Mark Warner, ex Gobernador de Virginia y actualmente candidato al Senado, un demócrata reformista, será el encargado de dar el Keynote Address en la Convención Nacional Demócrata. Así lo anunció la campaña de Obama en un e-mail enviado a sus partidarios de Virginia: "Mark Warner no tiene miedo de desafiar el status quo para unir a la gente y hacer funcionar las cosas. Es ese tipo de espíritu e innovación lo que ha resultado en su selección como 'keynote speaker' en una noche en que el programa de la Convención se centrará en renovar la economía de America." Warner intervendrá la segunda noche de la Convención, restando protagonismo a Hillary Clinton.
El Keynote Address suele ser un discurso inspirador que ha servido en ocasiones para lanzar al estrellato nacional a quien lo pronuncia. Obama fue el último caso hace cuatro años. Dos de los casos demócratas más recordados, el Gobernador Mario Cuomo, de Nueva York, en 1984, y la Congresista afroamericana Barbara Jordan en 1976.
9 comentarios:
¿Cuánto marketin? ¿Dónde está la politica?.
Parece en mi opinión el gran hermano del politiqueo, ¿Quién crees sinceramente que ganará? Antxon.
Agur un saludo.
La elección está para que la gane Obama. Insatisfacción general por el estado de las cosas, una administración republicana desgastada, y una cobertura mediática parcial que favorece al candidato demócrata.
Pero las dos últimas elecciones presidenciales evidenciaron un electorado muy dividido en los debates sustanciales, lo cual hace muy difícil un landslide, una victoria aplastante. En la medida en que se estimulen los instintos más básicos de cada grupo de votantes, la elección tenderá a ser igualada. McCain aún no ha demostrado ser capaz de hacer esto como lo hacía maravillosamente Bush, pero aporta una imagen de independencia que ofrece nuevas característcias a la carrera que la pueden volver más imprevisible para él, desde una derrota contundente a una victoria sorprendente.
Pero el escenario más realista hoy por hoy es una victoria de Obama por entre 2 y 5 puntos en el voto popular, dependiendo del nivel de crispación de la campaña en los últimos dos meses (mayor crispación mejor resultado para McCain si su estrategia se apoya en la mitad + 1 de Bush), con un mapa electoral en el que varíen menos de media docena de estados.
Pero hay que esperar hasta que pasen als dos Convenciones. La época de Convenciones tiende a ajustar a medio plazo más a la realidad la intención de voto: suele mejorar al que ahora lo está haciendo peor de lo que en realidad debiera estar haciéndolo. En teoría ese debería ser Obama.
Eso podremos verlo la segunda mitad de septiembre. Si por esas fechas los sondeos nacionales se mantienen dentro de los márgenes de error, es cuando Obama tendrá que empezar a plantearse si hay algún factor extraño que bloquea su consolidación -el factor racial.
o el factor "bluff". O el factor "Michelle Obama". ;))
Eso andan diciendo por aquí, que Obama a dia de hoy parece ser el "triunfador", gracias Antxón.
Por cierto me encanta esta frase escrita por tí :):
En la medida en que se estimulen los instintos más básicos de cada grupo de votantes.
Joder.
Agur un saludo.
Me refiero a los temas que nos ofuscan. En mayor o menor medida, para la mayoría de votantes hay algún asunto, generalmente vinculado a conflictos culturales, no el mismo para todos, que les hace pensar con menos claridad, abandonar el pragmatismo y tomar posturas apasionadas. Cuando desde una campaña se estimula el debate de estos asuntos, se provoca que grupos de votantes concretos voten más "en contra de" o para evitar algo.
Y se logra la movilización de votantes que a lo mejor no encontraban razones para ir a votar por el candidato de su partido ese año.
Pues yo me demo que McCain gane en el ultimo momento. Hay mucha gente que no muestra sus preferencias en los sondeos y normalmente acaban votando a la derecha. Los sondeos de ahora no reflejan necesariamente lo que vayamos a ver despues de las convenciones. eso si, si McCain gana, cojo mis bartulos y de vuelta a Euskadi.
Lo siento pero me sacan de quicio los extranjeros que se permiten el lujo de exigir a los estadounidenses a quién deben votar, y decirles que hay un candidato "bueno" y otro candidato "malo". Como los españoles a los vascos.
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