viernes, 6 de febrero de 2009
Donald Regan: Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (1985-1987)
Donald Thomas Regan (n. 21 de diciembre, 1918 - m. 10 de junio, 2003) Financiero estadounidense. Fue Secretario del Tesoro (1981-1985) y Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (1985-1987).
Primeros años
Nació en Cambridge, Massachusetts, en una familia de origen católico irlandés. Hijo de un policía metropolitano de Boston reconvertido en funcionario de ferrocarriles. Se graduó en Lengua Inglesa por la Universidad de Harvard, en 1940.
Más tarde, entró en la Escuela de Leyes de Harvard para estudiar Derecho, pero dejó sus estudios incompletos para alistarse en el Cuerpo de Marines. Durante la Segunda Guerra Mundial, participó en varias campañas militares en el Pacífico Sur, incluídas las batallas de Guadalcanal y Okinawa. Alcanzó el rango de Teniente Coronel.
Carrera en Wall Street
Terminada la guerra, descartó retomar sus estudios, y prefirió empezar a trabajar como aprendiz en Merrill Lynch, Pierce, Fenner & Beane, una compañía de servicios en el mercado de capitales, inversiones bancarias, asesoría consultiva, gestión de capital, gestión de activos, seguros y servicios de banca, que a partir de 1952 pasaría a llamarse Merrill Lynch & Co. En años posteriores, fue ocupando cada uno de los escalones dentro de la compañía.
Fue ejecutivo de contabilidad en las oficinas de Merril Lynch & Co. en Washington DC, director de sus oficinas en Philadelphia, y ejecutivo de promoción de ventas. En 1968, se convirtió en presidente de Merril Lynch & Co., siendo la persona más joven en ocupar el cargo, y jefe ejecutivo en 1973. Fue partidario de la emisión pública de acciones de las grandes firmas de correduría, y bajo su supervisión, Merril Lynch & Co. se convirtió en la segunda firma de Wall Street, después de Donaldson, Lufkin & Jenrette, en hacer oferta pública de sus acciones.
Entre 1973 y 1975, Regan acumuló sus funciones en Merryll Lynch & Co. con la vicepresidencia de la Bolsa de Nueva York. Luchó para acabar con las comisiones mínimas fijas para brokers, que eran honorarios que las firmas de correduría imponían a sus clientes por cada transacción. En gran medida gracias a su presión, las comisiones fijas fueron abolidas en 1975.
Secretario del Tesoro (1981-1985)
En 1980, Donald Regan fue introducido al candidato presidencial republicano Ronald Reagan, por su campaign manager William Casey. Regan había sido uno de los mayores recaudadores de fondos de la campaña del ex Gobernador de California en la Costa Este, y se le ofreció el cargo de Secretario del Tesoro en la nueva Administración. Dejó la presidencia de Merril Lynch & Co. con una cifra de negocios de más de 2,000 millones de dólares, y 27,000 personas empleadas, para asumir por primera vez un cargo en la administración pública.
El nombramiento de Regan fue largamente resistido por algunos de los asesores y soportes más conservadores del Presidente Reagan, porque a pesar de haber sido toda su vida un republicano registrado, había contribuído económicamente en el pasado a las campañas de algunos candidatos demócratas, y había apoyado en conferencias públicas el concepto del control de precios y salarios.
En las primeras semanas, mantuvo una importante lucha interna con el nuevo director de la Oficina de Prespuestos de la Casa Blanca, David Stockman, héroe de los supply-siders de la Cámara de Representantes, por quién de los dos se convertía en la voz más autorizada del Gobierno en materia económica. Regan se impuso a Stockman, y pronto se convirtió en el ministro favorito del Presidente.
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De izquierda a derecha: David Stockman (director de la Oficina de Presupuestos), Donald Regan (Secretario del Tesoro), y Martin Feldstein (presidente del Consejo de Asesores Económicos del Presidente), minutos antes de declarar ante el Comité de Finanzas del Senado, en 1984.
Abrazó el credo económico radical pregonado por Reagan durante la campaña electoral, y aplicó políticas de contención en el crecimiento del gasto público, desmantelamiento de programas heredados de la Great Society, reducción de los tipos marginales de los impuestos que gravaban el trabajo y el capital, desregulación de la actividad económica, y control de la oferta monetaria, para enfrentar la combinación de alta inflación y desempleo que sufría el país.
Jugó un papel decisivo a la hora de dar forma y garantizar la aprobación del Acta Impositiva de Recuperación Económica de 1981, que se tradujo en una reforma fiscal, reducción del tipo de gravamen sobre la renta, y alivio de las cargas fiscales a las corporaciones. Tras la firma del Acta, el Presidente Reagan elogió la ayuda de "un magnífico vendedor llamado Don Regan." Mientras restaban fondos al Estado para programas obsoletos, estas medidas inyectaron en el mercado una masa importante de dólares, factor determinante para la reactivación.
Los altos tipos de interés bancario y la potenciación del dólar, produjeron un brusco descenso de la inflación desde el 12,4% de 1980, al 3,8% de finales de 1983. Y la estabilidad de los precios de los alimentos y la reducción de los costes del petróleo registrados ese año ayudaron a mantener el bajo nivel inflacionario. La tasa de paro fue ascendente en un principio, alcanzando el 10,8% en diciembre de 1982, pero en 1983, con la inflación controlada y la actividad económica generando puestos de trabajo, el desempleo empezó a descender. Lo cual se tradujo en un largo periodo de bonanza económica, con un promedio de crecimiento anual del PIB en torno al 7.3%, muy superior al de sus aliados occidentales.
Poco antes de dejar el cargo, escribió una propuesta de revisión de la legislación de impuestos, que serviría de base del Acta de Reforma Fiscal de 1986 para ensanchar la base impositiva y reducir los créditos fiscales. Y dejó el cargo como uno de los Secretarios del Tesoro mejor considerados de la historia.
Jefe de Gabinete de la Casa Blanca (1985-1987)
Tras la reelección del Presidente Reagan, Donald Regan abandonó el Departamento del Tesoro para convertirse en el nuevo Jefe de Gabinete de la Casa Blanca. Su llegada coincidió con la salida de los tres integrantes de la Troika que había dirigido la oficina presidencial en los primeros cuatro años: James Baker ocupó la vacante de Regan en el Departamento del Tesoro; Ed Meese se convirtió en Fiscal General; y Mike Deaver se retiró al sector privado para crear su propia firma de relaciones públicas. Como explicaría Ed Rollins, director de la oficina de asuntos políticos de la Casa Blanca, "el Presidente ya no tiene asesores. Él tiene a Don Regan, y Don Regan tiene asesores."
Descrito como franco, directo, astuto, agresivo y arrogante, pero también optimista en exceso y poco reflexivo, aplicó un estilo de dirección autocrático. Dirigió la Casa Blanca como si se tratara de una gran empresa y él fuera el presidente del consejo de administración y principal ejecutivo. Controlaba la agenda del Presidente y el acceso al Despacho Oval, al que no entraba nadie sin su conocimiento, decidía en solitario la redacción final de los discursos presidenciales, y tenía la última palabra en los nombramientos de personal. Esto, en un periodo en que el Presidente sufrió varios problemas de salud, incluida una operación quirúrgica por cáncer de colon, convirtió a Regan en una especie de "Presidente de facto."
Impuso una estructura jerárquica piramidal en el staff de la Casa Blanca, situándose en solitario en lo más alto de esa estructura. Alejó a todos los demás asesores del Presidente, y forzó la destitución de los que gozaban de mayor autonomía, como el Consejero de Seguridad Nacional Robert McFarlane, para colocar en su lugar a sustitutos de un perfil más gris. Esa conducta que le llevó a acumular tanto poder, también le llevó a convertirse en el principal foco de las críticas contra la Administración, cuando surgieron los problemas.
Donald Regan fue obligado a dimitir poco después de estallar el escándalo Iran-Contras. No estaba claro que el Jefe de Gabinete tuviera conocimiento de las actividades del personal del Consejo de Seguridad Nacional, pero la reputación de autócrata absoluto que se había ganado llevó a sospechar de que pudiera haber estado encubriendo el caso. En su relevo también jugó un papel importante la Primera Dama Nancy Reagan: Donald Regan quería que el Presidente se enfrentara al escándalo sin transigir con sus críticos, y contraatacando con agresividad; mientras que la señora Reagan se oponía a eso, ya que estimaba que su marido necesitaba más tiempo y reposo para recuperarse de sus problemas de salud.
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En la imagen: el Presidente Reagan y el Jefe de Gabinete Donald Regan presencian a traves de la televisión una importante sesión del Senado, el 2 de junio, 1986.
Poco después de abandonar la Casa Blanca, Regan describió en un libro de memorias el funcionamiento de la Casa Blanca en el segundo mandato de Reagan: habló de un Presidente genial pero más bien chiflado que ignoraba la mayoría de cosas que ocurrían a su alrededor, y que vivía a merced de su intrigante esposa y una astróloga de San Francisco llamada Joan Quigley.
"Virtualmente, cada movimiento y decisión que tomaron los Reagan durante mi periodo como Jefe de Gabinete de la Casa Blanca, fue siguiendo el consejo de una mujer de San Francisco que preparaba horóscopos para asegurarse que los planetas estaban en un alineamiento favorable." Contó que la Primera Dama, por consejo de la astróloga, trató de retrasar la operación intestinal a la que el Presidente fue sometido en verano de 1985, y que estableció los horarios e itinerarios de su marido en las cumbres de Ginebra y Reykjavik. Conferencias de prensa, nombramientos, y fechas para viajes se establecieron siguiendo las mismas pautas.
También reveló que la verdadera razón por la que fue nombrado Jefe de Gabinete fue por el buen rollo personal que tenía con el Presidente. Nadie pensó que fuese a tener interés en acumular tanto poder. "Le hemos buscado uno de su edad, señor Presidente, para que puedan divertirse juntos," fueron las palabras con las que el anterior Jefe de Gabinete, James Baker, había planteado el nombramiento a Reagan. Y una de las misiones que Regan tendría encomendada a uno de sus ayudantes sería buscarle todos los días el último chiste para que él pudiera contárselo al Presidente.
Últimos años
Se retiró a vivir en Virginia con su mujer. Durante sus últimos años, pasaba cerca de diez horas diarias en su estudio de arte pintando paisajes, y logró vender varios cuadros por miles de dólares.
Murió en 2003, a los 84 años de edad.
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