miércoles, 18 de abril de 2007

Polémica en torno a Denver




La ciudad elegida por el Comité Nacional Demócrata como sede para la Convención de 2008, está levantando una gran polémica entre el partido y algunas de las organizaciones y grupos de interés más activos en su sus procesos electorales. La ciudad elegida es Denver. Capital del estado de Colorado, y una de las más notorias ciudades del Oeste.

Cualquiera diría que es una buena elección. Pero los grandes sindicatos no piensan lo mismo. Presionaron para que la Convención se celebrase en el área de Minneapolis, algo que fue rápidamente descartado ya que los republicanos se les adelantaron al escoger por sorpresa esa ciudad. Después los sindicatos pasaron a presionar en favor de la candidatura de Nueva York. El Madison Square Garden. Memorable escenario, pero que no aportaba nada nuevo al partido.

Lo sindicatos buscaban evitar Denver por todos los medios, argumentando que esa ciudad, y el estado de Colorado en general, son de los lugares que cuentan con una legislación menos favorable a los sindicatos en todo el país. La consideran una ciudad de derechas. Además se da la circunstancia que el AFL-CIO está en guerra abierta con el Gobernador demócrata del estado, Bill Ritter, al que acusan de no compartir sus objetivos y valores, y de gobernar como un republicano. Por eso continúan presionando para que sea sustituida la localización de la Convención.

Afortunadamente no parece que los prejuicios de los sindicatos vayan a forzar ninguna decisión en el partido. Reciéntemente ya dejó claro el propio Howard Dean que el Oeste es parte fundamental en el camino hacia la Casa Blanca. La elección es importante porque la cobertura de las televisiones nacionales suele limitarse generalmente a los discursos de Prime Time. Mientras que las cadenas locales y estatales suelen hacer una cobertura continuada e ininterrumpida del acto político durante los 4 días que dura. Esto permitiría a los demócratas bombardear a los votantes de ese estado crucial y estados vecinos, con una constante propaganda positiva en favor del partido en un ambiente de fiesta disfrazado de información.

Denver es una espléndida ciudad a los pies de las montañas rocosas, mundialmente conocida, y seguramente prejuzgada, gracias a la famosa serie de televisión Dinastía en los años 80. Serie que entre 1981 y 1989 narraba los excesos de la familia Carrington, una familia de protopotentados del petróleo, representativa del boom de la nueva clase que en los años 80 se confirmó en estados del Oeste como Texas, Colorado o California, como garante de la continuidad de las formas del capitalismo tras el embate de la crisis energética de los setenta.

En las últimas tres décadas en Denver se han asentado algunas de las nuevas compañías energéticas (de petróleo y gas) más importantes del Oeste, como Encana, Newmont o Anadarko. Al tiempo que la legislación estatal ha sido cada vez menos favorable a los sindicatos. Esto es lo que irrita en las filas del sindicalismo, que los demócratas de Colorado han tenido que readaptarse a las nuevas condiciones, adoptando agendas económicas conservadoras.

Pero los que defienden que el Partido Demócrata debe boicotear la ciudad y escoger un nuevo enclave para su convención, se olvidan de que Denver también es una de las ciudades que más crecimiento económico ha experimentado en EEUU en los últimos 30 años. Con todo lo que eso conlleva. Al ser todo el estado de Colorado en general, una de las zonas más prósperas y que más crece del país, atrae cada vez mayor inmigración interior, de gentes de otros estados de la Unión. Así como también vive un importante crecimiento de población hispana. Todo eso hace que su peso electoral aumente cada año.

Es un estado tradicionalmente más identificado con el Partido Republicano, pero en las elecciones de noviembre pasado los demócratas se hicieron con la gobernación. Celebrar allí la convención es una oportunidad única para consolidar sus posiciones en la región y no darlo casi por perdido como se ha hecho en las últimas dos presidenciales.

La convención se celebrará entre el 25 y 28 de agosto de 2008. Coincidiendo que se cumple un siglo desde que la ciudad de Denver acogió la última convención demócrata. Fue en 1908 cuando los demócratas nominaron al congresista William Jennings Bryan como candidato a la Presidencia de EEUU, y al fiscal John Worth Kern como candidato a la Vicepresidencia. El ticket perdió en noviembre.

2 comentarios:

Odalric dijo...

Estuve en Denver los veranos de 1.989 y 1.990 y me encantó. Creo que el PD lo tiene difícil si su perfil presidencial es demasiado liberal.
Aun así, mis datos son de hace ya mucho tiempo, por lo que no se si ha cambiado el perfil social lo suficiente como para dedicarle tantos recursos.
Posiblemente sea así...

Antxon G. dijo...

Colorado es un estado que por ejemplo Bill Clinton ganó en 1992. Pero esoe s engañoso ya que en aquella ocasión lo ganó debido a que era una carrera a 3 con Perot. En cambio en 1996 no lo ganó. Se lo llevó Bob Dole.

En los últimos años ha dado buenas noticias a los demócratas. En 2004 eligieron un senador demócrata, a la vez que votaban por Bush en las presidenciales, y en 2006 eligieron a un gobernador demócrata. Pero claro, lo que ocurre es que esos dos demócratas elegidos en Colorado en los últimos 3 años, son "demócratas de Colorado". Es decir, sus plataformas políticas están muy adaptadas al sentir de la sociedad de ese estado, por eso a los ojos de un demócrata liberal deben ser demócratas conservadores. Y ese es el problema para los demócratas a la hora de luchar por ganar estos estados.

La gente de esos estados está dispuesta a votar a un demócrata siempre que este comparta sus valores. Pero un demócrata de un estado lejano con otro tipo de valores puede parecerles un candidato inaceptable. Representante de una cultura antagónica a la suya.

Entonces hay que hacer muchos equilibrios. Pero la cobertura mediática que les garantiza durante 4 días seguidos la convención, les viene bien para rpesentar al candidato desde una óptica más cercana.