martes, 18 de marzo de 2008

Obama hablará de raza y política en Philadelphia

El Senador Barack Obama hará uso de sus habilidades retóricas para salir de la más grave crisis con la que se ha topado hasta el momento en la campaña. Pronunciará esta mañana un discurso titulado "Race, Politics, and Unifying our Country". Lo hará en Philadelphia, ciudad más poblada del estado de Pennsylvannia, una urbe que cuenta con un 43% de población afroamericana. El escenario elegido es el National Constitution Center, cerca del histórico Independence Hall. El objetivo será enfrentar la polémica generada por las incendiarias declaraciones de su pastor, y volver a situarse como una referencia que trasciende las barreras políticas y raciales.

La entrada en escena del polémico pastor ha supuesto un importante retroceso para Obama en el camino ya recorrido para superar el handicap racial. Desde que saltó el affaire Wright, los índices de favorabilidad del candidato han caído cinco puntos en apenas cinco días, situándose ya por debajo del 50%. La ventilación del asunto en los medios también ha venido a eclipsar y desplazar a un segundo plano todo lo que el candidato hiciera o dijera en estos importantes días de campaña. Una intervención planificada como la de hoy empezaba a ser necesaria para recuperar la iniciativa de su propia campaña. Aunque existe el riesgo de avivar un debate racial que no le favorece. On Defensive, Obama Plans Talk on Race

(...) The inflammatory rhetoric of the Rev. Jeremiah Wright has confronted Obama with the most severe test of his presidential campaign and, quite likely, of his public career.

He is now facing a full-blown and fast-moving political crisis in which his reputation as a leader with a singular ability to transcend racial divisions and unite Americans is in jeopardy.

A convergence of factors — a media firestorm, a Democratic rival eager to exploit his stumbles and, most of all, a Republican opposition eager to rough up the man they expect to face in the general election — have raised the stakes to new heights for Obama with the speech he will deliver in Philadelphia on Tuesday morning.

A successful address would go a long way toward answering Hillary Rodham Clinton’s complaint that Obama has never shown he can handle the rough-and-tumble nature of modern political combat.

A failure could leave many of the white independent voters — a key group behind Obama’s swift rise in national politics — doubting whether he is really the bridge-builder and healer he has portrayed himself to be. (...)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Obama pasa por malos momentos porque ha llegado la hora de la verdad, esta tensión de las primarias demócratas es lo que tiene. Yo creo que le va a resultar difìcil salir de los atolladeros que aún le aguardan, hasta ahora era un candidato fresco y simpático que parecía no tener que esconder nada. Habrà màs polémicas. Y mientras tanto McCain sigue de semipresidente y disfrutando. Cormac Milius.