martes, 17 de abril de 2007
Control de armas
Parece ser que los medios europeos están tratando de reflotar el debate sobre el control de armas en EEUU a raíz del tiroteo ocurrido ayer en la Universidad de Virginia. Yo os recomiendo que leais a Roger Simon en The Politico. Nos cuenta por qué el control de armas es un argumento políticamente muerto en el debate electoral: "Si Gore se hubiera limitado a ganar su estado natal de Tennessee, el estado natal de Clinton, Arkansas, o el tradicionalmente demócrata estado de West Virginia, no hubiera necesitado ganar Florida para alcanzar la Presidencia. Pero los perdió todos ellos. Y su posición sobre el control de armas tuvo mucho que ver en ello."
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3 comentarios:
La segunda enmienda no explica la actuación de un perturbado.
En Europa fácilmente se critica la cultura de las armas en los EEUU y cuando pasa algo así, pronto salen los apóstoles del tópico.
Creo que si el perturbado hubiese estado en Barcelona, hubiera podido tranquilamente cometer la matanza igual.
La proliferación de las armas no explican la locura del asesino...
Totalmente de acuerdo contigo Antxon,
Las armas no sólo son una institución en EEUU sino lo que es más importante, cuentan con el apoyo (sólido, incondicional y en ningún caso menguante) de la mayoría de los estadounidenses.
En este sentido, cualquier regulación reestrictiva al respecto por parte de las leyes estatales, queda en suspenso a través del ya conocido sistema del "common law", y cualquier reforma constitucional a la II enmienda necesita una mayoría impensable, particularmente con el bloqueo del sur.
La libertad de llevar armas y su protección jurídica no es más que otra de las expresiones de la democracia norteamericana y la voluntad explícita de su pueblo.
La posición que ha de mantener cualqueir político que aspire a la rpesidencia o cualqueir grupo que aspire a controlar las cámaras en Washington, es defender que sea cada estado el que se pronuncie alr especto y en ningún caso el pdoer federal. Alejar el miedo a una intervención federal, sobre todo en los estados "rebeldes" en los que se ve a cualqueir político que hable de controld e armas como elr epresentante de una cultura antagónica y hostil a su filosofía y formas de vida básicas.
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