En el último mes, el equipo de campaña de Fred Thompson ha pasado de un pequeño grupo de supuestos insurgentes con tácticas no conocidas, a un equipo más convencional que se propone seguir los pasos de cualquier manual de campaña apoyado en diferentes experiencias electorales de los últimos años. Ya poco queda del equipo que apoyó los primeros esfuerzos del ex Senador por tomar un primer contacto con el electorado. A su actual campaign manager, William Lacy, le gusta recordar que cuando él llegó para unirse a la campaña, lo único que tenían preparado era el lugar donde se produciría el anuncio oficial de la candidatura. Ese lugar iba a ser el Ryman Auditorium de Nashville, uno de los centros neurálgicos de la capital de la música, desde donde se emite el mítico Grand Ole Opry, el programa de radio más antiguo de los Estados Unidos.
Eso era lo único que parecíamos tener claro todos los que estábamos interesados desde hace meses por saber más sobre la entonces poco clara aventura presidencial de Thompson. No había información y parecía que la empresa no avanzaba. Motivo por el cual este pasado verano parecía haber colapsado, y muchos comenzábamos a darle cada vez menor credibilidad a su candidatura. Ahora Lacy nos cuenta que ciertamente ese riesgo de colapso existió antes de que se llevara a cabo la profunda renovación del equipo. El viejo Team Fred que hablaba de innovación y creatividad en el arte electoral, parecía tener ideas sugerentes, pero carecía de un plan de acción real.
Con la entrada de Lacy se empezó a avanzar hacia el modelo tradicional de campaña que tan buenos resultados está otorgando a otros candidatos como Mitt Romney o Hillary Clinton. Se descartó la idea del Ryman Auditorium y se optó por un anuncio a través de webcast, opción apoyada en la reciente experiencia de Hillary, y se recurrió al Tonight Show de Jay Leno como hiciera en su momento Arnold Schwarzenegger, o siguiendo el ejemplo más reciente de John McCain, quien anunció sus ambiciones en el programa de David Letterman. Pero lo más destacado están siendo los movimientos en los primeros estados en albergar primarias. Tras meses de no hacer nada por construir una organización competitiva en estos estados, al fin parece que la cosa está cambiando con la contratación de personal especializado en la política interna de esas importantes plazas.
Team Fred estaría ya pagando a cuatro staffers de primer nivel en Iowa, dos en New Hampshire, tres en Carolina del Sur y seis en Florida. Lejos todavía de la vasta organización de sus competidores más cercanos –para haceros una idea, Hillary Clinton cuenta con setenta staffers sólo en Iowa-, pero es un comienzo. El dilema ahora será ver hasta qué punto es capaz de acercarse a esos equipos tan profesionalizados, que casi parecen corporaciones, en sólo cuatro meses que quedan hasta enero. Todo dependerá en gran medida de las cantidades de dinero que consiga reunir para poder hacer una gran inversión en personal, logística y propaganda. Algunos aliados de Thompson, como el Senador Lamar Alexander, insisten en que Fred se beneficiará del cansancio que para enero se haría evidente entre los votantes con los candidatos que llevan ya muchos meses de campaña, pero eso no es suficiente. Tener un buen equipo, preparar eventos de campaña y viajar por todo el país son actividades de obligado cumplimiento que cuestan mucho dinero.
Optimismo no falta en el entorno del actor. Confían ciegamente en el atractivo indiscutible de su personalidad y creen que su condición de popular celebridad será una ventaja competitiva que hará posible en su caso lo que en otros casos ha sido imposible: ser nominado después de haberse saltado media precampaña. Recuerdan también que el héroe republicano por excelencia, Ronald Reagan, no anunció su candidatura hasta el mes de noviembre de 1979. Es verdad que aquel año su principal competidor, George Bush, se había lanzado a la carrera varios meses antes, pero olvidan que Reagan estuvo durante años preparando en las sombras su asalto a la Presidencia, colaborando estrechamente con una variedad de organizaciones conservadoras de nueva creación que movilizaban a sus “tropas” para votar por él. Durante los veinte años anteriores a su nominación, Reagan invirtió mucho en el movimiento conservador. Este no es el caso de Fred Thompson, quien desde que se retiró de la política parecía alejado de toda la movida, y ahora debe construir contra reloj, no ya sólo un buen equipo de profesionales, sino una buena base de apoyos políticos y económicos. Un camino que Reagan ya había recorrido mucho antes de noviembre de 1979.
El secreto del éxito para Fred Thompson será presentarse como una opción crítica tanto con demócratas como con republicanos. En especial en aquellas materias que más sensibilizan la naturaleza conservadora de una mayoría de la sociedad estadounidense. Existen tres puntos esenciales que pueden servir como motor para una estrategia tipo outsider de quien busca presentarse más como un “mainstream conservative” que como un “mainstream republican”. Esos tres puntos serían el federalismo, el conservadurismo fiscal y la exaltación de la originalidad del “American Way” como base para todo. A pesar de las contradicciones que se pueden extraer de algunas posiciones defendidas en sus años como abogado y lobbista, el historial de Thompson en el Senado es muy satisfactorio para el movimiento conservador –exceptuando el lunar de la ley de financiación de campañas electorales (McCain-Feingold)-.
Votó consistentemente en contra de cualquier resolución favorable al aborto y defendió una visión conservadora del federalismo para construir un discurso coherente en otras problemáticas sociales como el matrimonio homosexual. Ha abrazado también posiciones conservadoras en inmigración y control de armas. Y en materia fiscal no ha dudado en criticar abiertamente el costoso plan de expansión de los beneficios de Medicare que la Administración Bush logró aprobar en 2003. En este último punto se beneficia de su ausencia del Senado en los últimos años. Al no haber sido ya miembro de la Cámara Alta en el momento en que se debatieron ese y otros polémicos programas gubernamentales, no sabremos nunca en qué dirección hubiera votado, y esto le permite establecer posiciones sobre hechos consumados, exclusivamente orientadas a sus actuales necesidades en la carrera presidencial.
Los últimos análisis de la intención del voto indican que Thompson tiene posibilidades muy reales de convertirse en el candidato republicano. Gusta a las bases republicanas por todo lo anteriormente expuesto, y no parece generar sentimientos demasiado adversos en el resto del electorado, gracias a su buen carácter y su probada independencia en las sesiones de impeachment del Presidente Bill Clinton en 1999, cuando votó en contra de la destitución del Presidente demócrata, a diferencia de la mayoría de republicanos del Sur. Ese espíritu independiente será esencial en un momento en que la fatiga de los votantes con los políticos de Washington puede ser un factor decisivo en el desenlace de las elecciones. Su identificación como la alternativa conservadora debe labrarse sobre la insatisfacción con la actual clase gobernante, distanciándose del aparato del partido que lo cobija y proclamándose candidato de un movimiento más que de un partido. Es ahí donde podremos valorar si las recurrentes comparaciones con Reagan se deben a algo más que su talento comunicativo o la puesta en escena –lo que sus críticos llamarían ser un script reader-. El gran logro de Reagan consistió en la incorporación del mensaje populista –tradicionalmente demócrata- a la plataforma republicana.
Fred tiene las cualidades y el potencial para liderar a los americanos. La genialidad de un buen comunicador como él puede integrar en una comunidad histórica utopías opuestas expresadas a través de la unión de símbolos que resultan atractivos para todos. Convencer a las voces que no son oídas en Washington de que la mayoría de los problemas que enfrenta hoy y enfrentará mañana Estados Unidos se deben a la “extraviación de nuestros primeros principios”. Esa idea de los “principios originales” y los “ideales de nuestros Padres Fundadores” podríamos considerarla un mito más que una realidad tangible. Pero también es un hecho que la fe en los grandes ideales-mitos han sido siempre el motor del desarrollo de la Unión. Los mitos no son mentiras; son ficciones que actúan. Las frustradas y escépticas bases republicanas que han girado sus miradas hacia Thompson en los últimos meses, esperan la recuperación de las ideas-fuerza y los sueños heroicos frente al pesimismo, con un mensaje simple e inequívoco. Esperan que el carisma de Fred Thompson se manifieste como la fuerza que sofoque las contradicciones de muchos de estos argumentos. Veremos.
Video: Fred Thompson haciendo campaña hoy en The Villages, Florida. (hacer click sobre la imagen)
jueves, 13 de septiembre de 2007
Recuperando el tiempo perdido
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2 comentarios:
Lo que me pregunto es qué haran los demás candidatos ante un Fred cada vez más fuerte, y qué pasará cuando empiecen las campañas negativas hacia él de verdad..
Me está sorprendiendo en esta última semana. Está haciendo una campaña bastante más dinámica de lo que yo pensaba. Además veo que su web trabaja bien y también están trabajando bien el youtube y otras webs de videos. Y el video biográfico que ha lanzado me encanta. Inspirándose en el títulod e su película "The Hunt for Red October"... lo titulan "The Hunt of red November". Noviembre por la fecha de las eleccioens y rojo por el color republicano.
Las campañas negativas ya empezaron. Criticando su papel como lobbista, recordando algunos casos dudosos que defendió como abogado, etc. Hasta el momento no han erosionado su imagen entre los votantes republicanos.
Habrá que ver cómoe volucionan su números en los priemros estados que celebrarán primarias. A ver cómo están dentro de un par de meses. Ahí podremos ver si realmente va camino o no de ganar la nominación.
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