El Gobernador Mitt Romney acaba de lanzar su decimotercer comercial televisivo en New Hampshire y Iowa. De un modo clásico, habla a la cámara para insistir en su condición de outsider desligado de Washington que puede ofrecer un cambio real por no estar expuesto a las críticas que reciben la Administración o los republicanos del Congreso. "Si vamos a cambiar Washington, los republicanos debemos poner primero en orden nuestra propia casa. (...) Cuando los republicanos actúan como demócratas, América pierde. Es tiempo de que los republicanos empecemos a actuar como republicanos. Es tiempo para el cambio y el cambio empieza por nosotros mismos". Imita así la estrategia de la triangulación que tan buenos resultados diera a Bill Clinton, reprobando por igual el desempeño de unos y otros, demócratas y republicanos, y distanciándose de las divisiones dominantes en la escena política capitalina. Ver aquí el anuncio.
También estos días, el ex Gobernador de Massachusetts está utilizando con audacia el disgusto de muchos americanos ante la próxima visita del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad a la Asamblea General de las Naciones Unidas para pronunciar un discurso. Romney ha enviado una carta al Secretario General Ban Ki-monn, condenando en duros términos la invitación a Ahmadinejad por considerar una profunda ofensa contra la sensibilidad de los americanos, que un individuo supuestamente acusado de esponsorizar actos terroristas, pueda acudir a escasos metros del doloroso escenario del mayor ataque terrorista sufrido por los Estados Unidos. Pide Romney que si el líder iraní pisa suelo estadounidense, sea acusado de violar la Convención de Genocidio. Sabe que este gesto dará mucho que hablar y muchos ciudadanos americanos agradecerán sus palabras.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
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