lunes, 3 de marzo de 2008

Eisenhower-Nixon: Tricky Dick salta al estrellato

















El proceso de nominación presidencial del Partido Republicano de 1952 fue un choque entre la dominante ala liberal de la Costa Este, que venía imponiendo sus candidatos sistemáticamente desde los años 30, y la creciente ala conservadora del Medio Oeste. Los republicanos liberales, cuyo padrino era el Gobernador Thomas Dewey, de Nueva York, hacían suya la defensa de gran parte del estado de bienestar creado por el New Deal demócrata, y mantenían posturas internacionalistas en política exterior. Los conservadores querían abolir muchos de los programas de asistencia social del Gobierno, desconfiaban de los organismos internacionales, y creían en el aislacionismo.

Los conservadores volvieron a apostar por su gran líder moral, el veterano Senador Robert Taft, de Ohio, que en sus dos anteriores intentos había sido derrotado por el Gobernador Dewey. En el 52 tenía razones para ser optimista, la figura de Dewey estaba en franca decadencia desde su inesperada derrota frente al demócrata Truman en 1948, y el movimiento conservador ganaba terreno en el Congreso y el partido.

La tímida reacción surgida en oposición a la política liberal del New Deal llevada a cabo por el Presidente Franklin D. Roosevelt durante los años de la Gran Depresión, había cobrado fuerza en la posguerra. En un contexto de exacerbado anticomunismo en alza, figuras como el histriónico Joseph McCarthy habían resucitado el Comité de Actividades Antiamericanas. Después de muchos años, la legislación conservadora volvía a prosperar en el Capitolio con la aprobación de la Ley Taft-Hartley contra las huelgas, y la McCarran Internal Security Act, que ordenaba la inscripción en un registro de toda persona considerada subversiva.

Pero los republicanos liberales jugaron una baza novedosa para evitar la para muchos inevitable nominación de Taft: promover la nominación de un héroe nacional capaz de lograr el consenso. Ese hombre era el General Dwight D. Eisenhower, el candidato soñado por muchos estadounidenses. El héroe de la Segunda Guerra Mundial, se encontraba en esos momentos ejerciendo como Comandante en Jefe de las Fuerzas de la OTAN, lo que le impedía presentarse a un cargo electo.

Pero importantes figuras del establishment liberal, como el Senador Henry Cabot Lodge, de Massachusetts, o el Gobernador Sherman Adams, encabezaron en su lugar un movimiento de "Draft Eisenhower" que triunfó sobre Taft en la primaria de New Hampshire, y una semana después en Minnesota. Estos éxitos levantaron una enorme expectación en la prensa y los votantes, obligando a Eisenhower a dimitir del ejército y anunciar oficialmente su candidatura.

Las primarias fueron una dura batalla entre Eisenhower y Taft, de las que no salió un claro ganador. El Senador por Ohio se vio favorecido por el amplio apoyo encontrado entre los operativos mejor entrenados del partido. Por ejemplo en Texas, donde Eisenhower había sido la opción favorita de los votantes, los seguidores de Taft supieron controlar la convención estatal para asegurarse de que la mayoría de delegados no comprometidos fuesen personas vinculadas a Taft.

Estas maniobras les permitieron llegar con opciones a la Convención Naiconal Republicana que se celebraría en el International Amphitheatre de Chicago entre los días 7 y 11 de julio -la primera televisada en directo a todo el país. La agencia Associated Press incluso se aventuró a proclamar que el senador Taft llegaba con ventaja -530 delegados frente a 427 de Eisenhower- gracias al apoyo encubierto de los delegados no comprometidos. El número necesario para obtener la nominación se situaba en los 604 delegados.

La gran popularidad demostrada por Eisenhower en las primarias no se trasladaba a la Convención. Muchos estados enviaban dos delegaciones, y la influencia de las votaciones populares se veía disminuída. Repasando la lista de oradores, era evidente el avance de los conservadores en el aparato partidista. Senadores como Everett Dircksen, de Illinois, censuraban sin complejos la influencia de liberales como Thomas Dewey en el partido. Mientras tanto, Dewey y Cabot Lodge ponían a punto una campaña publicitaria que buscaba desacreditar a los conservadores, acusando abiertamente a Taft de "robar" delegados en estados del Sur y el Medio Oeste, en los que los jefes locales del partido estaban sustituyendo a los delegados ganados por Eisenhower en primarias, por delegados pro-Taft.

Herbert Brownell, uno de los hombres de confianza de Eisenhower, había dado con el modo de enfrentar la amenaza de los comités no electos. Pasó toda la semana anterior a la Convención en la biblioteca pública de Nueva York, revisando y estudiando la experiencia de la Convención Nacional Republicana de 1912, en la que el Presidente William Howard Taft, padre de Robert Taft, evitó que Teddy Roosevelt le robara la nominación.

Brownell elaboró una brillante estrategia para restar poder a los delegados "no legítimos": presentar ante la Convención una Enmienda al Fair Play que, de ser aprobada, impediría a los delegados nombrados por las convenciones estatales paralelas sentarse en la Convención Nacional. La estrategia implicaba también impedir a esos delegados participar en la votación de la Enmienda para que "los juzgados no pudieran ser jueces".

Si la Enmienda se aprobaba, Eisenhower tendría garantizada la nominación gracias a su aplastante dominio entre los demás grupos de delegados. Con la Convención dividida, la aprobación de la Enmienda iba a depender en gran medida del voto de los 70 delegados del estado de California. Las leyes californianas obligaban a su delegación a votar como un bloque, todos a una. Asegurarse su voto era crítico. El poderoso Gobernador Earl Warren, de California, buscaba ser el candidato de compromiso de la Convención. Tenía a sus delegados comprometidos para apoyarlo sólo a él, con la esperanza de que el enfrentamiento Eisenhower-Taft no se desatascara en favor de ninguno de los dos.

Fue entonces cuando Thomas Dewey se valió de su influencia sobre la otra gran estrella de la delegación californiana, el Senador Richard Nixon. A pesar de su juventud, el Senador Nixon era toda una estrella entre los republicanos de California gracias a haber derrotado dos años antes a la odiada Congresista filo-comunista Helen Gahagan Douglas. Nixon operó a espaldas del Gobernador Warren, y puso a disposición de Dewey y Eisenhower los decisivos votos de su delegación, y fue así como, con sólo 39 años, Nixon se acercó a la candidatura vicepresidencial. El gesto le costó la eterna enemistad de Earl Warren, que nunca más le volvería a dirigir la palabra el resto de su vida -salvo cuando lo tuvo que hacer por obligación, en su condición de Presidente del Tribunal Supremo, al tomarle juramento como Presidente de los Estados Unidos en 1969.

La Enmienda fue aprobada por apenas 100 votos y todos los delegados de Eisenhower pudieron ocupar sus asientos en el centro de convenciones. Las maniobras de los seguidores de Taft para la sustitución de delegados quedaron neutralizadas, y la nominación del viejo General garantizada. Nuevas delegaciones se unieron al carro de Eisenhower después de que sus Gobernadores, como fue el caso de Harold Stassen, de Minnesota, vieran claro que ya no había posibilidades de forzar candidaturas de compromiso en las que pudieran emerger al escaparate. Eisenhower fue nominado en primera votación con el apoyo de 845 delegados, y el Senador Taft se quedó en los 280. El General visitó al perdedor y ambos salieron ante la prensa pidiendo unidad al partido.

El Senador Richard Nixon, de California, fue rápidamente propuesto para acompañar a Eisenhower en el ticket. Su ayuda en la aprobación de la Enmienda al Fair Play le otorgó la confianza de los barones liberales que operaban a la sombra de Eisenhower. También tenía el visto bueno de los conservadores, gracias a su pertenencia al Comité de Actividades Antiamericanas y, en especial, su destacado protagonismo en el proceso contra el diplomático Alger Hiss, denunciado por espionaje a favor de la URSS. Su inclusión en el ticket ofrecía también equilibrio regional Este-Oeste, y votos en el siempre competitivo estado de California. Su juventud compensaba además la avanzada edad de Eisenhower. Un noticiario de la época (Real Player).

10 comentarios:

Jordi Coll dijo...

¿Cuando fue la última vez que salió un candidato de consenso de una convención?

Jordi Coll dijo...

Creía que Eisenhower era de Texas. Lo digo por eso del equilibrio este-oeste...

Antxon G. dijo...

No. Eisenhower era de Nueva York. naicó en Texas. Pero ya una evz que se gradua en la academia de West Point (que está en NY), en su vida adulta estaba registrado como votante en Nueva York. Y todos sus contactos y aliados políticos estaban en Nueva York.

El último candidato de compromiso... recuerdo por ejemplo el caso de John Davis en la Convención Demócrata de 1924. Luego está el caso de Wendell Willkie en la Convención Republicana de 1940
. Un caso enigmático. El mejor ejemplo de Dark Horse que se impone sin que andie se lo espere. Un tipo que nunca había ocupado un cargo electo.

Jordi Coll dijo...

Total, para ir a suicidarse contra FDR...

octopusmagnificens dijo...

Antxon, creo que te lo he preguntado alguna vez antes pero no me acuerdo. ¿Has visto el Nixon de Oliver Stone? Me parece una gran película muy infravalorada.

Antxon G. dijo...

Sí. La he visto. Varias veces. Toda mi vida he estado abstante obsesioando con la figura de Nixon. Es un personaje que debieras tratar en tu blog. La peli lo exagera, peor está abstante bien.

Era un hombre enfermizamente tímido, dominado por su madre, de origen muy humilde, que pudo ir a la Universidad sólo gracias a que su hermano mayor, el que tenía que haber ido murió de tuberculosis. Y tuvo que ir a una universidad humilde, a pesar de ser un estudiante brillante.

Y luego estaba obsesionado con la experiencia de su padre. Un hombre recto, honrado, trabajador, que siendo alguien decente fue maltratado por la vida. Nixon es una personalidad complejísima. Tenía talento para llegar hasta donde llegó, epro él estaba convencido de que no podía llegar hasta dodne lo hizo, sin comportarse de cierta manera.

Nixon tenía problemas emocionales. No se puede entender su conducta sin contar con ese factor. Nixon nunca se fio de nadie y siempre intentó aparentar lo que no era porque no se gustaba, estaba acomplejado. Estaba convencido de que la gente no era buena por naturaleza, estaba convencido de que las personas que conseguían algo en la vida no lo hacían siendo honrados como su padre o sus hermanos que siendo honrados no pasaron de ser "pequeños hombres insignificantes" que murieron de tuberculosis. Estaba traumatizado por esas experiencias.

Te recomiendo que veas este documental si puedes.

En contra de la opinión generalizada, que con el paso del tiempo se va corrigiendo, fue un gran Presidente aunque no fuera un gran líder moral como Reagan o Lincoln. Firmó acuerdos de limitación de armas extratégicas con la URSS estableciendo las nuevas reglas de la realpolitik basadas en la distensión y en la coexistencia pacífica de las dos superpotencias, estableció relaciones con China, empezó a cerrar el conflicto vietnamita en su segundo mandato después de obligar a Vietnam del Norte a iniciar negociaciones de paz. Además estableció la llamada `Doctrina Nixon', que consistía en la reducción de las fuerzas militares estadounidenses en el extranjero, ayudando a los países pequeños a defenderse por sí mismos, por medio de concesiones de ayuda económica. Esto permitió a Nixon reducir el presupuesto militar norteamericano que había sido hinchado hasta límites insospechados en la década anterior.

Y como político creo que ha sido uno de los rgandes animales políticos de los últimos 50 años, con una capacidad política difícil de igualar.... perder las presidenciales en 1960, volver a perder las elecciones a gobernador de California en 1962 con anuncio d ela retirada de política incluido, y conseguir renacer políticamente en apenas cinco años llegando hasta lo más alto y siendo reelegido cuatro años después con más del 60% de los votos y ganando 49 de los 50 estados...

Su problema era que se trataba de un hombre que necesitaba desesperadamente el reconocimiento de los demás pero que se veía injustamente tratado frente a otros chicos de buena familia que habían tenido mayores facilidades en la vida. Eso le hacía ser una persona con desequilibrios emocionales y convencido, por haberlo experimentado, que siendo una persona honrada como sus padres lo habían sido, nunca llegaría a nada. Esa fue su perdición.

En la película de Oliver Stone había un pasaje que retrata bien el origen de su incurable amargura:

Cuando es derrotado por Kennedy en el 60 y dice aquello de: "Va a Harvard. Su padre se lo da todo en bandeja de plata. Siempre me lo han pasado por las narices... no la ropa adecuada, no las escuelas adecuadas, no la familia adecuada... y ahora va él y me lo roba. Y dice que no tengo clase... tal vez por eso le quieran".

Anónimo dijo...

Es una peli muy buena, de lo mejor de Stone a pesar de sus excesos. Y coincido con Antxon en lo fascinante y complejo de Nixon, en efecto ademàs un buen presidente. Has clavado el retrato psicológico. Lo mejor de la peli es cuando ante el retrato de JFK en la WH dice: "Cuando los americanos me miran a mì ven còmo son; cuando te miran a ti ven còmo les gustaría ser".

octopusmagnificens dijo...

Apunto el documental, Antxon.

Cormac, la escena que comentas es realmente buena. A mí también me impresionó, como otra en la que visita el Lincoln Memorial y se encuentra con unos jóvenes contrarios a la guerra, con los que discute sobre Vietnam. Supongo que esa escena no está basada en hechos reales pero queda bonita de todos modos.

Antxon G. dijo...

La escena del encuentrocon los manifestantes contra la Guerra está basada en hechos reales, pero alterada para hacerla más teatral. Es verdad que Nixon salió sólo de la Casa Blanca y fue a uno de los centros dodne se reunían estas personas. No fue en el Lincoln Memorial, fue en otro lugar.

De la peli recuerdo a Bob Hoskins haciendo de J. Edgar Hoover, una versión demasiado gay. James Woods haciendo de Haldeman. Y Larry Hagman haciendo de un tal Jack Jones, como líder del famoso 'Right Wing Cabal', un personaje inspirado claramente en una composición entre H.L. Hunt y Clint Murchison, pero con el nombre cambiado.

Anthony Hopkins fue nominado al Oscar. Seguramente merecía ganárselo por la larguísima duración del papel y la dificultad de encarnar a un personaje tan fresco en la memoria del público, epor estaba aún cerca su Oscar por 'El silencio de los corderos', y ese año se lo llevó Nicolas Cage.

octopusmagnificens dijo...

¡Ah, pues vaya! Hopkins está magnífico. Repetí una y otra vez con el mando a distancia sus imitaciones de las sonrisas de Nixon. ¡Es genial!