De vuelta en Pennsylvania. Ayer cerró la jornada en Pittsburgh, al Oeste del estado, y hoy ha iniciado la mañana con un rally en Chester, al Este del estado, cerca del límite con Delaware y New Jersey. La lluvia y el viento frío le han jugado una mala pasada. Lo que en otras ocasiones sirve para dar vistosidad a los mítines, el celebrarlos al aire libre, sólo ha servido esta vez para enmudecer a una multitud mojada y helada de frío.
Para enfrentar la lluvia, el candidato ha aparecido vestido con ropa ligera y barata: jeans azules, zapatillas de deporte, y un chubasquero negro. Con la intención de cambiarse después del mítin. No es ninguna tontería; resfriarse o perder la voz estos últimos días puede ser la mayor de las calamidades para un candidato.
Ha vuelto a comparar a McCain con Bush: "Ahora, en los días finales de esta campaña, mi oponente está tratando de distanciarse del Presidente que ha apoyado con fe en un 90% de las veces. Ha apoyado cuatro de los cinco presupuestos de Bush que nos han llevado del superavit de los años de Clinton, al deficit más grande de la historia." Y ha pedido un último esfuerzo a sus seguidores: "Después de décadas de políticas quebradas en Washington, ocho años de políticas fracasadas de George W. Bush, y veintiún meses de campaña que nos llevaron desde la costa rocosa de Maine hasta la soleada California, estamos a solamente una semana del cambio en Estados Unidos."
Ya ha abandonado Pennsylvania, para hacer campaña esta tarde en Virginia, donde el cielo también da miedo, y mañana se encontrará con el ex Presidente Bill Clinton en la Florida, en un encuentro lárgamente esperado. No sabemos si volverá a Pennsylvania en las últimas horas de la campaña; lo que sí sabemos es que ha metido al Gobernador Ed Rendell en un autobús, y le ha ordenado que haga campaña por él en cincuenta pueblos y ciudades del estado de aquí al lunes.
Video: Obama en Chester, PA.
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