domingo, 26 de octubre de 2008

El casi-milagro de Ford'76 (retrospectiva de Gallup)


Aunque injustamente olvidada porque no llegó a ganar, la escalada del Presidente Gerald Ford en las elecciones del 76 habrá sido probablemente uno de los episodios más meritorios de la historia electoral moderna. Con el resgistro de votantes republicanos en mínimos históricos, cargando con la pesada herencia de Nixon, muy cuestionado en el proceso interno de su partido, y con una convención fuertemente dividida por medio, logró invertir una terrible desventaja de 33 puntos registrada por Gallup la segunda mitad del mes de julio, hasta convertirla en una ventaja de 1 punto en la víspera electoral.

Para manejar la campaña contó con un equipo muy eficiente de seis hombres: al frente de todo estaba el consultor californiano Stuart Spencer, que había dirigido la campaña presidencial de Nelson Rockefeller en 1964, y las campañas gubernatoriales de Ronald Reagan en 1966 y 1970; y se hizo acompañar por Robert Teeter, de Market Opinion Research Corp.; Dick Cheney, Jefe de Gabinete de la Casa Blanca; John Marsh, hombre de total confianza del Presidente; Robert Hartman, antiguo periodista del Los Angeles Times y brillante redactor de discursos; y Jack Ford, uno de los hijos del Presidente.

La estrategia fue sencilla: utilizar las ventajas de la Presidencia para proyectar la mayor experiencia de Ford en el estadio internacional en plena Guerra Fría, explotar la normalidad que transmitía la personalidad del Presidente en un momento de escepticismo general, en que los estadounidenses estaban algo hartos de personalidades arrolladoras y candidatos embaucadores, y abogar por el sentido común de los votantes. Eso unido a una intensísima actividad de campaña en las últimas semanas, que dejó a Ford casi sin voz, y le impidió pronunciar el discurso de concesión en la noche electoral.

A punto estuvo de obrarse el milagro en forma de victoria electoral. En la Casa Blanca mantuvieron las esperanzas hasta las 2 de la madrugada, cuando la evolución del escrutinio empezó a evidenciar una creciente desventaja. No fue hasta las 3:30 de la madrugada del 3 de noviembre cuando la NBC adjudicó los votos electorales del estado de Mississippi al Gobernador Jimmy Carter, que colocaban al demócrata por encima de los 270 requeridos. Segundos después, ABC también declaraba ganador a Carter basándose en sus victorias en Wisconsin y Hawaii. La CBS esperaba hasta las 3:45 am. Carter ganó el voto popular nacional por sólo 2 puntos, y el colegio electoral con 297 votos electorales, frente a 240 de Ford.

El buen tiempo que se registró aquella jornada electoral, elevó la participación en las grandes ciudades industriales del Rust Belt, y contribuyó a la derrota de Ford. El Presidente republicano arrasó en el Oeste, llevándose los 45 votos electorales de California, y ganó Illinois por dos puntos, pero no fue suficiente. El Gobernador Carter ganó Ohio por una ventaja insignificante del 0,27%, Wisconsin por un punto y medio, y Pennsylvania por dos puntos y medio. Además, el demócrata fue capaz de retener todo el Sur -salvo Virginia-, su espacio natural, gracias al apoyo del 90% del electorado afroamericano, y al voto prestado de los evangélicos blancos que habían votado por Nixon cuatro años antes. Ver mapa electoral (Carter de rojo y Ford de azul).

Restrospectiva de Gallup:

(...) In presidential trial-heat matchups between Ford and Carter, Ford trailed the eventual Democratic nominee by small margins in March, April, and early May. By late May, Carter opened up a double-digit lead and maintained it until late September. Carter's lead swelled to as much as 33 points, 62% to 29% among registered voters, after the Democratic convention that year. Ford cut into the margin after the Republican convention, reducing a 25-point (57% to 32%) early August deficit to 13 points (50% to 37%).

In a poll conducted immediately after their first debate, Carter maintained a double-digit lead. But Ford chipped away at that lead and before the second debate a poll showed the two in a statistical dead heat (Carter 47%, Ford 45%). However, in the next debate Ford incorrectly asserted that Eastern Europe was not under Soviet domination, and Carter pulled ahead, 48% to 42%. Carter continued to lead the race for the next few weeks, but Ford made up additional ground following the third debate in late October, again pulling even.

In the final pre-election poll, Gallup's numbers indicated a statistical dead heat among likely voters, with Ford at 49% and Carter 48% (the unallocated numbers had Ford at 47% and Carter at 46%). The actual outcome was 50% for Carter and 48% for Ford. The election was so close that it was not certain that Carter would win until the morning after Election Day. (...)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay quien dice que habría ganado si hubiera llevado de VP a Rockefeller. De todas formas la remontada fue espectacular después del Watergate y lo que cuentas de la Convención republicana.

Creo que habría sido un buen presidente.

José Luis.

Antxon G. dijo...

Rockefeller le hubiera ayudado, en teoría, a ganar Pennsylvania, y tal vez Nueva York, que Carter ganó por sólo cuatro puntos. El problema con Rockefeller es que los republicanso que apoyaron a Reagan en las primarias, se hubieran quedado enc asa, porque Rockefeller como VP era un ofensa para ellos. Y eso podría haberse notado en estados del Oeste.

Si Ford hubeira ganadoe sta elección, hubiera tenido que hacer frente a la crisis energética, a la recesión del 79-80 que disparó la inflación y el apro a niveles que no se conocían después de la Segunda Guerra Mundial, la crisis de lso rehenes en Teherán, etc...

... igual si Ford hubiera derrotado a Carter en el 76, ahora Ted Kennedy sería el hombre que gobernó América en los 80...

Anónimo dijo...

Yo creo que Ted Kennedy, después del asunto de Mary Jo Kopechne, no creo que haya tenido posibilidades de ser presidente.

José Luis.

Antxon G. dijo...

Disfrutar con esto. Uno de los ratos más orgásmicos que he vivido últimamente.

Jordi Coll dijo...

Jeje. Los 5 los hicieron justo delante mío. El del 6-1 contra el Atlético también. Estamos de suerte en el Gol Sud.

Anónimo dijo...

Henry Kissinger...¿Forzó el relevo de James Schelesinger como Secretario de Defenda?