El debate en torno al impuesto federal sobre la gasolina y el diesel está centrando el último choque entre Barack Obama y Hillary Clinton en las televisioens de Indiana y Carolina del Norte. La Senadora Clinton apoya la suspensión temporal de 4,8 céntimos por litro del impuesto federal a la gasolina, y 6,3 céntimos para diesel. Defiende además recuperar esos ingresos perdidos imponiendo impuestos a las compañías petroleras. Por contra, el Senador Obama ha adoptado la postura contraria, y ha acusado a su rival de estar buscando sólo la satisfacción inmediata de los electores para que la voten.
Todo empezó la semana pasada con un spot de la ex Primera Dama, en la que planteaba el contraste existente con Obama en este asunto, y se presentaba a sí misma como una agresiva líder capaz de tomar medidas drásticas en el plano económico para combatir la ansiedad que los elevados precios del combustible están generando entre los consumidores de todo el país. A lo que Obama respondió con su propio spot:
Pero Hillary insiste y golpea de nuevo. Es de suponer que los sondeos internos le dicen que los ataques son efectivos. Lanzó ayer un nuevo spot que asegura que su propuesta ahorrará a las familias hasta 8,000 millones de dólares, y censura a Obama por llamar a ese ahorro "sólo peniques". "Él haría que tú sigas pagando ese impuesto, en lugar de las petroleras", dice el anuncio.
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