martes, 24 de abril de 2007

Saint Paul, Minnesota, septiembre de 2008

Muchas veces habréis oído que las elecciones presidenciales de 2008 se presentan como las primeras en las que ningún Presidente o Vicepresidente en ejercicio será nominado por su partido desde 1952. El columnista Doug Patton ha realizado un interesante trabajo de política-ficción sobre lo que sería una Convención Republicana extremadamente abierta y competida en 2008, a imagen y semejanza de la Convención Demócrata de 1952.

Recordemos primero aquellos cinco intensos días de julio de 1952, cuando los delegados del Partido Demócrata se reunieron en el gran recinto International Amphitheatre de Chicago, con la difícil misión de nominar al candidato presidencial. El Presidente Harry Truman había decidido no presentarse a la reelección. Terminaba su mandato con unos desastrosos índices de popularidad debido a la no resuelta Guerra de Corea. Muchos eran los compañeros de partido que querían relevarlo en el 52 y no había un favorito claro.

El Vicepresidente Alben Barkley presentó su candidatura pero pocos creían en sus posibilidades dado que tenía ya 75 años de edad y mala salud. Era casi inviable. El Senador Estes Kefauver, de Tennessee, triunfó en la mayoría de las primarias sobre el Vicepresidente Barkley y el Gobernador de Nueva York, Averell Harriman (el favorito de Truman). Pero en aquella época aún muchos de los delegados en juego eran escogidos por los varones del partido en cada estado. El Gobernador Adlai Stevenson, de Illinois, fue quien se hizo con la mayoría de delegados no electos.

Así, los aspirantes llegaron a la Convención Demócrata con 340 delegados para Kefauver, 273 para Stevenson, 268 para Harriman, y 49 para Barkley. También estaba el Senador Richard Russell, de Georgia, que se había hecho con la mayoría de los delegados sureños. El reparto de los delegados hizo que ninguno de los candidatos lograse el número suficiente para hacerse con la nominación en la primera y la segunda votación.

Finalmente, en la tercera votación fue Adlai Stevenson quien logró la mayoría suficiente para ser nominado. Esto se debió a una maniobra del Presidente Harry Truman, que pidió a los delegados de Averel Harriman que apoyaran a Stevenson, para evitar que su archienemigo Estes Kefauver se hiciera con la candidatura.

Era otra época. La época en que las convenciones no estaban teledirigidas, ni planificadas de antemano. Las sesiones duraban hasta altas horas de la noche, y no era extraño que el nombre del nominado no se supiera hasta las 2 o 3 de la madrugada. Hoy en día las primarias se deciden con varios meses de antelación y, para cuando llega la convención, ya todo suele estar más que bien atado para que la nominación pueda ser efectiva en la primera votación de los delegados.

Pero como digo, Doug Patton ha tenido la genial idea de hacer un ejercicio de política-ficción y presentarnos una Convención Republicana a la vieja usanza para 2008. Lo cual se agradece. Está dividido en tres partes.

2 comentarios:

Odalric dijo...

¿Fred Thompson y Jeb Bush contra Hillary Clinton y Bill Richardson? No estaria nada mal, eh? De hecho, creo que seran unas elecciones muy competidas e interesantes, sean quienes sean los candidatos...

Antxon G. dijo...

Sí que sería bueno sí. Por una parte, Thompson estaría ma´s que capacitado para mantener el grueso de stados ganados pro Bush en 2004, y Jeb Bush aseguraría al victoria en un estado variable como Florida que siemrpee s premio gordo.

Por parte demócrata, Richardson equilibraría la imagen de insider y elitista de Hillary, siendo un gobernador del Oeste y frotnerizo, con capaz de atraer votos en estados como Arizona o Nevada, y a la vez pertenece a una minoría en crecimiento y con un importante peso en la Florida por ejemplo.