sábado, 23 de febrero de 2008

Recordad el caso Schweiker

El columnista conservador George Will dejaba ayer caer una interesante sugerencia para Hillary Clinton. Exponía un caso que vivió muy de cerca, y del que ya hemos hablado en este blog. En la última fase de las primarias republicanas de 1976, el equipo de Ronald Reagan se vio obligado a operar a la defensiva para llegar con vida a la Convención Nacional Republicana. El desarrollo del proceso se estaba inclinando peligrosamente hacia el lado de Gerald Ford. Se generalizaba la certeza de que Reagan no podría asegurar en ningún caso su nominación antes de la convención; para Ford sí era todavía posible. La prioridad de Reagan pasó a ser el evitar una temprana nominación de Ford y llevar la lucha a la convención, único escenario donde podía sobrevivir.

Tres semanas antes de la convención, Reagan daba un paso al frente y anunciaba que, de ser él el nominado, el Senador Richard Schweiker sería su running-mate. Schweiker era un moderado Senador por Pennsylvania, un estado rico en delegados. El objetivo de la maniobra era forzar que gran parte de la delegación de Pennsylvania, que constaba de 103 delegados, se pasara de Ford a Reagan. El mismo Schweiker era uno de los delegados. El experimento resultó contraproducente a medio y largo plazo al enfadar a los seguidores más conservadores de Reagan, pero tuvo éxito en el corto plazo: impidió que Ford llegase a la convención con el número necesario de delegados para ser nominado, y dio una última oportunidad a Reagan para luchar por la candidatura en Kansas City.

No sabemos hasta qué punto llega la desesperación en el círculo íntimo de Hillary Clinton en estos momentos. Los sondeos hablan de un empate técnico en Texas y una ventaja menguante de siete puntos en Ohio. La Senadora por Nueva York necesita un golpe de efecto. Imaginad esto... si una semana antes de la primaria de Ohio... ¿Clinton anunciara por sorpresa que el popular Gobernador de Ohio, Ted Strickland, será su running-mate?

Parecería algo muy desesperado, pero si llega en la situación de no tener nada que perder, podría ser el golpe de efecto que necesita para que no se le escape la victoria en Ohio. Sería un movimiento del que no hemos sido testigos desde hace más de tres décadas en la política electoral estadounidense. Sería tema de debate de la semana y desencadenaría ríos de tinta en los periódicos. Y si llevara a una cómoda victoria de la Senadora en Ohio, la estrategia recibiría el aplauso de los expertos. De ahí al momentum. Existiría también la posibilidad más tremota de hacerlo con el Gobernador de Pennsylvania en vista de la primaria del 22 de abril, pero antes tendría que estar muy segura de ganar en Ohio. Además, es muy probable que las tendencias del voto en Pennsylvania imiten a las de oHio.

4 comentarios:

Haters dijo...

Si hace eso Hillary, yo, de ser Obama, nombraba running mate a LeBron James.

Y Ohio al saco.

Antxon G. dijo...

LeBron James no tiene la edad. La Decimosegunda Enmienda no permite ser candidato a Presidente ni Vicepresidente a menores de 35 años.

Haters dijo...

Joder, te las sabes todas.

Jordi Coll dijo...

jaja!