Una serie de líderes evangélicos y dirigentes de organizaciones de activistas conservadores en lo social, han lanzado un anuncio en forma de carta abierta al Senador John McCain. El mensaje es muy claro: "No a Mitt Romney". Advierten al candidato que no aceptarán de buen grado la selección del ex Gobernador de Massachusetts como candidato a la Vicepresidencia. Lo que llama la atención de esta maniobra es que se produce cuando ni siquiera existe todavía una presunta lista de probables candidatos al cargo. Ni señales evidentes de que vaya a ser Romney el elegido. Algo que a muchos lleva a pensar que detrás de este esfuerzo pudiera estar un movimiento de apoyo a la opción Huckabee.
En cualquier caso, plantea un serio dilema para McCain en un momento en que el debate económico está cobrando mayor protagonismo en la campaña. Podría verse obligado a tener que decidir entre contentar a gran parte de las bases de clase media-baja que votan pensando más en valores que en sus bolsillos, u optar por un hombre de probado prestigio económico que puede poner a su disposición un premio gordo como Michigan, a cambio de desmovilizar a votantes que pueden ser cruciales en estados mixtos como Ohio.
3 comentarios:
"Podría verse obligado a tener que decidir entre contentar a gran parte de las bases de clase media-baja que votan pensando más en valores que en sus bolsillos"
¿Lo has redactado bien? ¿Hay clase media-baja que le importa más los valores que su situación económica en USA?
Un saludo
José Luis
Sin ninguna duda. La mayoría de líderes evangélicos son portavoces de votantes blancos de clase media baja y nivel educativo medio bajo.
No hay más que observar en un mapa electoral cómo en las últiams décadas, los republicanos se llevan en las presidenciales todos los estados más pobres de la Unión (el de 2004 es el mejor ejemplo). Y eso es porque muchos votanets en esos lugares votan pensando en valores, familia, afinidad cultural, patriotismo, etc.
También hay que señalar que, salvo alguna excepción como Ohio, la crisis económica se está dejando notar más en los llamados estados azules, donde existe menor presencia del factor evangélico en la actividad política.
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