martes, 26 de agosto de 2008

DNC - Día 1: Michelle Obama toma la palabra

Discurso marcadamente "femenino", que no feminista, el de Michelle Obama. Se ha presentado ante el país como una mujer luchadora y hecha a sí misma, pero también como una esposa y madre incondicional. Su discurso ha sido sobre todo una declaración de amor hacia su marido. Acusada por sus críticos de ser demasiado escatológica, el equipo de Obama ha preparado para ella un discurso suave y tradicional volcado en hacer ver al votante blanco de clase media que sus valores y forma de vida son compartidas por cualquier familia negra de clase media.

Dos ideas han destacado por encima de las demás: nos ha dicho que la historia personal de su marido lleva a la conclusión de que "(Obama) es tal y como lo conocéis" y "siempre consigue lo que se propone", lo que en la comunicación entre candidato y votantes significaría, "podéis confiar en él/cumplirá sus promesas." Al término de la intervención de su esposa, el Senador Obama se ha comunicado con el Pepsi Center vía satélite, imitando lo que ya hicieron Ronald Reagan o George W. Bush en 1984 y 2004, estando las Primeras Damas en el estrado.

(...) "Vengo esta noche aquí como una hermana, bendecida con un hermano que es mi mentor, mi protector y mi amigo de toda la vida. Vengo aquí como una esposa que ama a su marido y cree que él será un Presidente extraordinario. Vengo aquí como una madre cuyas hijas son el corazón de mi corazón, y el centro del mundo. Ellas son la primera cosa en la que pienso al levantarme por la mañana, y la última cosa que pienso cuando voy a la cama por la noche. Su futuro, y el futuro de todos nuestros niños, es mi apuesta en esta elección.

Y vengo aquí como una hija. Criada al sur de Chicago por un padre que fue un trabajador, un obrero, y una madre que permaneció en casa con mi hermano y yo. El amor de mi madre siempre ha sido un sostén para nuestra familia, y una de mis mayores alegrías es ver su integridad, su compasión, su inteligencia reflejada en mis propias hijas."

(...) "Barack y yo fuimos educados con algunos valores iguales: que trabajas duro por lo que quieres en la vida; que tu palabra es vinculante y haces lo que dices que vas a hacer; que tratas a la gente con dignidad y respeto, incluso si no los conoces, e incluso si no estás de acuerdo con ellos.

(...) Al final, después de todo lo ocurrido en estos últimos diecinueve años, el Barack Obama que conozco es el mismo hombre del que me enamoré hace diecinueve años. Es el mismo hombre que nos llevó a mí y a nuestra hija recién nacida a casa del hospital, este verano hace diez años, mirándonos ansioso por el espejo retrovisor, sintiendo todo el peso de su futuro (de la niña) en sus manos, decidido a darle todo aquello por lo que luchó tan duro para él, decidido a darle lo que él nunca tuvo: el abrazo de un padre cariñoso. (...)


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