Las primarias republicanas también cierran esta noche con New Mexico y Dakota del Sur. No hay competencia, por lo que ya podemos hacer un pequeño resumen de lo que han dado de sí. La regla del winner-take-all. Injusta pero funcional. Eso es lo único que ha impedido que el proceso de nominación republicano haya transcurrido por los mismos derroteros que el demócrata. Pudo haber sido incluso peor, ya que al contar con mayor número de candidatos, el reparto proporcional hubiera otorgado al ganador de cada estado una pequeña porción de la delegación, dejándolo muy lejos de la mitad mas uno del total de delegados.
El secreto del éxito de John McCain estuvo en saber ganar donde había que ganar: en New Hampshire primero, primera primaria abierta, en Florida después, y en Nueva York, New Jersey, Connecticut, Arizona, Missouri o California el Supermartes. Todos ellos -excepto NH y California- entregaban la totalidad de sus delegados al ganador de su primaria, aunque este ganara sólo por un puñado de votos, o superando levemente el apoyo de un tercio de los votantes -por ejemplo McCain ganó Florida con el 36% de los votos debido a lo repartido del voto entre la gran cantidad de candidatos competitivos. Lo que un reparto proporcional hubiera dejado a Romney luchando codo con codo con McCain, se convirtió en una ventaja insalvable en favor de McCain gracias al winner-take-all.
El Gobernador Mitt Romney, el republicano mejor financiado y organizado sobre el terreno, se hizo con once estados. Pero de esos once, sólo tres -Michigan, Massachusetts y Utah- fueron primarias, y mantenían vínculos personales y familiares con el candidato -lugar de nacimiento, lugar de residencia, y feudo mormón. Romney fue el Rey del Caucus, gracias a su ventaja organizativa. Las otras ocho plazas que ganó, utilizaron ese método de elección. Por su parte, Mike Huckabee jugó el papel del clásico candidato cuyo papel queda limitado a una sóla región y sus zonas de influencia. En este caso el Sur Profundo: de los ocho estados que se llevó, cinco fueron antiguos estados confederados, y los tres restantes fueron cacucuses controlados por un electorado muy comprometido en las batallas culturales de la militancia cristiana.
Fred Thompson fue la serpiente de verano. Entró tarde, poco convencido, persuadido por otros, y llevaba demasiados años inactivo. Rudy Giuliani la gran decepción. Medianamente bien financiado y con un reconocimiento de nombre que para sí hubieran querido la mayoría de candidatos, Giuliani mostró una calamitosa incapacidad para competir en plazas en las que no se consume el estilo neoyorquino. Se sintió un extraño y nunca creyó en sí mismo. Favorito en los sondeos nacionales, pasó de Iowa, New Hampshire, Michigan y Carolina del Sur. Para finales de enero nadie se acordaba de él.
Mapa electoral
(hacer click sobre el mapa para verlo más grande)
JOHN MCCAIN (31 estados): New Hampshire, Florida, Arizona, California, Connecticut, Delaware, Illinois, Missouri, New Jersey, Nueva York, Oklahoma, Oregon, Washington, Idaho, Nebraska, Texas, Dakota del Sur, New Mexico, Wisconsin, Indiana, Kentucky, Ohio, Pennsylvania, Virginia, Caorolina del Norte, Carolina del Sur, Mississippi, Maryland, Rhode Island, Vermont y Hawaii (mas Distrito de Columbia, Puerto Rico, Samoa, Northern Mariana Islands, Virgin Islands y Guam).
MITT ROMNEY (11 estados): Michigan, Nevada, Wyoming, Maine, Alaska, Colorado, Massachusetts, Minnesota, Montana, Dakota del Norte y Utah.
MIKE HUCKABEE (8 estados): Iowa, Kansas, Alabama, Arkansas, Georgia, Louisiana, Tennessee y Virginia Occidental.
Delegados totales (sin contar Dakota del Sur y New Mexico)
John McCain 1,517 delegados
Mike Huckabee 275 delegados
Mitt Romney 255 delegados
Ron Paul 35 delegados
(1,191 necesarios para ganar)
2 comentarios:
Antxon, siempre lo note pero hoy lo confirme, en este blog se discrimina a Ron Paul, como no lo pones en el analisis del GOP??? jejejejeje...
Porque nunca fue considerado un candidato serio, y no hizo nada por desmentir ese supuesto. Hiperfinanciado, no fue capaz de ganar una sóla primaria ni caucus. Ni cumplió ni dejó de cumplir las expectativas, porque nunca hubo ninguna, ni logró que la hubiera.
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