miércoles, 25 de junio de 2008

Chicago, 1912: Roosevelt contra Taft


El republicano William Howard Taft había sido elegido Presidente en 1908 para continuar con la tradición progresista instaurada por su predecesor, Teddy Roosevelt, cuyas políticas habían gozado de una inmensa popularidad en los estados del Oeste. La herencia de Roosevelt creía en la promoción de herramientas reguladoras necesarias para conservar los ideales fundacionales y los intereses populares que habían sido corrompidos por los grandes negocios. Taft había conseguido en 1908 aglutinar esa tradición populista con el conservadurismo del Este. Pero pronto se alejó de los progresistas y se propuso revisar la política proteccionista de Roosevelt. Pidió al Congreso una reducción de aranceles que dio como resultado el acta de tarifa arancelaria Payne-Aldrich. Se ganó así la enemistad de la sección progresista del partido, y de los estados agrícolas del Medio Oeste, los más perjudicados por la ley.

El riesgo de cisma en el Partido Republicano aumentó cuando el Presidente Taft decidió contestar también el rico legado de Roosevelt en materia medioambiental, abriendo reservas forestales que su predecesor había convertido en Parques Nacionales restringidos a la explotación económica. El otro punto de controversia fue la independencia del poder judicial. Todo ello, unido a una rotunda derrota de los republicanos en las elecciones al Congreso de 1910 -cosa que no sucedía desde 1894-, dejó al Presidente Taft en una delicada posición de cara a las elecciones presidenciales de 1912.

El Senador Robert LaFollette, un progresista de Wisconsin, fue el primero en anunciar su intención de retar a Taft por la nominación republicana. Pero era percibido como demasiado radical para llegar a la Presidencia. Muchos republicanos progresistas comenzaron a señalar a Teddy Roosevelt. El ex Presidente, que en los años anteriores se había dedicado a viajar por Europa y tomar parte en safaris en África, se mostró algo reticente hasta que sus seguidores inscribieron su nombre para la primaria de Nebraska. Roosevelt anunció el 23 de diciembre de 1911 que aceptaría la nominación si lo seleccionaban, pero que renunciaba a hacer campaña activa. El gesto fue interpretado por sus admiradores como un visto bueno para continuar el esfuerzo en todos los estados. "Es un estrafalario, un tipo de animal que no encuentras a menudo en el jardín zoológico", dijo el Presidente Taft de él.

Sólo doce estados celebraban primarias en 1912; los otros treinta y seis seleccionaban a sus delegados en convenciones estatales controladas por la maquinaria oficial del partido, vinculada al Presidente Taft. En el momento en que se celebró la primera primaria en Dakota del Norte, Taft tenía ya a 127 delegados comprometidos, frente a sólo 10 de sus adversarios. La victoria en Dakota del Norte correspondió a LaFollette, que superó en diecisiete puntos a Roosevelt; Taft había renunciado a competir en ese estado del Medio Oeste. La primera victoria de Taft tuvo lugar en Nueva York. Sólo en la gran ciudad, obtuvo el 70% del voto, dejando en ridículo a Roosevelt en su propio estado. Después de lo cual LaFollette se impuso en Wisconsin.

Roosevelt se vio obligado a modificar su estrategia tras la debacle de NY, y viendo que LaFollette era el principal beneficiario del descontento de las masas en el Medio Oeste. Propagó que las victorias de este último eran debidas a la participación de demócratas que sólo buscaban desprestigiar su candidatura, y amenazó con lanzar una candidatura independiente si el partido no lo nominaba. La fortuna de Roosevelt comenzó a cambiar el 9 de abril con su triunfo en la primaria de Illinois. Con el 61% del voto a nivel estatal, se llevó todos los condados del estado, y Taft sólo resistió en algunos distritos urbanos de Chicago. En las semanas siguientes, el ex Presidente ganó ocho de las nueve primarias que restaban - Pennsylvania, Nebraska, Oregon, Maryland, California, Ohio, New Jersey y Dakota del Sur. Significativo fue el golpe asestado a Taft en su propio estado, la siempre importante Ohio. El Presidente sólo fue capaz de vencer en Massachusetts.

Roosevelt se hizo con 278 delegados electos en primarias; Taft con 48; y LaFollette con 36. Sumados a los delegados no electos comprometidos con algún candidato, Roosevelt contaba a dos semanas de la Convención con un total de 411 delegados en el bolsillo, frete a sólo 201 de Taft. Pero las cifras eran engañosas, ya que existía un grupo 254 delegados no comprometidos que eran en realidad delegados de Taft, además de otros 166 no instruídos. La intromisión abusiva del aparato partidista en el proceso se manifestaría con claridad en la Convención Nacional Republicana que abrió sus puertas el 18 de julio en Chicago. El Comité Nacional Republicano, mediante dudosos procedimientos, se encargó de que la mayoría de las plazas de compromisarios en disputa fuesen destinadas a hombres cercanos a Taft.

El primer día de reunión republicana en Chicago, los progresistas de Roosevelt y los conservadores de Taft pelearon duro para tratar de imponer a sus hombres en la presidencia de la Convención. El candidato de Taft, Elihu Root, antiguo amigo de Roosevelt al que este consideraba un traidor, se impuso por 558 contra 501 del Gobernador Francis McGovern, de Wisconsin, candidato de los progresistas. Con su hombre sentado al frente de la Convención, el Presidente Taft tenía asegurado el control sobre la estructura orgánica del proceso. Por ello, las fuerzas de Roosevelt propusieron que fuese el pleno de la Convención, y no el Comité de Credenciales, el que tomase la decisión sobre qué listas de delegados debían sentarse en las delegaciones en disputa. Las fuerzas de Taft volvieron a imponerse en la votación con el apoyo de 567 delegados.

Como último recurso, la gente de Roosevelt decidió presentar de forma individual el caso contra las delegaciones de California, Arizona y Alabama, que consideraban fraudulentas. Pero volvieron a perder por 542-529, 564-497, y 597-472, respectivamente. Con la pérdida de California, donde Roosevelt había ganado la primaria, no había esperanzas. El ex Presidente, presente en el Chicago Coliseum durante los cuatro días de Convención, advirtió que la superioridad de Taft se fundamentaba en el apoyo de las delegaciones del Sur -además de las del Noreste. Objetó que los estados del Sur aportaban un cuarto del total de delegados, cuando no aportaban nada a los republicanos en las elecciones presidenciales -los antiguos estados confederados venían votando a candidatos demócratas desde 1880. Pero todo fue en balde. Taft tenía la nominación en sus manos.

Como expresión de protesta, Teddy Roosevelt pidió a sus delegados que votasen en blanco durante el roll call para la nominación. Taft se hizo con 556 votos, 16 más que los 540 que aseguraban la candidatura en primera votación; 349 delegados de Roosevelt votaron en blanco; 107 votaron por Roosevelt; y 41 por LaFollette. Y el Vicepresidente James Sherman fue renominado como compañero de fórmula de Taft. La tarde del 22 de julio, incapaz de tolerar la humillación al que lo habían sometido Taft y la vieja guardia del partido, Roosevelt sacó a todos sus delegados de la Convención y los llevó al Auditorium Building para crear el Partido Progresista y proclamarse candidato a la Presidencia de los Estados Unidos por su cuenta. En noviembre, Roosevelt superó en votos y estados ganados a Taft.

*Enlace relacionado: Baltimore, 1912: los demócratas encumbran a Wilson

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre que oigo hablar de Taft, me acuerdo de Homer Simpson: "Taft! Ese viejo verde..." con un tono cariñoso, eso sí (de hecho casi admirandólo).

Antxon G. dijo...

Los Taft son una dinastía política arraigado al estado de Ohio, que ha tenido mucha menor publicidad que otras dinastías como los Kennedy o los Bush. Cuando han dado al país hasta cuatro geenraicoens diferentes de políticos de priemr nivel. Una proeza. El hijo del Presidente Taft, Robert Taft fue Senador por Ohio, Líder de la Mayoría en el Senado, y candidato fallido a la Presidencia: el nieto, fue también Senador por Ohio; y el biznieto Gobernador de Ohio hasta el año pasado.

Jordi Coll dijo...

Siempre me ha hecho gracia Teddy Roosevelt, un tipo curioso y con una carrera meteórica.