lunes, 6 de septiembre de 2010

DE - Sen: el Tea Party contra Mike Castle



El escaño que Joe Biden ocupó en el Senado durante 36 años puede caer en manos republicanas este año. Sólo un demócrata ha querido entrar en la carrera por sucederle. Se llama Chris Coons y es jefe ejecutivo de New Castle, uno de los tres condados de Delaware. El hijo de Biden, Beau, Fiscal General de Delaware, favorito entre los demócratas, ha preferido esperar a un año más favorable para no exponer la reputación de su padre.

La atención la acapara la primaria republicana de dentro de ocho días, que en las últimas semanas ha ganado un inesperado interés gracias a la repetición del esquema "candidato del establishment contra candidato del Tea Party" que hemos visto ya en otros estados. La chocante derrota de Lisa Murkowski en Alaska ha encendido a los dos bandos en Delaware, el último escenario en el que podrán medir sus fuerzas en una interna por este año.

La semana pasada el Tea Party Express anunció una inversión de entre 250,000 y 600,000 dólares en publicidad en favor de la candidata Christine O'Donnell, una atractiva consultora de marketing y comentarista política. O'Donnell ya había recibido antes el respaldo mediático de figuras conservadoras como la columnista Michelle Malkin, el locutor de radio Mark Levin, o el blog de internet RedState.com entre otros, pero no contaba con ningún respaldo económico, sólo tenía 70,000 dólares para gastar. La entrada en escena del Tea Party Express le permite ocupar más espacios publicitarios en radio y tv en los últimos días de campaña.

La estrategia de los tea partiers pasa por poner en duda las credenciales conservadoras de Mike Castle, el candidato favorecido por el partido. Someterlo a un test de pureza. Castle (71 años) es un veterano Congresista y ex Gobernador procedente de una familia de la élite social de Delaware -es tataranieto de Benjamin Franklin. Es un moderado (o liberal) que si bien se opuso a la reforma sanitaria, votó a favor del plan de rescate de 700 millones para Wall Street, y favorece el control de armas de fuego, la investigación con celulas madre y la legislación medioambiental de la Adminsitración Obama. Desde el equipo de O'Donnell están propagando la peligrosa idea de que Castle podría convertirse en el futuro en un nuevo caso de transfuguismo como el de Arlen Specter.

Pero la maquinaria estatal y nacional del GOP se está movilizando con la rapidez que les faltó en Alaska. El Partido Republicano de Delaware ha lanzado la página web RealChristine.com detallando las complicadas finanzas personales de O'Donnell, deudas, problemas con el Servicio del Defensor del Contribuyente, ejecución hipotecaria sobre su casa, facturas sin pagar de su anterior campaña de 2008, etc. Y el National Republican Senatorial Committee ha recomendado a Castle que gaste unos 200,000 dólares en publicidad de los 2,6 millones de dólares que tiene en el banco. Castle no pensaba gastar nada en la primaria pero la experiencia de Murkowski en Alaska ha forzado el cambio de planes.

La primaria republicana del 14 de septiembre será "cerrada". Eso significa que sólo podrán participar en ella los votantes republicanos, quedando excluídos los independientes y los demócratas que tantas veces han votado por Castle en elecciones estatales. Pero también puede jugar a favor de Castle porque la fecha límite para registrarse como votantes cerró hace mucho y eso impedirá participar a muchos que se hayan interesado por la elección en las últimas semanas.

No ha habido encuestas en el último mes. Castle es un ganador seguro para los republicanos en noviembre, si es nominado el escaño es suyo; O'Donnell lo tendría mucho más complicado en noviembre porque su perfil es demasiado conservador para Delaware. Ese es el principal argumento del partido para respaldar a Castle.

Os dejo un par de muestras de lo que están viendo estos días en televisión los votantes de Delaware. Un spot del Tea Party Express y otro de la campaña de Castle.



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