John McCain y Mike Huckabee se disputan hoy el triunfo en la primaria de Carolina del Sur. Pero ambos se juegan también gran parte de sus opciones para alcanzar la nominación republicana para la Presidencia. El estado parece territorio afín para ambos. Para McCain por su larga tradición militar, y para Huckabee por la fuerte presencia de los valores cristianos en el modo de vida de sus ciudadanos.
El Senador McCain, que cerró su jornada de ayer en la costa atlántica del estado a bordo del portaaviones USS Yorktown, de la Segunda Guerra Mundial, ha centrado su campaña en tres puntos centrales: la Seguridad Nacional y los avances militares en Iraq, la asisitencia sanitaria para los veteranos de guerra, y la defensa de recortes en los impuestos y el gasto público. Los dos primeros puntos van dirigidos a conquistar el favor de los cientos de miles de veteranos que viven en el estado, para que vayan a votar en masa por su candidatura, y lleven con ellos a sus esposas y familiares. El tercer punto va dirigido a los conservadores fiscales que puedan desconfiar de Huckabee.
Mike Huckabee ha apoyado todo su esfuerzo sobre dos bases: el mensaje de contenido religioso y el populismo económico. Estrategia similar a la utilizada hace semanas en Iowa. Moviéndose básicamente en zonas del interior del estado, recordando sus orígenes humildes y su experiencia como Gobernador de uno de los estados más pobres de la Unión, ha hablado a las masas descontentas de conservadores sociales de bajos ingresos. Juega también la carta del populismo cultural al presentarse como el más fuerte aliado de los derechos de los estados para decidir asuntos internos, como el despliegue de la polémica Bandera Confederada, y al recoger el dominante sentimiento de desconfianza hacia la inmigración.
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