miércoles, 7 de mayo de 2008

Más difícil todavía para Clinton














Obama ganó en Carolina del Norte y Clinton en Indiana. Pero la victoria del primero estuvo a la altura de las mejores expectativas, y la ex Primera Dama se quedó por debajo de lo que indicaban los sondeos. Resultado deprimente para una Hillary Clinton que en la previa a esta doble primaria sintió encontrarse en su mejor momento de los últimos dos meses. Ella y sus seguidores podrán justificar la victoria de dos puntos señalando que Obama gastó el doble de dinero, y es cierto. Podrán recordarnos que Indiana comparte con la Illinois de Obama una frontera tan larga como el río Wabash que bisecciona el estado de noreste a suroeste. Pero al final el análisis de los resultados electorales siempre está sujeto a las expectativas con las que se llegó al día de votaciones.

Obama estuvo a la altura ganando por más de 30 puntos en el condado de Marion, que alberga la capital Indianapolis, o en el condado de Monroe, donde se encuentra la mayor parte de la población universitaria de Indiana. Y sorprendió con mejores números que los esperados en condados que Clinton creía seguros, siendo el norteño Elkhart el mejor ejemplo. Redujo distancias maximizando su ventaja en las plazas propias, y superándose a sí mismo en las zonas templadas de Clinton. Logró convencernos de que Carolina del Norte era su Pennsylvania particular, y ahora puede colgarse medallas y decir que tomando estos dos estados como ejemplos de características demográficas antagónicas, él lo hizo hace dos semanas mejor que Hillary ayer en terreno hostil.

¿Ahora qué? Atentos a los superdelegados. Esta es la semana que Obama debe aprovechar para presionar al maximo a los superdelegados indecisos. Muchos de los que tras Pennsylvania dieron un paso atrás a la espera de acontecimientos, pueden ir en los próximos días cayendo poco a poco en el saco de Obama. En los últimos días ya había recibido adhesiones de nombres de peso en Indiana, y en Maryland se había hecho con los cotizados Michael Cryor y Lauren Glover, presidente y vicepresidente del comité demócrata estatal.

Nuevos superdelegados, y donantes, estarán haciendo esta mañana cola para anunciar su adhesión. El objetivo deberá ser que el tema central de los periódicos y las cadenas de televisión esta semana sea un masivo movimiento de superdelegados en favor de Obama, y que eso eclipse el impacto mediático del más que probable buen rendimiento de Hillary en Virginia Occidental. Obama podrá contar en la estrategia con la complicidad de los jefes del partido, deseosos de finiquitar la carrera a la mínima ocasión.

En cuanto a la Senadora Clinton, puede dar gracias a que la próxima cita sea dentro de una semana, y no dentro de un mes. Matt Drudge nos dice que la candidata ha cancelado sus eventos para el día de hoy, para hablar con sus aliados y decidir si continuar o no con la campaña. Uno de sus principales soportes, el ex Congresista Harold Ford, de Tennesseee, actual líder del Democratic Leadership Council, la organización sobre la que se apoya el esfuerzo electoral de los Clinton, sugirió ayer por primera vez que la Senadora debería reflexionar sobre la conveniencia o no de continuar con esto.

Parece que una retirada voluntaria a tiempo le pondría la Vicepresidencia en bandeja, como compensación por dejar de hacer daño al potencial nominado Obama. Los seguidores de este llegarían a sentir simpatía por ella y podrían limarse asperezas. Un caramelo suficientemente dulce para aliados como el joven Ford, que al no ocupar actualmente ningún cargo electo ambicionan tener un despacho en la Casa Blanca, y para eso necesitan que Hillary esté en la casa, sea de Presidente o de Vicepresidente.

Pero me cuesta creer que la combativa Hillary que hemos conocido en los últimos dos meses de campaña se retire teniendo por delante primarias en dos estados que simpatizan con su causa. Con victorias que ronden los 30 puntos en Virginia Occidental -13 de mayo- y Kentucky -20 de mayo- podría acercarse en voto popular nacional a Obama, y volver a poner sobre la mesa su mayor competitividad en los estados variables. "No sabemos lo suficiente sobre el Senador Obama todavía. No necesitamos una 'sorpresa de octubre'. Y las posibilidades de una 'sorpresa de octubre' con Hillary son remotas", es lo que el veterano Harold Ickes, consejero de Hillary, lleva semanas diciendo a todo el que habla con él.

Ayer andaba presumiendo ante la prensa que con la inclusión de los delegados de Michigan y Florida a finales de este mes, su candidata podría llegar a superar la cifra mágica en la que está establecida la nominación. Pero su destino depende en demasía de la voluntad de los insiders del partido -miembros de comités reguladores y superdelegados. Estos se han mostrado hasta el momento poco receptivos a sus argumentos, y los decepcionantes resultados de anoche sólo confirmarán su escepticismo. Semana complicada para los Clinton.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que reconocer que una ventaja en voto popular que tiende a acercarse al millón no es ninguna lagaña, y aunque claro Kentucky y Virginia acercarían a Hillary, tampoco reducirían demasiado la ventaja, no son estados de grandes poblaciones, por algo, sumados los dos, apenas si sobrepasan el numero de delegados de Indiana.

Obama 15,928,114
Clinton 15,216,337

Antxon G. dijo...

Pero la diferencia en votos populares podría ser suficientemente estrecha como para poder sembrar dudas sobre cómo quedaría si a las populosas Michigan y Florida se les hubiera permitido participar en el proceso.

Y esa es la reivindicación de Hillary si termina menos de 500,000 votos por debajod e Obama. Sembrar dudas y recordar que los votos de dos de los estados más populosos y decisivos de la Unión no han sido contabilizados.

Antxon G. dijo...

Florida es un territorio muy muy favorable a lso Clinton. Dejar fuera ese estado, es como si en las generales dejas fuera Texas y colocas al candidato republicano con una importante desventaja estructural para ganar la elección, o lo mismo con NY para el candidato demócrata.

Yo comprendo que Hillary se resista a aceptarlo porque es consciente que esos dos estados privados de participar son dos piezas clave en su mapa electoral. Es como si el privadod e participar hubiera sido Illinois, y en su lugar hubiera participado Florida. La situación sería diferente, y Obama reclamaría que los resultados están viciados porque no se dejó participar a un estado fundamental como Illinois.