Como ya comentaba la pasada semana, la campaña para la primaria de mañana en Michigan estaba condenada a girar entorno a cuestiones económicas. Mitt Romney está culpando hábilmente a los legisladores de Washington por no haber hecho nada mientras contemplaban pasivamente las pérdidas de empleo que han llevado a Michigan a la categoría de estado con mayor índice de desempleo de la Unión. Apoyado en su no responsabilidad como ex Gobernador de otro estado, ha acusado directamente a John McCain de haber votado en el Senado a favor de mayores estándares en la norma de consumo CAFE -Corporate Average Fuel Economy Standard-, el estándar de economía de combustible que los vehículos utilitarios deben cumplir. Los grandes fabricantes de coches norteamericanos estarían obligados a suscribir los estándares de la CAFE para reducir el consumo de combustible a nivel nacional y minimizar la dependencia de Estados Unidos del petróleo extranjero. Viene a señalar a McCain como uno de esos que desde Washington lo regulan todo.
El campo de McCain se ha defendido rescatando un video de 2005 en el que Mitt Romney tampoco parecía contrario al incremento de los estándares CAFE. El Gobernador Romney no se pronuncia sobre el video, pero se defiende argumentando que el Gobernador de Massachusetts nunca ha tenido competencias para hacer nada por Michigan y la industria del automóvil, a diferencia de los miembros del Congreso federal. Pero el Senador McCain le ha acusado de haber propuesto en el pasado, sin el apoyo de la industria, un aumento del impuesto para vehículos deportivos, y de haber subido el impuesto de gases en Massachusetts.
Tampoco coinciden ambos competidores en la manera de recuperar la maltrecha economía de Michigan. John McCain ha optado por una postura más cercana a las inquietudes medioambientales, al decir a los votantes que no esperen que los empleos perdidos vuelvan, y defender el reentrenamiento de los trabajadores desplazados. Según él, partiendo de la fuerte base tecnológica y académcia existente en el estado, esos programas de reeducación de trabajadores podrían ser también útiles para combatir el calentamiento global o la dependencia del petróleo extranjero. Romney acusa a su rival de ser demasiado pesimista, y se centra en criticar las restricciones impuestas por el Gobierno en los estándares de gasolina y las emisiones de carbono. Haría falta un nuevo liderazgo en Washington para terminar con esas cargas y estimular la industria.
Romney explota así las esperanzas que muchos votantes mantienen vivas en que regresen los viejos días de gloria de la Ciudad del Motor, y lo adereza con dosis de nostalgia personal, evocando la figura de su padre y recordando cada día que conoció a su mujer hace más de cuarenta años cuando ambos iban al instituto en Bloomfield Hills, Michigan. En pocos lugares tendrá a su disposición tantos circuitos de conexión con el electorado. El ex Gobernador de Massachusetts habló ayer a cientos de sus seguidores en un acto en el Lawrence Technological University, en Southfield, un suburbio de Detroit. Ver su intervención completa (Real Player).
lunes, 14 de enero de 2008
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