El Senador Obama se tomó ayer unas horas de descanso en Chicago entre rally y rally, a medio camino entre paradas en Iowa e Indiana, para salir con su hija Sasha, de 7 años, a jugar al truco-o-trato. Podríamos interpretar esto como relajación y confianza en un hombre que está tan seguro de que va a ganar, que se permite hacer un pequeño alto en su campaña; o como la forma más eficaz de atraer votos, actuando como el padre de familia que interrumpe su actividad para estar con su hijita. En cualquier caso, parece que el candidato se enfadó con los fotógrafos.
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