de la CIA), y Donald Rumsfeld (Secretario de Defensa), posan para la revista Vanity Fair en la Sala de Gabinete, en diciembre de 2001.
Nada más confirmarse su elección, el Presidente-electo George W. Bush anunció que Card sería el nuevo Jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Dada su experiencia trabajando al servicio de tres Jefes de gabinete, James Baker, Donald Regan y John Sununu, y su buen trato con Wall Street, Card era la elección lógica para el puesto. Junto con el Vicepresidente Dick Cheney, el Asesor Principal Karl Rove, y la Directora de Comunicaciones Karen Hughes, formó parte del círculo más íntimo del nuevo Presidente, el que tenía influencia sobre cualquiera de las áreas, doméstica o internacional, de su agenda.
Con la confianza total del Presidente, y adicto al trabajo, Card se dedicó a operar entre bastidores, como un eficaz burócrata con escasa visibilidad pública. Se levantaba a las 4:20 AM cada mañana, llegaba a la Casa Blanca a las 6:15 AM, y no abandonaba su despacho hasta las 10 PM. En algunas ocasiones se quedaba hasta la medianoche a devolver las últimas llamadas, un hábito aprendido de Baker. Y pasaba la mayoría de fines de semana en su oficina del Ala Oeste o en Camp David con el Presidente.
Trabajó apoyado en sus dos adjuntos, Joe Hagin y Joshua Bolten, uno dedicado a las operaciones diarias y el otro a la planificación política. Declarado admirador y estudioso del funcionamiento de la Casa Blanca en la administración de JFK, Card focalizó sus primeros esfuerzos en simplificar la estructura del personal de la Casa Blanca, y reorganizar los salarios de los empleados, para hacer más eficiente el trabajo. Para ello abogó porque hubiera menos trabajadores cuyo nombramiento requiriese el visto bueno del Congreso, y más plazas ocupadas por decisión ejecutiva, como en los años 60.
Pensador creativo, conocedor de los detalles más mínimos de su trabajo, rara vez tomaba apuntes y utilizaba la técnica del "palacio de la memoria", que el jesuíta italiano Matteo Ricci había introducido en China en el Siglo XVI. Discreto, sereno y racional, fijó unas excelentes relaciones con los legisladores demócratas y republicanos en un Capitolio muy polarizado, siendo instrumental a la hora de recolectar votos suficientes para la aprobación de algunos de los proyectos legislativos estelares del primer mandato de Bush, como el plan de reducción de impuestos repartido en once años, la reforma del Medicare, o el No Child Left Behind Act de 2001, la mayor reforma educativa desde la Administración Johnson.
Tras su reelección, el Presidente Bush le pididó que permaneciera como Jefe de Gabinete en su segundo mandato. En 2005, fue Card quien recomendó a Bush la selección de Harriet Miers para cubrir una vacante en el Tribunal Supremo. La nominación de Miers fue mal recibida por los legisladores republicanos y los grupos de interés conservadores, obligando al Presidente a dar marcha atrás, y convirtiendo a Card en objetivo de fuertes críticas desde la derecha. Muchos conservadores empezaron a verlo como una mala influencia que moderaba en exceso las decisiones de Presidente.
Card dimitió en abril de 2006, después de que el Presidente no hiciera caso a sus recomendaciones para destituir al Secretario de Defensa Donald Rumsfeld por la mala marcha de la estrategia en Iraq. Card, con el apoyo de la Primera Dama, había recomendado a Bush que sustituyera a Rumsfeld por James Baker.
Card ha sido el segundo Jefe de Gabinete que más tiempo ha ocupado ese cargo de forma consecutiva, sólo superado por John Steelman, el Jefe de Gabinete del Presidente Truman.
(hacer click para ver más grande)
En la imagen: el Presidente Bush, observado por Karen Hughes (asesora de comunicaciones) y Andrew Card (Jefe de Gabinete), ensaya con el teleprompter horas antes de pronunciar su discurso en la Convención Nacional Republicana, en el Madison Square Garden de Nueva York, el 2 de septiembre de 2004.
11 de septiembre de 2001
La mañana del 11 de septiembre de 2001, Card fue el hombre que se acercó cuidadosamente al Presidente Bush en la escuela primaria Emma E. Booker de Sarasota, Florida, para informarle al oído de que lo que estaba ocurriendo en Nueva York era un atentado terrorista. "Señor Presidente, un segundo avión se ha estrellado contra la segunda torre. Estados Unidos está siendo atacado," fueron sus palabras.
A partir de ese momento, coordinó con el Vicepresidente Dick Cheney, que se encontraba en la Casa Blanca, el itinerario que debía seguir el Presidente en las siguientes horas. Se acordó que no volviera a Washingotn DC, y mantenerlo "perdido" durante buena parte del día, hasta asegurar que no corría peligro. Card, el Secretario de Prensa Ari Fleisher, y el asesor de comunicaciones Dan Bartlett, y un gran número de periodistas se montaron en el Air Force One con el Presidente, para dirigirse a la base aérea de Barksdale, en Louisiana, donde se haría una primera declaración pública al mediodía.
De allí viajaron al ultraprotegido Cuartel General del Mando Aéreo Estratégico, situado en la base aérea de Offutt, en Nebraska. Al llegar al lugar, fueron rodeados por soldados ataviados con uniformes de camuflaje y equipados con armas automáticas, y atravesaron las áreas de dentro de la base en un vehículo especial blindado para evitar posibles disparos de francotiradores. Desde el Cuartel General del Mando Aéreo Estratégico, el Presidente podía controlar el arsenal de misiles nucleares de largo alcance y mantener teleconferencias con el Vicepresidente y su equipo de Seguridad Nacional.
En los meses posteriores, Card participó en todas las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en la puesta en marcha de la nueva estrategia antiterrorista de Guerra Contra el Terrorismo, y en 2002 encabezó el White House Iraq Group, grupo encargado de movilizar a la opinión pública sobre la necesidad de derrocar a Saddam Hussein.
Últimos años
Desde 2006, es miembro del consejo de administración de Union Pacific Railroad, la mayor red de ferrocarriles de EEUU. En mayo de 2007, recibió un doctorado honorífico por la Universidad de Massachusetts.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)