martes, 11 de noviembre de 2008

McGeorge Bundy: Consejero de Seguridad Nacional (1961-1966)

Para Wikipedia.


McGeorge Bundy (n. 30 de marzo, 1919 - m. 16 de septiembre, 1996) Fue Consejero de Seguridad Nacional de los Presidentes John F. Kennedy y Lyndon Johnson (1961-1966).

Primeros Años

Nació en una prominente familia de Boston, Massachusetts. Hijo de un diplomático, y nieto de A. Lawrence Lowell, antiguo Presidente de la Universidad de Harvard. Atendió colegios de élite como Dexter School en Brookline, Massachusetts, y el Groton School, y se graduó en Matemáticas por la Universidad de Yale, donde fue miembro de la sociedad secreta Skull and Bones.

En 1941 ingresó como miembro de la Harvard's Society of Fellows, trasladando su atención al estudio de las Relaciones Internacionales. Tras su paso por las Fuerzas Armadas durante la Segunda Guerra Mundial, en 1946 fue contratado por Henry L. Stimson, antiguo Secretario de Guerra del Presidente Franklin D. Roosevelt, para ayudarle a escribir su autobiografía.

CFR y Harvard

En 1949 se incorporó al Council on Foreign Relations (CFR) como investigador y analista. Se dedicó al estudio del Plan Marshall, y las ayudas económicas a grupos anti-comunistas en Francia e Italia. Republicano moderado, en el libro The Pattern of Responsibility hizo una apasionada defensa de la política exterior del Secretario de Estado Dean Acheson, que recibía muchos ataques de los republicanos.

En 1951 empezó a trabajar como profesor de Asuntos Gubernamentales en la Universidad de Harvard, y con 34 años fue nombrado Decano de la Facultad de Artes y Ciencias de Harvard, el más joven hasta aquel momento. Tuvo un papel decisivo en el establecimiento del Center for International Affairs y el Center for Middle Eastern Studies.

Consejero de Seguridad Nacional (1961-1966)

A pesar de ser un republicano y haber apoyado las políticas del Presidente Dwight D. Eisenhower, en 1960 aceptó ejercer como consultor de política exterior para la campaña presidencial del Senador John F. Kennedy, de Massachusetts. El Senador era un amigo de la infancia. Bundy conocía a Kennedy desde que ambos coincidieron en el Dexter School.

Tras la victoria electoral, Kennedy lo nombró Consejero de Seguridad Nacional. Bundy no tenía experiencia en los pasillos de poder de Washington DC, pero sí en el estudio de la política exterior, y un envidiable historial académico. Compartía con el Presidente Kennedy el origen y la pertenencia a una misma generación, lo que le permitiría establecer con él una estrecha relación de trabjo en la Casa Blanca. Según los estudiosos de la Presidencia de JFK, Bundy fue el más brillante del grupo de jóvenes asesores que rodeaba al Presidente, por encima del redactor de discursos Ted Sorensen o el asistente especial Arthur Schlesinger.

Kennedy quería que su staff más cercano estuviera más involucrado en la toma de decisiones internacionales y de Defensa, y la oficina del Consejero de Seguridad Naiconal fue trasladada del edificio de la Oficina Ejecutiva, anexo a la residencia presidencial, a la base de la Casa Blanca, más cerca del centro de comunicaciones del Presidente. Rompiendo con la tradición de las Administraciones de Truman y Eisenhower, en la Administración Kennedy el Consejero de Seguridad Nacional dejó de ser un simple administrador, para convertirse en un formulador de políticas.

Eso permitió a Bundy mantener un contacto continuado con Kennedy, mientras emprendía la reorganizaicón del CSN y la reestructuración de las agencias de inteligencia, y ofrecerle asesoría en todas las cuestiones estratégicas, como la invasión de Bahía Cochinos, el muro de Berlín, la Crisis de los Misiles, o la implicación militar en el Sudeste Asiático.

Crisis de los Misiles (1962)


De izquierda a derecha: McGeorge Bundy, el Presidente Kennedy (de espaldas), Paul Nitze (asistente de McNamara), el General Maxwell Taylor (Jefe del Estado Mayor Conjunto), y Robert McNamara (Secretario de Defensa). 29 octubre, 1962.

A las 9 de la mañana del 16 de octubre de 1962, cuando el Presidente Kennedy se disponía a desayunar en su dormitorio, McGeorge Bundy le comunicó una información del más alto secreto, deducida por quince especialistas que a lo largo de todo el día anterior habían analizado unas fotografías aéreas tomadas sobre Cuba. Según la información, había indicios suficientes para creer que en Cuba se había instalado una base de misiles soviéticos de medio alcance.

Sólo dos días antes, el 14 de octubre, mientras un avión U-2 fotografiaba misiles móviles, pistas de lanzamiento, cohetes de alcance medio, búnkers, radares, y un silo recién construído en la parte occidental de la isla, McGeorge Bundy había aparecido en el programa Issues and Answers de la ABC negando la presencia de armas ofensivas en Cuba. Pero hacía tiempo que se sospechaba de la existencia de los proyectiles. En septiembre, el Presidente había pedido al Congreso poderes especiales para movilizar a 150,000 reservistas, y había ordenado la reanudación de los vuelos de espionaje sobre Cuba.

Desde principios de verano, el ejército realizaba maniobras militares en el Caribe mientras buques soviéticos descargaban grandes cantidades de armas y munición en Cuba. Algunos Senadores aseguraban tener filtraciones de los servicios de inteligencia, y el exilio anticastrista de Miami divulgaba que la URSS había convertido Cuba en un arsenal de armas nucleares dirigidas hacia Estados Unidos, con el fin de que la Casa Blanca se decidiera a lanzar una invasión a gran escala contra Cuba.

En los trece días de crisis que seguirían, el Presidente Kennedy ordenó a Bundy la creación del Comité Ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional, conocido como ExCom. Integraban el Comité, además del propio Bundy: el Presidente Kennedy; el Vicepresidente Johnson; el Fiscal General Bobby Kennedy; el Director de la CIA John McCone; el Secretario de Defensa Robert McNamara; el General Maxwell Taylor, Jefe del Estado Mayor Conjunto; el Secretario de Estado Dean Rusk; el Embajador ante la ONU Adlai Stevenson; el Secretario del Tesoro Douglas Dillon; y algunos de los asesores más cercanos al Presidente.

Cuando todo el Comité tenía alguna idea conjunta que presentar al Presidente, Bundy ejercía de portavoz. Su experiencia de trabajo en organismos colegiados sirvió para asegurar el éxito en el proceder de los debates del ExCom. Pero a la hora de ofrecer asesoría individualizada al Presidente, mostró una aparente inconsistencia en sus posiciones que terminó frustrando a Kennedy. Desvió temas, y cambió constantemente de opinión sobre las acciones a tomar, entre las que se incluían un ataque aéreo o un periodo de cuarentena.

El 27 de octubre, Bundy apoyó la idea de Bobby Kennedy de aceptar sólo el primer mensaje confidencial de Kruschev, en la que el líder soviético se mostraba dispuesto a desmantelar los misiles a cambio de una promesa formal de no invadir Cuba. Y presionó al Presidente para que no aceptara la retirada de los cohetes nucleares Jupiter instalados en Turquía, si se contemplaba el hecho como parte de un trueque.

Aunque les convenía sustiuir los viejos Jupiter por los nuevos sistemas de los submarinos Polaris, Bundy señaló que los soviéticos eran los que debían volver primero al status quo anterior, y advirtió al Presidente Kennedy que EEUU no podía dar la impresión de estar utilizando la seguridad de los aliados de la OTAN como moneda de cambio.

Guerra de Vietnam

En la imagen: Bundy y el Presidente Johnson en el Despacho Oval.

Tras el asesianto de John F. Kennedy, Bundy se mantuvo a las órdenes del nuevo Presidente Lyndon Johnson. Apoyó una mayor implicación de EEUU en la Guerra de Vietnam, mediante el envío de cada vez más efectivos y recursos, convirtiéndose en uno de los arquitectos de la escalada en la guerra. Propuso al Presidente la doctrina clásica de la guerra convencional, defendiendo que la victoria dependía de una combinación de control territorial y desgaste del adversario. No anticipó la guerra de guerrilas.

Tras un viaje a Vietnam del Sur en febrero de 1965, Bundy escribió un memorandum para el Presidente Johnson, en el que trazaba la estrategia de las "represalias sostenidas" contra Vietnam del Norte si no detenían su guerra de guerrillas contra las fuerzas survietnamitas. Con el acuerdo del Secretario de Defensa Robert McNamara, Bundy aconsejó al Presidente una mayor utilización del ejército estadounidense, y la expansión de los ataques aéreos contra el Norte, que supondría un punto de inflexión en el compromiso de EEUU en la guerra.

Después abogó sin éxito por un cambio de estrategia, y dimitió en 1966.

Últimos años

Fue presidente de la Ford Foundation (1966-1979), y profesor de Historia en la Universidad de Nueva York (1979-1989). Entre 1990 y 1996 trabajó para la Carnegie Corporation de Nueva York.

Murió de un ataque cardiaco el 16 de septiembre de 1996. Tenía 77 años.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú no paras eh!!! Eres admirable!!!

Anónimo dijo...

Me alegra ver que el blog va a seguir vivo.^^

Jordi Coll dijo...

En la película "Trece días" el actor que hacía de Bundy se le parece mucho.