viernes, 21 de septiembre de 2007

Cortejando a la NRA

En mayo de 2001, la nueva Secretaria de Interior Gale Norton acudió a Kansas City para hablar ante la 130 Convención de la National Rifle Association (NRA). Esa fue la primera vez después de varios años, que el Gobierno federal enviaba a un ministro a la reunión de la NRA. La Secretaria Norton dejó claro el por qué de la deferencia: "sin vosotros no hubieramos ganado Ohio, Missouri, Arkansas y Tennessee, y ahora George W. Bush no sería nuestro Presidente".

Norton no exageraba. Llevaba razón. Mucha razón. Durante las semanas que precedieron a la elección presidencial del 8 de noviembre de 2000, la NRA movilizó todo un ejército de activistas en esos cuatro estados indecisos de manera exclusiva, para emprender una campaña de publicidad televisiva y radiofónica, envío de correo personalizado y llamadas telefónicas en un intento por convencer a los votantes de que Al Gore iba a quitarles sus armas de las manos. Así, en plena bonanza económica que debiera haber favorecido al candidato del partido en el poder, esos cuatro estados que Bill Clinton había ganado en 1996, cambiaron de color y se fueron al saco de George W. Bush. La NRA convirtió al Vicepresidente Gore en el representante de una cultura antagónica, incluso en su propio estado.

Conscientes del poderío de esta organización en los citados estados, y en unos cuantos más, hoy los candidatos republicanos -y un demócrata- han hablado para la conferencia de la NRA sobre la Segunda Enmienda. Los republicanos han competido por cual de ellos se gana el favor de los orgullosos portadores de armas. Nada nuevo. Lo que se esperaba. Destacable ha sido la reconciliación de Rudy Giuliani con la asociación, tras reconocer diferencias pasadas durante su mandato como Alcalde de Nueva York, cuando llegó a llamarles "extremistas". Hoy no ha dejado lugar a la duda, "la Segunda Enmienda es un derecho tan importante en la Constitución como el derecho a la libertad de expresión y otros derechos".

Más llamativa ha sido la defensa que ha hecho el Gobernador Bill Richardson. Llamativa por ser el único demócrata comprometido con una causa que puede ser crucial en algunos estados sensibles. “La propiedad responsable de armas, el derecho de ciudadanos cumplidores de la ley a tener armas, es verdaderamente un valor y una tradición estadunidense (...) Como Gobernador del Oeste, entiendo y apoyo la Segunda Enmienda (...) Esta posición no siempre me hace la persona más popular en la sala con ciertas audiencias. Pero la realidad es que New Mexico tiene una historia antigua de caza, deportes y otras actividades legales de tiro", han sido sus palabras. ¿Sus compañeros presidenciables demócratas habrán empezado ya a perder la batalla por Missouri, Tennessee....? La batalla más definitiva de todas las que llevaron al último Presidente a la Casa Blanca.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Si Clinton ganó en esos estados sin ser el paladín de la segunda enmienda serà que la NRA influye pero no decide todo. En este tema como en otros los políticos se dividen en una minoría de sinceros y una gran mayoría de mentirosos oportunistas, Giuliani uno de ellos. El pùblico en general también, eh? Que cada vez que pasa un Columbine los de la NRA tienen que esconderse del odio de la gente.

Anónimo dijo...

Sobre el derecho a portar armas hay que ser realistas:guste o no es un derecho como los demàs,yo diría que incluso un vicio social de dos siglos y es algo tan peculiar de la cultura USA como aquì el tema taurino,salvadas las distancias.Ademàs si intentases prohibir las armas de un dìa para otro sòlo conseguirías estimular el mercado negro,y los delincuentes a su aire.Pero hay que prevenir màs.

Antxon G. dijo...

Bill Clinton ganó en esos estados porque él era de uno de esos estados (de Arkansas, vecino de Missouri o Tennessee), y porque enfrente tenía a dos rivales apoyados por la NRA, no uno sólo, que eran el candidator epublciano y Ross Perot. Además, el activismo en favor del control de armas se potenció más como tema de campaña a finales de los 90, ya en el segundo mandato de Clinton. Y lo pagó Al Gore en 2000.

Más recientemente, tienes un ejemplo claro en las elecciones a Gobernador de Ohio de 2006. Eligieron Gobernador a un demócrata. Que aparte de demócrata también es un antiguo asociado pastoral metodista, pro-guns y recibió el apoyo activo de la NRA durante la campaña.

Es una organización decisiva porque tiene el poder para potenciar esa brecha cultural que dificulta a un demócrata que no comparta un mínimod e valores culturales, a traspasar ciertos estados en unas presidenciales. Claro que tiene muchísimos detractores. Pero es que no te va a hacer campaña en Vermont, Rhode Island o Chicago. Te lo hará en ese grupo reducido de estados en los que tiene un predicamento brutal. Las elecciones presidenciales en USA no se ganan haciendo una misma campaña a nivel nacional. En unos lugares adoran a la NRA y en otras no, en unos lugares quieren aranceles, en otros libre emrcado, y en otros subsidios. En unos lugares creen en la libertad de elección en las escuelas o la educaicón a distancia y en otros en los bonos escolares... lo único que sirve a nivel naiconal son los puntos en los que todo el mundo puede coincidir, la defensa, la seguridad nacional, los nobles ideales de la república, etc. Lo que en Europa llaman asuntos de estado. En los demás temas hay que saber qué fibra tocar en cada lugar.

Y se me olvidó mencionar también Florida, donde existe una de las legislaciones más más pro-guns y donde la NRA también tiene su mercado.

Yo no creo que Giuliani sea un mentiroso oportunista. Puede tener perfectamente una visión en la cual sean aceptables políticas más restrictivas en lugares como Nueva York, y en cambio una legislaicón más flexible en lugares como Arkansas. Porque también va con la idiosincrasia de cada lugar. Y es básico entender que no todo Estados Unidos es igual ni comparte unos mismos códigos de convivencia.

Antxon G. dijo...

¿Te acuerdas de John Kerry de caza por Ohio con una escopeta a dos meses de las elecciones? El hombre se esforzó pero perdió terminó perdiendo Ohio. Y lo perdió en un momento en que el Partido Republciano del estado estaba en crisis, con un Gobernador republicano procesado por corrupción.

Si no hubiera sido un candidtao pro-guns lo hubiera perdido de peor manera. Pero al menos entendió lo que allí funcionaba y lo intentó. No veo a Hillary con un rifle... además en su contra estaría su historial de activista anti-guns como Primera Dama, que todavía escuece. Así que a ver cómo resuelven eso.

Anónimo dijo...

Hombre,claro que cada Estado y cada región del país tienen su letra y música particulares. Ocurre que el de las armas o el de la religión entendida como una carrera para ver quién es màs creyente y hasta practicante son temas que han pasado a ser tópicos de campaña en todo el país y esto antes no era asì.Los candidatos se ven obligados a entrar en ellos con mensajes a menudo contradictorios.

Antxon G. dijo...

Eso es porque de la misma manera que en un momento dado, comenzaron a surgir organizaciones sobre temas de identidad, medioambiente, etc. También poco después comenzaorn a surgir organizaciones exclusivamente dedicadas a la defensa de otro tipo de valores, y que con el tiempo han ido ganando capacidad de intervención política, igual que viejas organziaciones como la NRA que ya existían. Esto es debido a que en una sociedad acomodada y ya menos preocupada por sobrevivir materialmente, cada vez más se tendió a posicionarse políticamente en función de otro tipo de argumentos.

Aunque la creciente capacidad de intervención política de la NRA se ha debido a que la Segunda Enmienda ha sido cuestionada. Hace décadas no era cuestionada, ni por demócratas ni por republicanos. Por lo tanto el tema no era un caballo de batalla electoral. Ahora sí lo es. Estar a favor no te va a restar votos en estados en los que eso no está entre las principales preocupacioens del votante. Pero estar en contra sí te los va a restar en estados en los que consideran eso como una parte esencial de su visión federalista de resistencia frente a la intervención federal. En algunos de los estados que te he citado, es un símbolo de independencia. Y esa no es una batalla de derechas o de izquierdas. Es algo superior. Está en la esencia del espíritu rebelde de esas comunidades. Es un símbolo contra el centralismo y la intervención del Gobierno. Por eso creo que la posición de Giuliani no es hipócrita, ya que en Nueva York no existe esa mentalidad. En Nueva York la libre proliferación de armas tiene otras connotaciones que son diferentes a las de Little Rock, Nashville o Kansas City. Y creo que la de Giuliani es una posición realista.

Anónimo dijo...

Cierto todo lo que dices.Los caprichitos progres surgen cuando una sociedad acomodada lo ve todo hecho y se abuuurre mucho,je,je.Ademàs comparto el fondo de quienes apoyan la Segunda Enmienda,son unos idealistas,qué coño.Por no hablar de la importancia iconográfica de las armas en la cultura pop,el cine, etc.Imprescindible.Ocurre que a todos nos gustaría que no cayeran en manos de chalupas.