Muchos no habréis oído hablar del llamado Efecto Bradley, el nombre por el que se conoce desde hace décadas en la cultura política norteamericana un fenómeno según el cual los candidatos afroamericanos -o los pertenecientes a cualquier minoría racial- suelen situarse mejor en las encuestas que en los resultados de la noche electoral. Este fenómeno es atribuído a que algunos votantes manifiestan sus simpatías por el candidato negro en público o al ser cuestionados por un encuestador, pero después deciden en privado votar a su rival blanco.
Aunque no se da siempre que haya negros o no-blancos compitiendo, el efecto ha sido comprobado en numerosas elecciones al Congreso o el Senado, así como en competiciones locales a Alcaldías o a Gobernador. El nombre viene del popular Tom Bradley, quien fuera primer Alcalde negro de Los Angeles (1973-1993), que perdió inesperadamente las elecciones a Gobernador de California en 1982, después de que todas las encuestas le dieran como seguro ganador de la contienda.
La presencia de un nuevo tipo de negro como Barack Obama -que no hace de la causa racial su motivo de campaña- en la carrera presidencial, y su elevada intención de voto para la primaria de mañana, puede suponer un nuevo escenario de experimentación del Efecto Bradley. En el Caucus de Iowa el voto de los participantes no era secreto, la votación de mañana sí es privada. Aunque la gran prueba, en caso de obtener el Senador Obama la nominación demócrata, sería en la elección general de noviembre, un uno contra uno, donde también se incorpora a la votación el decisivo grupo de votantes que no participa en las primarias -la mayoría del electorado-, siempre más realistas que el gran número de política-obsesos que participan en las internas. Os recomiendo la lectura del reportaje que existe en Wikipedia al respecto de este peculiar fenómeno: Bradley Effect
(...) The term Bradley effect or Wilder effect refers to a phenomenon which has led to inaccurate voter opinion polls in some American political campaigns between a white candidate and a non-white candidate. Specifically, there have been instances in which statistically significant numbers of white voters tell pollsters in advance of an election that they are either genuinely undecided, or likely to vote for the non-white candidate, but those voters exhibit a different behavior when actually casting their ballots. White voters who said that they were undecided break in statistically large numbers toward the white candidate, and many of the white voters who said that they were likely to vote for the black candidate ultimately cast their ballot for the white candidate. This reluctance to give accurate polling answers has sometimes extended to post-election exit polls as well.
Researchers who have studied the issue theorize that some white voters give inaccurate responses to polling questions because of a fear that they might appear to others to be racially prejudiced. Some research has suggested that the race of the pollster conducting the interview may factor into that concern. At least one prominent researcher has suggested that with regard to pre-election polls, the discrepancy can be traced in part by the polls' failure to account for general conservative political leanings among late-deciding voters. (...)
lunes, 7 de enero de 2008
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1 comentario:
Muy interesante el asunto, soy estudiante de Relcaiones Internacionales en la UNAM y he estado siguiendo el tema. Me enteré de tu blog por una page que leo...Rebelíón. Saludos desde México
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