La moderadora Carolyn Washburn, del Des Moines Register, ha querido dejar claro desde el principio que el debate de hoy no se guiaría por la eficaz combinación de color, efectismo y populismo de los últimos debates que hemos presenciado. Empezando por la discusión de la situación financiera nacional y el déficit, la idea ha sido interesante aunque, una vez más, ha fallado el formato. Demasiadas preguntas y cortísimos turnos de intervención. Debate ágil y con buen ritmo, pero con una limitada idoneidad para hacer destacar al mejor frente al peor. La sorpresiva inclusión del abrasivo Alan Keyes en el grupo de participantes ha sido la nota de extravagancia en el tono serio del debate.
No todos en el numeroso grupo de candidatos afrontaban la cita con la misma presión sobre sus cabezas, y eso se ha dejado notar. John McCain, despreocupado por su suerte en Iowa, donde no compite, ha revelado sin complejos su oposición a los subsidios a los fabricantes del etanol derivado del maíz. Lo ha hecho en la capital del maíz, en un estado productor de cereales donde las destilerías de etanol controlan el suministro de maíz con un total de 25 plantas industriales. Lo van a odiar en Iowa pero no le importa, se ha apuntado un tanto ante los conservadores fiscales de la lejana New Hampshire, y a nivel nacional.
El otro que se ha limitado a estar correcto y algo desapercibido ha sido Rudy Giuliani. No ha sudado mucho en los últimos meses el ex Alcalde de Nueva York por ganarse la voluntad de los susceptibles cacucus-goers de Iowa. Esta noche no iba a ser muy diferente. Discreto Giuliani. Pero las miradas no estaban fijadas hoy en él.
Había tres hombres en el estrado a los que apuntaban todos los reflectores. Los tres que más capital político han invertido en el estado del ojo del halcón: Mike Huckabee, Mitt Romney y Fred Thompson. Romney y Thompson han superado las expectativas. Huckabee se ha afanado con menos brillantez que en su gloriosa noche del debate CNN/Youtube. Y como front-runner que es, no estar mejor que tus rivales cuando estos están especialmente bien, puede interpretarse como una pequeña derrota.
La sustancia del debate ha hecho que en varias respuestas el habitual estilo natural-regular-guy del ex Gobernador de Arkansas haya desprendido cierto tufillo a vacuidad. En esos momentos he recordado lo que dijo Periplaneta hace poco en uno de sus comentarios en este blog, al señalar la importancia de administrar con cuentagotas el recurso fácil al populismo de andar por casa. Un paleto resulta gracioso hasta que se hace empalogoso. Hoy ha vuelto a abusar del procedimiento de la ensoñación.
"Ha habido un largo camino desde una casa de alquiler a este escenario. Trataré de no olvidar de dónde vengo y a dónde necesito ir", es una de sus líneas favoritas. Igual que el recurrido "somos el pueblo UNIDO de los Estados Unidos". El discurso emotivo y evocador llega al corazón de los votantes, pero resulta algo cargante en debates que, como el de hoy, pretenden centrarse, con un tiempo limitadísimo, en los detalles de la discusión política y dar un respiro a la competición de caracteres. Y en los detalles no es el mejor.
Mitt Romney, tranquilo y muy compuesto, ha realizado un sólido performance. Muy beneficiado por el énfasis que el Des Moines Register ha querido hacer en los temas económicos y educativos, el ex Gobernador de Massachusetts ha encontrado la vía para convertir las inquietudes materiales de las familias de clase media en objetivo de su mensaje durante todo el debate. Ha podido exhibir su punto fuerte en toda su dimensión, su dominio de los detalles específicos de la gestión económica, su experiencia en la consolidación de la administración estatal en Massachusetts, y su conocimiento exhaustivo de lo que funciona y no funciona en el Gobierno federal.
Ha dicho que existen 342 programas federales de desarrollo económico de los cuales "probablemente no necesitemos 100 de ellos". Para ser aún más concreto sobre el potencial a ahorrar, ha citado que existen hasta 13 programas diferentes para prevenir embarazos no deseados en adolescentes que "obviamente no están funcionando demasiado bien".
Ha hecho una buena exposición de las tres bases de la derecha americana: fiscal, social y militar. Y ha sabido reverenciar a la audiencia local, de Iowa, con buenas palabras. El único pero que podríamos buscarle a la actuación del Gobernador Romney es el no haberse aprovechado mejor de algunos puntos concretos para lanzarlos contra Huckabee. No haber utilizado su manifiesta superioridad de esta tarde para poner en apuros al contrincante. Pudo haber provocado que Huckabee lo hiciera realmente mal, pero se ha conformado con que lo hiciera peor que él, aunque no mal. Lo ha dejado tranquilo.
Por ejemplo, ha sabido contrastar su historial en política educativa con la de Huckabee, dejando de manifiesto la mejor calificación de los estudiantes de Massachusetts durante su mandato, sobre los de Arkansas, en las pruebas de calidad. Pero se ha olvidado de rematarlo recordando a los votantes republicanos que Huckabee fue apoyado por el sindicato de maestros. Gremio abiertamente hostil a las políticas educativas republicanas. Hubiera sido un buen tortazo. Aunque en treinta segundos de intervención resultaba difícil poder llegar a todas las metas.
Y la sorpresa de la noche ha sido un entonado Fred Thompson. Quién nos iba a decir que este candidato, tantas veces acusado de ser el más evidente exponente de la política entendida como concurso de popularidad, conseguiría desenvolverse como nunca en el debate menos ligero hasta la fecha. Ha destacado su denuncia de la National Education Association (NEA) como el máximo impedimento para poder mejorar las escuelas. Un torpedo contra Mike Huckabee, el único candidato republicano bendecido por la NEA, a cuya convención asistió en verano a diferencia de los demás candidatos del GOP.
También se ha metido con el millonario Warren Buffett, y ha robado a Huckabee el papel del chistoso de la tarde. Ha bromeado sobre la fortuna personal de Mitt Romney, y se ha negado a hacer el juego del raise-your-hand-if (levanta la mano si...) en el tema del calentamiento global. Se ha negado también a responder con un Sí-o-No si no le otorgaban tiempo para explicar su posición al respecto. Por primera vez en un debate, el Senador Thompson nos ha dejado ver su marcada personalidad. Para ver el debate completo (Real Player).
miércoles, 12 de diciembre de 2007
Menos color, más debate
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4 comentarios:
no se puede descargar el archivo.....
con más tiempo leeré el artículo completo, que tiene una pinta estupenda. "Time to sleep", parafraseando a Roy Batty
falsa alarma! He usado un programa específico para descargar, y sí puede bajar el archivo. Perdón....
Estoy viendo el debate y este Alan Keyes es un freaky. Había leído cosas de él pero lo supera de largo. El tono que utiliza es peor que el de Jesse Jackson!
Es un gran orador. Tiene una buena oratoria. Pero es demasiado áspero. Y su histrionismo a veces parece exagerado a posta.
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