
El Gobernador Mitt Romney tuvo un menor protagonismo del que venía teniendo en anteriores debates. Después de un primer choque con McCain al comienzo del debate, relativo a la crisis económcia en Michigan, Romney pareció preferir replegarse y evitar otorgar al Senador por Arizona la posibilidad de llevarse el debate con respuestas cortas y lacerantes. Comprobada la experiencia de los debates de la semana pasa en New Hampshire, mejor no ser protagonista que serlo para salir mal parado. El Alcalde Rudy Giuliani no estuvo mal, pero tampoco atrajo la atención a sus respuestas. Discreto.
Como viene siendo habitual, la principal conclusión que se puede extraer del debate es una que nadie habría esperado -la que menos cabría esperar- antes de iniciarse: Fred Thompson no está acabado aún. Pudimos ver su versión más sólida dos días después de su derrota más dolorosa. Parece haberse concienciado de que Carolina del Sur representa la última esperanza para él. Es ganar o perder, no hay término medio. Se atrevió a llevar la voz cantante, y dirigió sus energías al descrédito de Mike Huckabee -su competidor en el voto regional y el de los conservadores culturales- como big-government-republican, y lo acusó de estar más cerca de los demócratas. Huckabee respondió defendiendo su historial como Gobernador, y no lo hizo mal para los votantes menos ortodoxos en cuestiones económicas. Su destreza en el arte oratorio siempre lo salva de la catástrofe. Y, cómo no, la religión. Su dominio de las cuestiones religiosas disimuló sus puntos débiles.
Ron Paul, al que esta vez se permitió participar, sólo sirvió para distraer la atención de los candidatos que realmente importaban al público. Al ser cuestionados los seis candidatos sobre los recientes incidentes de barcos estadounidenses con lanchas iraníes, cinco de ellos aplaudieron la prudencia mostrada por los oficiales al no disparar contra las lanchas cuando estas avisaron por radio que los barcos explotarían en cuestión de minutos. Ron Paul vino a mostrar su desacuerdo con el estilo beliegrante de sus compañeros, y los volvió a acusar de querer conducirnos a una guerra con Irán. Brit Hume estuvo rápido al preguntarle a quién se refería exactamente con eso, si los demás candidatos habían aplaudido la cautela, no una respuesta armada. Un perplejo Ron Paul sugirió que no había escuchado lo que habían dicho sus rivales. Tan sordo como en toda su campaña.
Video: el performance de Fred Thompson en el debate de anoche.
Continúa: Parte II
1 comentario:
Quitando lo que has dicho, que fue un poco torpe por su parte, Ron estuvo cojonudo, menos rollos xD
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