Battleground States: Florida - 27 EV

Florida. La polla de América, con perdón. Uno de mis estados favoritos. Un lugar donde llegaron muchos pelotaris vascos -de cesta punta- a pasar temporadas. Todo vasco conoce algún vasco, hijo de pelotari, nacido en Tampa o Miami Beach en los 70 y 80. Situada en la región del Atlántico Sur, y limitada al Este por el Océano Atlántico y al Oeste por el Golfo de México, Florida se extiende desde Alabama y Georgia al Norte, hasta la punta terminal de la península que lleva su mismo nombre. Se diferencia de la mayoría de antiguos estados confederados en que el 80% de su población se considera urbana o semi-urbana.

Ha sido uno de los estados más exitosos y afortunados de la última mitad siglo. De 1910 a 1970, el crecimiento de la población superó el 8%, pero fue especialmente rápido en las décadas de 1950 y 1960, con un espectacular incremento del 78,7%, que se debió en gran parte a la inmigración provocada por la aportación masiva de capitales del Norte, y la llegada del programa espacial al Centro Espacial Kennedy, que atrajo a las industrias aeroespaciales y militares. El estado también cuenta con potentes industrias de transformaicón de alimentos, química, producción de papel, o de caucho, y el Brickell Financial District de Miami alberga la segunda mayor concentración de bancos internacionales en el país. Pero la principal industria es el turismo que, apoyado en sus buenas condiciones climáticas, playas kilométricas, y en el parque temático de DisneyWorld, atrae 60 millones de visitantes cada año.

Florida ha votado republicano en ocho de las últimas once elecciones presidenciales, y los tres candidatos demócratas por los que ha votado en ese tiempo, han sido políticos sureños: Lyndon Johnson en 1964, Jimmy Carter en 1976, y Bill Clinton en 1996. Pero también ha votado por el ganador nacional en diez de esas once ocasiones. Se calcula que el registro de nuevos votantes para este año ha supuesto un incremento de 272,829 para los demócratas, 146,355 para los republicanos, y 194,496 independientes que pueden tener la clave.

La estrategia del Senador Obama empieza por energizar el voto afroamericano, incluídos los distintos subgrupos que podemos encontrar en ese comunidad, como haitianos y jamaicanos. Unos 600,000 afroamericanos registrados en Florida no acudieron a votar en 2004. Obama necesitará llevarlos a las urnas, y superar el 90-93% del voto negro para compensar posibles pérdidas en otros bloques. McCain sólo está en disposición de hacerse con el voto de los negros vinculados a la numerosa comunidad militar del estado. Pero si bien el ser negro es una ventaja a la hora de movilizar un sector esencial de la coalición demócrata, es también un riesgo evidente en Florida: sólo una vez un negro ha logrado ser elegido para un cargo electo estatal en Florida. Fue en 1976 en las elecciones a la Corte Suprema del estado.

El Senador McCain ha vivido durante todo el año de cómodas ventajas entre el electorado blanco del estado. Y el avance de Obama entre los blancos es lo que ha colocado Florida en la columna de los estados competitivos. Veamos, McCain parece mantener la fidelidad de The Villages, la más extensa comunidad de jubilados, y su dominio no corre peligro en los bastiones blancos del Oeste, como Sarasota, Fort Meyers, o Pasco County, en las áreas rurales al norte de Tampa. Tampoco tendrá problemas en la región norteña del Panhandle, el vello púbico, limítrofe con Alabama y Georgia, que incluye dieciseis condados. Su objetivo en esos territorios será igualar o superar los márgenes de Bush. Obama puede tratar de avanzar en ciudades como Tallahassee y Gainesville que, gracias a su extensa comunidad universitaria, son los dos puntos más liberales del Panhandle.

El avance de Obama entre el electorado blanco en las últimas tres semanas se ha cocnentrado más en las comunidades de jubilados de la Costa Este de Florida, donde el candidato demócrata ha invertido más dinero en atacar a McCain en economía y Seguridad Social. No podemos ignorar que en esa región se encuentran algunos de los distritos con mayor número de destinatarios de la Seguridad Social de toda América. El protagonismo de la crisis económica en el debate electoral puede dejar a un lado los prejuicios raciales y culturales entre las comunidades blancas más castigadas por la incertidumbre.

Después tenemos los votantes hispanos, un 20% de la población total del estado. Atención especial a los cubano-americanos que dominan el Sur del estado, y la creciente comunidad de puertorriqueños en la Florida Central. Obama busca explotar la brecha existente entre las primeras generaciones de cubano-americanos, veteranos todavía anclados en las viejas batallas, y las generaciones más jóvenes de descendientes de cubanos que han nacido en EEUU, lejos de las dolorosas experiencias del pasado de sus mayores. Las nuevas generaciones no guardan recuerdos de aquellas cálidas noches de verano en las que el Presidente Reagan vestido con la guayabera y acompañado por Jorge Mas Canosa hacia sus delicias en el Miami Dade County Auditorium, al ritmo de Guantanamera.

McCain ha lanzado publicidad en español en los distritos cubanos de Miami-Dade, o Gran Miami para los hispanos, relacionando a Obama con Hugo Chavez. Cuenta además con la ventaja de tener el apoyo del Senador hispanohablante Mel Martínez, de gran influencia entre los votantes latinos, que cuenta con sus propias redes electorales.

Los judios se concentran en el South Florida Metropolitan Area. Principalmente en tres condados que componen el llamado Gold Coast: Palm Beach, Broward County y partes de Miami-Dade. Los tres condados votaron demócrata en 2004, y Kerry se hizo con el 80% del voto judío de Florida, pero no le sirvió para marcar diferencias. Se cree que este año ese voto judío pueda estar mucho más repartido.

Pero más allá de bloques étnicos, y diferencias regionales, la llave estará en manos de los votantes independientes, ya sean del Norte, del Sur, del Este, del Oeste, sean blancos europeos, sean latinos. Poner vuestras miradas en lo que se conoce como el pasillo central del estado de Florida, llamado I-4 por la gran autopista que va desde Tampa, en la Costa del Golfo, hasta Daytona Beach, en la costa atlántica, quedando Orlando a medio camino. Zona caracterizada por la indecisión de sus votantes, el comportamiento de los independientes en ese espacio puede reflejar a pequeña escala el rumbo del voto independiente estatal.

Cultura Popular: mi generación, y otras generaciones mayores de 25 años, descubrimos Florida gracias a una magnífica serie policiaca de la NBC. Con un ritmo visual frenético propio de la era MTV, Corrupción en Miami nos acercó a una Florida opulenta y corrupta, donde horteras traficantes de drogas campaban por sus respetos. Un lugar vicioso y estimulante para el consumidor de ficción televisiva. Cuántos jóvenes llegarían a relacionar la forma de vida típica de Florida, con la existencia de Sonny Crocket, el policía que vivía en un barco con un cocodrilo llamado Elvis, y conducía un Ferrari Testarrossa decomisado a un narcotraficante. Nadie supo captar mejor el look masculino de los 80.

El cine de la época tampoco contribuyó a dar una imagen distinta de Florida. El Precio del Poder, de Brian De Palma, nos narró de forma algo efectista el impacto de la apertura del puerto cubano de Mariel en 1980, que posibilitó la salida de muchos cubanos hacia EEUU, algunos de los cuales resultaron ser delincuentes y presos comunes de los que el régimen castrista quería deshacerse. Un ejemplar de esta última especie fue el inolvidable Tony Montana, que llegó con una mano delante y otra detrás, y construyó en Miami todo un imperio de narcotráfico y crimen organizado. El personaje de Al Pacino se convirtió en una referencia pop para una generación. Basta con decir que yo mismo tengo una camiseta de Tony Montana.