Es lo más destacado del debate demócrata celebrado anoche en el Dartmouth College de New Hampshire. La front-runner indiscutible, situada esta vez cerca del extremo en el escenario, fue atacada por sus compañeros que la ven de lejos en los sondeos nacionales. Obama la acusó de haber sido durante toda su carrera poco cooperativa y unilateral o, dicho de otra forma, una persona a la que hay que dar de comer aparte, una Julen Guerrero de la política -sus intentos por reformar la sanidad en 1993 habrían fracasado debido a esa cualidad-, y Edwards la sometió a suplicio en el tema de la guerra, acusándola de querer utilizar la permanencia de tropas de combate en Iraq para misiones de Contraterrorismo como un argumento engañoso para garantizar la continuidad del conflicto. Aunque en verdad ninguno de ellos fue capaz de prometer nada para Iraq.
Pero el caso es que ante el esperado acoso, y seguro que también un tanto inquieta por haber sido descrita por el Presidente Bush como la demócrata "menos mala", la Senadora sintió una necesidad incontenible de decir alguna bobada para satisfacer a algunos de los inmisericordes "críticos" que contemplaban el debate en primera fila, como la gente del Human Rights First y otros grupos de interés que están acelerando su presión sobre los precandidatos demócratas. Cedió en un tema hipersensible de la lucha contra el terrorismo: la legislación de la tortura para casos excepcionales. "Senadora Clinton, tenemos al número tres de Al Qaeda. Sabemos que existe una bomba que va a estallar en tres días, y sabemos que este tipo sabe dónde está. ¿Debería haber una excepción presidencial para permitir la tortura en este tipo de situación?", fue la pregunta del moderador Tim Russert -del que no voy a decir nada porque eso es lo que él quiere, que se hable de él-. "Como cuestión de política, no puede ser la política de América, y punto", respondió Clinton.
La respuesta hizo el gusto de todos esos parásitos que tienen tanta voz y voto en el proceso interno del partido. Pero puso en cuestión la credibilidad de la candidata, ya que ahora se sabe que la pregunta de Russert se inspiró en unas palabras que la propia Senadora había expresado hace unos meses en una entrevista para el New York Daily News. En aquella ocasión la señora Clinton había defendido la necesidad de que existiera una "autoridad legal" para legitimar la tortura en ese tipo de casos para salvar miles de vidas americanas. También su marido, con la experiencia práctica y real que se le presupone a un ex Presidente, había defendido lo mismo cuando hace unos meses decía orgulloso que su serie de televisión favorita, al igual que la de millones de americanos, era "24", escrita por un conocido derechista, y en la que se juega con la dramatización de varias de estas situaciones límite.
En pasados debates decíamos que el punto fuerte de Hillary Clinton para enfrentar en el futuro a sus rivales republicanos era su seriedad en el compromiso con las políticas de estado más sensibles, su contundencia al referirse a los cocos extranjeros del americano medio, y su aparente sangre fría a la hora de manejar situaciones de emergencia nacional. Esta marcha atrás tardía, conveniente en el contexto de las primarias partidistas, puede no serlo tanto de cara a la elección general. Puede tener ahí un innecesario problema Dukakis. Cuando el rival republicano le robe el terreno de la Seguridad Nacional, cosa que ahora mismo no hacen ni Obama ni Edwards, ¿volverá a cambiar de posición para asegurar a los ciudadanos que entonces sí, no dudará en torturar a un terrorista reconocido para salvar sus vidas?... El video del debate lo podéis encontrar en la web de la MSNBC
PostData: en New Hampshire, estado que en 2004 votó por John Kerry, Hillary Clinton no superaría ni a Romney, ni a McCain, ni a Giuliani en la elección general. Los tres la empatan.
jueves, 27 de septiembre de 2007
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5 comentarios:
Qué pregunta tan tonta la de ese Tim Russert. En la hipótesis que plantea al terrorista le iban a apretar las tuercas aunque la presidenta fuese la madre Teresa de Calcuta...
New Hampshiore siempre es el republicano de los twin states. Yo creo que en las proximas, efectivamente, votará republicano
24 es una serie estupenda,es también la favorita de Vargas Llosa.No sabìa que su creator fuera derechista,màs bien reparte crìticas en todas las direcciones.En todo caso presenta la lucha antiterrorista con sus dilemas morales de forma muy inteligente.Ah,y ya van saliendo dos presidentes negros,je,je.Ah,y en la quinta temporada el malo es el presi blanco marioneta de pérfidos corporativos.
Sí, es increíble cómo se supone que cambian de Presidente cada 24 horas xD
Sì, en las próximas 24 horas toca una presidenta, aunque eso ya se vio en Prison Break. Y era mala, je, je.
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