Barack Obama ha vuelto a meterse en un charco por entrar a valorar de una forma un tanto pintoresca las formas de vida de algunos de sus compatriotas. En una reciente recaudación de fondos en San Francisco, explicó al sofisticado público de la ciudad californiana que las gentes de los pequeños pueblos de la Pennsylvania profunda tienen armas o creen en Dios como consecuencia del resentimiento generado por la pérdida de empleos. Les ha llamado poco menos que pobres infelices amargados y ha cuestionado que sus conductas cotidianas o ideas sean propias de personas normales. En respuesta a sus palabras, sus rivales ya han empezado a acusarle de "elitismo" y de no saber de qué están hechos los Estados Unidos de América.
"Vas a esos pequeños pueblos en Pennsylvania y, como muchos pequeños pueblos en el Medio Oeste, los empleos se han ido en los últimos veinticinco años y nada los ha reemplazado. Y cayeron durante la administración Clinton, y la administración Bush y cada sucesiva administraciónha dicho que de alguna manera esas comunidades van a regenerar y no lo han hecho. Y no sorprende entonces que se amarguen, se aferren a las armas, la religión o a la antipatía hacia la gente que no es como ellos, o al sentimiento anti-inmigrante o anti-comercio como vía para explicar sus frustraciones." - Sen. Barack Obama
sábado, 12 de abril de 2008
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1 comentario:
Son este tipo de comentarios los que le pueden costar muchos votos.
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