Ha levantado gran expectación mediática la gira de dos días que el Senador John McCain ha iniciado hoy por el estado de Pennsylvania. Primero porque Obama se ha tomado la semana para descansar en Hawaii, y segundo porque McCain estará acompañado en todo momento por uno de los hombres incluídos en la lista de vicepresidenciables, el ex Gobernador Tom Ridge, que ejercerá de anfitrión. Escrutar cada gesto especial del candidato hacia su anfitrión será una de las obsesiones de los informadores.
Y la gira no está defraudando en ese sentido. Un lapsus del candidato mientras participaba en un town hall meeting ante trabajadores de una planta de General Electric, ha significado la primera noticia. A una pregunta sobre qué planes tiene para los primeros 90 días de su Gobierno, McCain ha empezado a responder bromeando: "Llamar a Tom Ridge a Washington de cualquier vacación que se esté tomando, y ponerlo a trabajar." Estas palabras han sido interpretadas como una asunción de que Ridge no estará en el ticket.
Más allá de lo anecdótico, el candidato republicano ha hablado sobre tecnología e innovación, trenes híbridos y energías verdes, y ha lanzado una indirecta contra Obama mediante la actualización de sus comentarios sobre los habitantes de las zonas rurales de Pennsylvania. "Vais a verme mucho por este estado. Vamos a viajar en bus, vamos a ir de pueblo en pueblo, y vamos a decirle a la gente que nosotros sabemos que ellos aman la Segunda Enmienda y aprecian su religión." Seguirán visitas a Harrisburg, Lancaster y York.
También ha comparecido aparte ante los medios para referirse al conflicto armado desencadenado en Osetia del Sur entre Rusia y la pro-occidental Georgia. Ha asumido un tono de dureza frente a Moscú, advirtiendo que las acciones rusas pueden tener implicaciones a largo plazo, y llamando a un esfuerzo diplomático para presionar a Rusia. Si el asunto va a más y empieza a ocupar las portadas de los periódicos y abrir informativos, podría convertirse en uno de esos momentos de las "3 de la madrugada" en los que el teléfono suena informando de una crisis internacional. Y todos sabemos que a McCain le encantaría que la política exterior volviera al centro del debate.
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