La última encuesta de Rasmussen indica un empate técnico entre Rudy Giuliani y Fred Thompson a nivel nacional. Estas buenas noticias para la campaña de Thompson contrastan con otras menos buenas que le traerán más de un palo en los próximos días. Se ha sabido que el actor recaudó poco más de 3 millones de dólares en el mes de junio, su primer mes de recaudación. La cifra se sitúa por debajo de las previsiones de sus seguidores más entusiastas, y señala que el constante retraso del esperado anuncio oficial de su candidatura puede estar ya convirtiéndose en una estrategia contraproducente. Aunque no en las encuestas.
En su favor hay que decir que esta recaudación corresponde únicamente a 26 días completos - los que van del 4 de junio al 30 de junio-, y que será raro que un republicano alcance cifras extraordinarias y consiga el compromiso de los grandes contribuyentes mientras no se despeje más el suspense de cual de ellos será el caballo ganador. Además no hay que perder de vista que aún estamos hablando de un candidato "virtual" o de un "no candidato". Esta noche el ex Senador tiene planeada otra gala de recaudación donde la entrada costará 1,000 dólares por persona y 5,000 dólares para formar parte de su comité de acción política.
En cualquier caso, lo que está claro, y lo que ya se esperan en el entorno de Thompson, es un análisis negativo por parte de los medios y los líderes de opinión sobre sus cifras de recaudación y el funcionamiento de su proyecto de campaña. Una cobertura negativa que será aprovechada con toda seguridad por Mitt Romney para seguir poniendo en duda la viabilidad de su candidatura. Para los seguidores del Gobernador Romney, estas noticias vienen a confirmar la ineficacia del estilo relajado de hacer campaña que tiene Fred Thompson, muy diferenciado del estilo frenético de sus rivales más competitivos.
También se da la casualidad que estos problemas para Thompson llegan a escasos 10 días de que Mitt Romney logre un importante triunfo si finalmente consigue imponerse en el "straw poll" de Iowa el próximo 11 de agosto. Un triunfo que, de conseguirlo, confirmaría al ex Gobernador de Massachusetts como el favorito indiscutible para llevarse la victoria en el Caucus de Iowa el próximo mes de enero. Aquí os dejo este video (Real Player) en el que Romney se somete a las preguntas de los televidentes de C-Span y participa en uno de los muchos "town hall meetings" que está celebrando por todo el estado de Iowa buscando el contacto y la comunicación con grupos reducidos de votantes.
Martin Frost, quien a principios de año ponía en duda que Rudy Giuliani o Mitt Romney pudiesen llegar lejos en las primarias republicanas, nos cuenta ahora cómo estos dos candidatos han logrado convertirse en los aparentes front-runners, uno a nivel nacional y el otro en los primeros estados en celebrar primarias. Giuliani, Romney, Take Republican Lead
(...) Early this year, I tended to dismiss Rudy Giuliani as a serious prospect for the Republican nomination given his liberal positions on abortion, gun control and gay rights. I assumed no one with that profile could ever win over enough of the Republican Party’s religious right base to be a truly viable candidate.
The press, on the other hand, tended to dismiss Mitt Romney as a serious prospect given his Mormon faith and the unwillingness of the religious right to accept anyone of the Mormon religion as anything other than a member of a cult.
We both turned out to be wrong. With John McCain fading and Fred Thompson yet to emerge as a serious candidate, Giuliani and Romney are the real Republican front-runners and likely to remain so. How did this happen? (...)
martes, 31 de julio de 2007
Las cartas de Hillary
El New York Times ha publicado una serie de cartas que una joven Hillary Clinton escribió entre 1965 y 1969 a un amigo suyo llamado John Peavoy. In the ’60s, a Future Candidate Poured Her Heart Out in Letters
(...) Ms. Rodham skates earnestly on the surface of life, raising more questions than answers. “Last week I decided that even if life is absurd why couldn’t I spend it absurdly happy?” she wrote in November of her junior year. She then challenges herself to “define ‘happiness’ Hillary Rodham, acknowledged agnostic intellectual liberal, emotional conservative.”
From there, she deems the process of self-definition to be “too depressing” and asserts that “the easiest way out is to stop any thought approaching introspection and to advise others whenever possible.” (...)
(...) Ms. Rodham skates earnestly on the surface of life, raising more questions than answers. “Last week I decided that even if life is absurd why couldn’t I spend it absurdly happy?” she wrote in November of her junior year. She then challenges herself to “define ‘happiness’ Hillary Rodham, acknowledged agnostic intellectual liberal, emotional conservative.”
From there, she deems the process of self-definition to be “too depressing” and asserts that “the easiest way out is to stop any thought approaching introspection and to advise others whenever possible.” (...)
lunes, 30 de julio de 2007
Fred en "Hannity & Colmes"
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sábado, 28 de julio de 2007
Peligra la versión republicana del "Debate YouTube"
Las campañas de Rudy Giuliani y Mitt Romney han anunciado que no participarán en la versión republicana del debate organizado por la CNN y el portal de Internet YouTube. Está previsto que el debate se celebré el próximo 17 de septiembre en St. Petersburg, Florida, y ambos candidatos han puesto como excusa de su ausencia la incompatibilidad de agendas.
Dicen tener importantes compromisos de recaudación de fondos ese mismo día, pero no falta quien dice que la decisión se debe a la idea de que, si participan en un debate con un formato tan imprevisible, tienen más que perder, que de ganar. Se habla de un posible cambio de fecha para el debate, ante lo cual habría que ver cómo reaccionan Giuliani y Romney. De momento sólo John McCain y Ron Paul han confirmado su asistencia.
2 Republicans Demur on a YouTube Debate
(...) Matt Lewis, who is director of operations at townhall.com, a conservative Web site, and who was not part of the petition, said Mr. Giuliani and Mr. Romney had the most to lose.
“I’m sure their advisers are telling them that a lot of bad things could happen in a YouTube debate,” Mr. Lewis said. “When you’re the front-runner, you don’t think so much about how you can win but how you can avoid losing.” (...)
Dicen tener importantes compromisos de recaudación de fondos ese mismo día, pero no falta quien dice que la decisión se debe a la idea de que, si participan en un debate con un formato tan imprevisible, tienen más que perder, que de ganar. Se habla de un posible cambio de fecha para el debate, ante lo cual habría que ver cómo reaccionan Giuliani y Romney. De momento sólo John McCain y Ron Paul han confirmado su asistencia.
2 Republicans Demur on a YouTube Debate
(...) Matt Lewis, who is director of operations at townhall.com, a conservative Web site, and who was not part of the petition, said Mr. Giuliani and Mr. Romney had the most to lose.
“I’m sure their advisers are telling them that a lot of bad things could happen in a YouTube debate,” Mr. Lewis said. “When you’re the front-runner, you don’t think so much about how you can win but how you can avoid losing.” (...)
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jueves, 26 de julio de 2007
CBS - Election Night 1980
Con este post inauguro el ciclo de videos históricos que iré colocando de vez en cuando en el blog. Empezamos con la noche electoral del 4 de noviembre de 1980. Ronald Reagan derrota a Jimmy Carter ganando en 44 de los 50 estados de la Unión y superando a su rival en 9 puntos porcentuales. Una victoria muy superior a la que se esperaba.
Dividida en 3 trozos, vemos parte del programa especial que hizo la CBS aquella noche con motivo de las elecciones. Podemos ver cómo el Presidente Carter concede su derrota en Washington DC, y el Gobernador Reagan acepta la victoria en el hotel Century Plaza de Los Angeles, así como la cobertura local de las elecciones en la zona de Cleveland.
Presentado por el histórico Walter Cronkite, "el hombre en quien confía América", acompañado por unos jóvenes Dan Rather y Leslie Stahl, entre otros.
CBS - Election Night 1980 (1ª Parte)
CBS - Election Night 1980 (2ª Parte)
CBS - Election Night 1980 (3ª Parte)
Dividida en 3 trozos, vemos parte del programa especial que hizo la CBS aquella noche con motivo de las elecciones. Podemos ver cómo el Presidente Carter concede su derrota en Washington DC, y el Gobernador Reagan acepta la victoria en el hotel Century Plaza de Los Angeles, así como la cobertura local de las elecciones en la zona de Cleveland.
Presentado por el histórico Walter Cronkite, "el hombre en quien confía América", acompañado por unos jóvenes Dan Rather y Leslie Stahl, entre otros.
CBS - Election Night 1980 (1ª Parte)
CBS - Election Night 1980 (2ª Parte)
CBS - Election Night 1980 (3ª Parte)
"Hair"
El último y original anuncio de la campaña de John Edwards. Se burla de quienes hablan de sus caros cortes de pelo, recordándoles que hay cosas más importantes de las que debatir. Una buena idea. Debieron haberla tenido antes.
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miércoles, 25 de julio de 2007
El problemón de Obama
Time nos dice que Barack Obama tiene un auténtico problema que le impide hacer llegar su mensaje a los votantes de a pie. Atrae demasiado público a sus eventos de campaña. Tom Tancredo o Christopher Dodd deben estar deseosos de sufrir el mismo problema. Barack Obama's People Problem
(...) The Sunapee event, on July 19, was meant to be one of a more intimate series of gatherings that the Obama campaign has been trying to pull off in recent weeks. But the lure of Obama drew more than 500 people, many of whom drove for more than three hours from neighboring Massachusetts to this hamlet of 3,000. The candidate has proven he can draw rock-star-like crowds across the country. But he is having trouble limiting audiences so that he can focus on what is known as "retail" campaigning, in which candidates meet voters in calmer settings and spend more time answering their questions.
Obama's popularity has generated ample buzz, celebrity endorsements, and record numbers of donations — valuable assets for any campaign. His challenge now is to build relationships with voters in early primary states without tripping over his greatest strength: his own celebrity.
"It's frustrating to him — typically, the events are large," David Axelrod, Obama's top strategist, said the next day as Obama spent an hour shaking hands and working the rope line after a town hall meeting in Manchester. "When he was running for Senate, he thrived on that. We'd go down south and there'd be 12 people in a VFW hall. He really enjoyed that interaction." Now, Obama rarely gets the opportunity to meet people in such relaxed settings. "It's exhilarating to get crowds like this," continued Axelrod, gesturing to the Manchester crowd of more than 650, "but we are trying to mix it up a little and get smaller groups as well, so that the nature of the interaction is more personal." (...)
(...) The Sunapee event, on July 19, was meant to be one of a more intimate series of gatherings that the Obama campaign has been trying to pull off in recent weeks. But the lure of Obama drew more than 500 people, many of whom drove for more than three hours from neighboring Massachusetts to this hamlet of 3,000. The candidate has proven he can draw rock-star-like crowds across the country. But he is having trouble limiting audiences so that he can focus on what is known as "retail" campaigning, in which candidates meet voters in calmer settings and spend more time answering their questions.
Obama's popularity has generated ample buzz, celebrity endorsements, and record numbers of donations — valuable assets for any campaign. His challenge now is to build relationships with voters in early primary states without tripping over his greatest strength: his own celebrity.
"It's frustrating to him — typically, the events are large," David Axelrod, Obama's top strategist, said the next day as Obama spent an hour shaking hands and working the rope line after a town hall meeting in Manchester. "When he was running for Senate, he thrived on that. We'd go down south and there'd be 12 people in a VFW hall. He really enjoyed that interaction." Now, Obama rarely gets the opportunity to meet people in such relaxed settings. "It's exhilarating to get crowds like this," continued Axelrod, gesturing to the Manchester crowd of more than 650, "but we are trying to mix it up a little and get smaller groups as well, so that the nature of the interaction is more personal." (...)
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Cambios en el equipo de Thompson
Tom Collamore, hasta ahora campaign manager de la "no campaña" de Fred Thompson, pasara a ser un simple asesor. Su lugar será ocupado por el estratega republicano de Florida, Randy Enright. Un hombre cercano al ex Gobernador Jeb Bush que ya participó en el equipo de Bush-Cheney. Se ha anunciado también que Spencer Abraham, ex Senador por Michigan y ex Secretario de Energía, será el presidente ejecutivo de la campaña y enlace con los círculos políticos de Washington DC.
Las malas lenguas aseguran que la sustitución de Collamore se ha debido a los fuertes desacuerdos de este con la mujer del candidato, Jeri Kehn Thompson. La señora Thompson es una antigua operativa del Partido Republicano y, según dicen, le gusta llevar la voz cantante en la campaña de su marido. Ella sería quien más está abogando por mantener la estrategia de no anunciar la candidatura hasta que la terna republicana quede reducida a unos pocos candidatos. Estrategia que para muchos ya ha dejado de ser efectiva.
Fred Thompson shakes up pre-launch campaign
(...) Republicans close to the campaign said Collamore, a senior official in the Ronald Reagan and George H.W. Bush administrations, was fine at tasks like lining up offices, but was too technocratic and not sophisticated enough for show time.
The advisers said his announcement has been delayed to the latter part of August or early September so that he will be ready to roll out a top flight campaign and be prepared to answer questions from reporters and charges from opponents. He is spending a lot of time in policy briefings, friends say.
Several Republicans said Thompson needs to dive in sooner than that. “The momentum is slowed from the initial hype,” said one Republican sympathetic to Thompson.
"The luster is gone. It’s like the girlfriend who just isn’t fun anymore. It’s time for substance. People are ready to see him engage. He’s been in his own little universe.” (...)
Las malas lenguas aseguran que la sustitución de Collamore se ha debido a los fuertes desacuerdos de este con la mujer del candidato, Jeri Kehn Thompson. La señora Thompson es una antigua operativa del Partido Republicano y, según dicen, le gusta llevar la voz cantante en la campaña de su marido. Ella sería quien más está abogando por mantener la estrategia de no anunciar la candidatura hasta que la terna republicana quede reducida a unos pocos candidatos. Estrategia que para muchos ya ha dejado de ser efectiva.
Fred Thompson shakes up pre-launch campaign
(...) Republicans close to the campaign said Collamore, a senior official in the Ronald Reagan and George H.W. Bush administrations, was fine at tasks like lining up offices, but was too technocratic and not sophisticated enough for show time.
The advisers said his announcement has been delayed to the latter part of August or early September so that he will be ready to roll out a top flight campaign and be prepared to answer questions from reporters and charges from opponents. He is spending a lot of time in policy briefings, friends say.
Several Republicans said Thompson needs to dive in sooner than that. “The momentum is slowed from the initial hype,” said one Republican sympathetic to Thompson.
"The luster is gone. It’s like the girlfriend who just isn’t fun anymore. It’s time for substance. People are ready to see him engage. He’s been in his own little universe.” (...)
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martes, 24 de julio de 2007
Giuliani por la Radio
Para no dar la razón a quienes le acusan de pasar olímpicamente de Iowa y New Hampshire, hoy se han empezado a emitir en esos dos estados tres anuncios radiofónicos que ha elaborado la campaña de Rudy Giuliani. En ellos se resaltan los logros de este en materias como la lucha contra el crimen, los recortes de impuestos o la contención del gasto cuando estaba al frente de la administración municipal de Nueva York. Se trata de resaltar el carácter conservador de sus políticas (sobre todo políticas fiscales) en una plaza tradicionalmente progresista y derrochadora como NY.
Son del mismo corte que los típicos anuncios que suelen lanzar los gobernadores para dar a entender que ellos sí tienen una gestión para vender, a diferencia de los senadores. Ya lo hemos visto en algún anuncio televisivo de Mitt Romney o Bill Richardson este año, o antes en piezas clásicas como el Reagan's Record. Giuliani ha preferido empezar con publicidad por radio porque no está tan necesitado de presentarse en sociedad y sabe que sale más barato. Llama la atención que no haga ni una sóla referencia a su papel en el 11-S.
"Out of Control"
"Will Do"
"Garbage Can"
Son del mismo corte que los típicos anuncios que suelen lanzar los gobernadores para dar a entender que ellos sí tienen una gestión para vender, a diferencia de los senadores. Ya lo hemos visto en algún anuncio televisivo de Mitt Romney o Bill Richardson este año, o antes en piezas clásicas como el Reagan's Record. Giuliani ha preferido empezar con publicidad por radio porque no está tan necesitado de presentarse en sociedad y sabe que sale más barato. Llama la atención que no haga ni una sóla referencia a su papel en el 11-S.
"Out of Control"
"Will Do"
"Garbage Can"
El mismo debate de siempre
Anoche se celebró el tan publicitado debate demócrata organizado por la CNN y Youtube, en la que los candidatos tuvieron que responder a una selección de preguntas grabadas en video por ciudadanos anónimos para el famoso portal de Internet. Lo mejor del debate el moderador, Anderson Cooper. Pasó totalmente desapercibido. Lo peor, lo de siempre, el formato y las reglas del debate. Por muchos elementos novedosos que se quieran incluir en la formulación de las preguntas o en la realización televisiva, el debate a ocho bandas siempre te deja con la sensación de haberse desaprovechado tres cuartos del tiempo utilizado para debatir.
Pocas conclusiones nuevas se pueden extraer. Hillary estuvo, una vez más, mejor que el resto. Bien entrenada, con oratoria segura y los conceptos bien ordenados en la cabeza y en la lengua. Obama sigue transmitiendo cierto desasosiego, empeñado en decir mucho en poco tiempo y buscando sin éxito la manera de descubrir algo que a Hillary se le hubiera olvidado comentar en el turno anterior. Siempre va a remolque. Y para colmo, se le ocurre decir que el Presidente de los Estados Unidos debe hablar con los líderes de Irán, Siria, Venezuela, Cuba o Corea del Norte.
Seguramente, a no ser que carezca de sentido de la realidad, no se refiriera en concreto a cumbres bilaterales del Presidente con esos líderes, pero es esa la idea que le queda en la mente al espectador. Frente a esas respuestas timoratas, Hillary ofrece la imagen de la líder que difícilmente sería engañada ni engatusada por ningún encantador de serpientes internacional, y que además podría tener la "suerte" de no ser demasiado apreciada por algunos indeseables autócratas árabes por el hecho de ser una mujer que viste de rosa y con pantalones.
El debate se celebró en Carolina del Sur, estado en el que según las últimas encuestas, la Senadora Clinton supera a Obama en 14 puntos. No creo que esa ventaja corra peligro después de lo visto ayer. Hillary siempre será más convincente que sus rivales en cualquier debate que acoja a tantos aspirantes esperando su turno. El formato de ocho candidatos tratados en igualdad de condiciones, le permite a Hillary hablar poco y bien, y evitar el cuerpo a cuerpo con un rival directo que la atosigue. Siempre saldrá bien parada de estos debates. Pero no conoceremos la verdadera dimensión de su talento para el debate hasta que se enfrente a un rival, sólo uno, que cuestione todas y cada una de sus palabras.
PostData: Mención especial para Joe Biden. Como siempre.
Video: Parte 1 / Parte 2 / Parte 3
Pocas conclusiones nuevas se pueden extraer. Hillary estuvo, una vez más, mejor que el resto. Bien entrenada, con oratoria segura y los conceptos bien ordenados en la cabeza y en la lengua. Obama sigue transmitiendo cierto desasosiego, empeñado en decir mucho en poco tiempo y buscando sin éxito la manera de descubrir algo que a Hillary se le hubiera olvidado comentar en el turno anterior. Siempre va a remolque. Y para colmo, se le ocurre decir que el Presidente de los Estados Unidos debe hablar con los líderes de Irán, Siria, Venezuela, Cuba o Corea del Norte.
Seguramente, a no ser que carezca de sentido de la realidad, no se refiriera en concreto a cumbres bilaterales del Presidente con esos líderes, pero es esa la idea que le queda en la mente al espectador. Frente a esas respuestas timoratas, Hillary ofrece la imagen de la líder que difícilmente sería engañada ni engatusada por ningún encantador de serpientes internacional, y que además podría tener la "suerte" de no ser demasiado apreciada por algunos indeseables autócratas árabes por el hecho de ser una mujer que viste de rosa y con pantalones.
El debate se celebró en Carolina del Sur, estado en el que según las últimas encuestas, la Senadora Clinton supera a Obama en 14 puntos. No creo que esa ventaja corra peligro después de lo visto ayer. Hillary siempre será más convincente que sus rivales en cualquier debate que acoja a tantos aspirantes esperando su turno. El formato de ocho candidatos tratados en igualdad de condiciones, le permite a Hillary hablar poco y bien, y evitar el cuerpo a cuerpo con un rival directo que la atosigue. Siempre saldrá bien parada de estos debates. Pero no conoceremos la verdadera dimensión de su talento para el debate hasta que se enfrente a un rival, sólo uno, que cuestione todas y cada una de sus palabras.
PostData: Mención especial para Joe Biden. Como siempre.
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lunes, 23 de julio de 2007
Conversando con Hillary
La Senadora Hillary Clinton explica a un grupo de Iowenses, Iowanos o Iowarras (Iowans en inglés) sus planes para Iraq.
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Romney quiere la etiqueta de favorito
En Team Romney ya empiezan a analizar la carrera asumiendo la condición de front-runner para su candidato. Es lo que se desprende de un memorandum redactado por Alex Gage, uno de los pesos pesados del equipo del Gobernador Romney. Gage, dueño de la famosa consultora TargetPoint, autoproclamado en 2004 padre del exitoso modelo de movilización de votantes conocido como "get-out-the-vote", considera que su candidato es ya el favorito de la terna republicana, basándose en la tendencia descendente de Giuliani a nivel nacional, así como en las tendencias de la intención del voto en los 5 estados que celebrarán primarias antes del 5 de febrero. Gage recomienda empezar a actuar como favoritos.
Romney Camp Claims Giuliani Is No Longer GOP Favorite
(...) Giuliani "is now trailing in four of the five key states that fall before Feb. 5," Gage writes. The memo goes on to note that the average of public polls conducted in June and July show Romney leading comfortably in Iowa and New Hampshire and more narrowly in Nevada. Former senator Fred Thompson (R-Tenn.) leads the way in South Carolina, while Giuliani is a strong first choice only in Florida.
The former mayor is shifting from a Feb. 5 strategy aimed at running the table of large states set to vote that day to a more traditional approach of lavishing attention on places such as Iowa and New Hampshire, Gage says, pointing out that in the past week alone, Giuliani had eight events scheduled for Iowa.
The Gage memo is the first full-frontal assault on Giuliani by Romney's campaign and reflects the way in which the field has changed since the rise of Thompson and fall of McCain. (...)
Romney Camp Claims Giuliani Is No Longer GOP Favorite
(...) Giuliani "is now trailing in four of the five key states that fall before Feb. 5," Gage writes. The memo goes on to note that the average of public polls conducted in June and July show Romney leading comfortably in Iowa and New Hampshire and more narrowly in Nevada. Former senator Fred Thompson (R-Tenn.) leads the way in South Carolina, while Giuliani is a strong first choice only in Florida.
The former mayor is shifting from a Feb. 5 strategy aimed at running the table of large states set to vote that day to a more traditional approach of lavishing attention on places such as Iowa and New Hampshire, Gage says, pointing out that in the past week alone, Giuliani had eight events scheduled for Iowa.
The Gage memo is the first full-frontal assault on Giuliani by Romney's campaign and reflects the way in which the field has changed since the rise of Thompson and fall of McCain. (...)
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viernes, 20 de julio de 2007
Romney vs. Thompson
Era la confrontación inevitable. Desde que el Los Angeles Times destapó que Fred Thompson, antes de entrar en política, había trabajado como abogado para la Family Planning and Reproductive Health Association, una organización que defiende el derecho al aborto, el campo de Mitt Romney ha visto un camino fácil para ir a la ofensiva contra su principal rival en la disputa del voto de los conservadores sociales.
Romney está aprovechando este momento de debilidad del ex Senador para cargar contra él. Sabe que su entrada en campaña le supone importantes pérdidas de votos en estados cruciales como Carolina del Sur y Florida. El descubrimiento de que Thompson también tiene sus puntos débiles, le otorga a Romney la posibilidad de decirle al público que el actor-senador no es más que una serpiente de verano que se está aprovechando de su fama como actor y de la incertidumbre creada alrededor de su aún no confirmada candidatura.
Ayer el ex Gobernador de Massachusetts concedió una entrevista al Washington Examiner en la que cuestiona la capacidad de Thompson para competir en igualdad de condiciones con el resto de candidatos. En pocas palabras, lo acusó de protegerse tras su estatus de "no candidato" para evadir el escrutinio y el juicio de su rendimiento en una carrera competitiva. De tener miedo a competir con las mismas reglas que los demás. También le acusa de autoproclamarse outsider después de haber sido durante años un insider (primero como Senador y después como lobbyista) en los centros de poder de la capital federal.
(...) “Can he raise the money? Will he do the work it takes to become the president?” Romney asked. “To beat Hillary Clinton, you’re going to have to raise a lot of money. You’re going to have to work like crazy.”
Romney also alluded to Thompson’s long years in Washington, including a stint as a senator from Tennessee.
“You’re going to have to show the ability to be distinct from Washington,” Romney said. “I don’t think America is going to elect a Washington insider the next president. So can he do those things? We’ll find out when he’s in the race.” (...)
Romney está aprovechando este momento de debilidad del ex Senador para cargar contra él. Sabe que su entrada en campaña le supone importantes pérdidas de votos en estados cruciales como Carolina del Sur y Florida. El descubrimiento de que Thompson también tiene sus puntos débiles, le otorga a Romney la posibilidad de decirle al público que el actor-senador no es más que una serpiente de verano que se está aprovechando de su fama como actor y de la incertidumbre creada alrededor de su aún no confirmada candidatura.
Ayer el ex Gobernador de Massachusetts concedió una entrevista al Washington Examiner en la que cuestiona la capacidad de Thompson para competir en igualdad de condiciones con el resto de candidatos. En pocas palabras, lo acusó de protegerse tras su estatus de "no candidato" para evadir el escrutinio y el juicio de su rendimiento en una carrera competitiva. De tener miedo a competir con las mismas reglas que los demás. También le acusa de autoproclamarse outsider después de haber sido durante años un insider (primero como Senador y después como lobbyista) en los centros de poder de la capital federal.
(...) “Can he raise the money? Will he do the work it takes to become the president?” Romney asked. “To beat Hillary Clinton, you’re going to have to raise a lot of money. You’re going to have to work like crazy.”
Romney also alluded to Thompson’s long years in Washington, including a stint as a senator from Tennessee.
“You’re going to have to show the ability to be distinct from Washington,” Romney said. “I don’t think America is going to elect a Washington insider the next president. So can he do those things? We’ll find out when he’s in the race.” (...)
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jueves, 19 de julio de 2007
"30 Years"
La campaña de John Edwards está lanzando un anuncio televisivo de 30 segundos en New Hampshire. Buscan así mejorar las expectativas de voto del candidato en el estado, donde aparece rezagado en el tercer puesto de las preferencias de los votantes demócratas. Para ello han utilizado a Elizabeth Edwards, quien con su lucha personal contra el cancer se ha convertido en una figura pública más popular que su marido. Nos habla de él y de los 30 años que llevan juntos.
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miércoles, 18 de julio de 2007
1988 GOP Presidential Primary
Tras ocho años de era Reagan, el Partido Republicano afrontó estas elecciones con una sensación de orfandad ante la marcha del líder, y lleno de luchas internas. Los más radicales del Conservative Caucus amenazaban con su intención de separarse del partido, cuyo aparato tradicional aplaudía en silencio esa posibilidad, al tiempo que intentaba desplazar a los cachorros reaganautas, y distanciarse de los excesos de una década cargada de ostentación.
Así, el escándalo de los predicadores fundamentalistas en 1987 fue utilizado para desacreditar la campaña presidencial del pastor Pat Robertson en las filas republicanas, al mismo tiempo que los desastres económicos del último año de la era Reagan (el lunes negro de 1987 en Wall Street) se convertían en arma arrojadiza contra el cada vez más apagado aspirante presidencial Jack Kemp, congresista por Nueva York y portavoz de los suply-siders, considerado durante muchos años como el heredero natural de Reagan.
El aparato del Partido Republicano se preparó de ese modo para elevar a un candidato moderado y vinculado al Congreso, como el Senador Bob Dole, jefe del partido en el Senado, cuyo único opositor serio, el poco atractivo Vicepresidente George Bush, con el vital apoyo de John Sununu en New Hampshire, logró finalmente imponerse en los rounds decisivos de las primarias de marzo con su promesa de no subir los impuestos.
Aunque el Vicepresidente Bush podía contar con importantes apoyos del aparato del Estado, su escasa simpatía de imagen y su limitado calado en las bases más conservadoras (anti-Washington), planteó serias dudas sobre sus posibilidades aunque tuviera ya a finales de 1987 un interminable programa.
Bush buscó la identificación con el legado de Reagan, aunque se distanció de la agresividad de sus políticas al prometer una nación más amable, "kinder, gentler". También quiso reflejar su voluntad por impulsar un cambio generacional en la élite política cuando escogió al joven y desconocido Senador Dan Quayle, de 41 años, como candidato a la Vicepresidencia.
Un auténtico bombazo que hizo que a muchos en el partido se les cortara la respiración cuando vieron a aquel rubio Senador aceptando su nominación con un discurso y un estilo más propio de un vulgar presentador populista de una televisión local. Aquel chico no estaba preparado para el Prime Time de las televisiones nacionales.
Los principales aspirantes republicanos que presentaron su candidatura a la nominación aquel año fueron: el Senador Bob Dole, de Kansas; el ex Gobernador Pete DuPont, de Delaware; el ex Secretario de Estado Alexander Haig; el Congresista Jack Kemp, de Nueva York; el pastor evangélico Pat Robertson; y el Vicepresidente George Bush.
Fuentes: Wikipedia, Union Leader, Policy Counsel y Time
(...)In 1988, after nearly eight years as Vice President, Bush again ran for President. Vice President George H. W. Bush had the support of President Ronald Reagan, and pledged to continue Reagan's policies, but also pledged a "kinder and gentler nation" in an attempt to win over some more moderate voters. Also in the hunt in 1988 was U.S. Sen. Bob Dole, who had competed with Bush and Reagan in the 1980 primary, and who was on the losing 1976 ticket with President Gerald Ford.
Two other conservative hopefuls were in the field: U.S. Rep. Jack Kemp of New York and the Rev. Pat Robertson, a televangelist with a national audience and the beginnings of what would become a potent new political force - the Christian Coalition.
Though considered the early frontrunner for the Republican nomination, Vice President George Bush came in third in the Iowa Caucus, beaten by winner Senator Bob Dole, Senate Minority Leader, and runner-up Pat Robertson.
The flip side of Dole's Iowa victory was Vice President George Bush's defeat. Despite his status as Reagan's heir apparent, the advantages of office and more than $5 million in campaign funds, Bush finished a distant third, with a slim 19% of the vote. Pat Robertson, the former religious broadcaster who has never held public office, stunned the Republican establishment with 25% of the vote and a second-place finish, emerging as a powerful and potentially disruptive force.
En la imagen: Bob Dole hace campaña en New Hampshire, 1988.
Senator Dole was also leading in the polls of the New Hampshire primary. Some New Hampshire conservatives remained distrustful of Bush. Many had been shocked by Reagan's 1980 selection of Bush as a running mate after he had battled Reagan for the GOP nomination, calling his tax-cutting plans "voodoo economics." Bush was also opposed by The Union Leader, whose criticism was unrelenting, despite his having appeared as featured speaker at a Washington, D.C., tribute to the late William Loeb, the newspaper's longtime publisher. Loeb had called Bush a "wimp." Eight years later, the newspaper had not changed its opinion.
After a failed attempt to convince U.S. Ambassador to the United Nations Jeane Kirkpatrick to seek the nomination, The Union Leader endorsed former Delaware governor and congressman Pierre "Pete" DuPont.
But George Bush had the backing of New Hampshire's governor, the wily Gov. John Sununu. Dole was leading in the polls in New Hampshire, but Bush, meanwhile, had worked hard after his Iowa setback. In one memorable scene, the patrician vice president drove a forklift truck at a Nashua business. The Bush camp responded Dole by running television commercials portraying Dole as a tax raiser. These efforts enabled the Vice President to defeat Dole and gain crucial momentum. Bush won New Hampshire Primary with 59,290 votes to Dole's 44,797. Kemp was a disappointing third at 20,114, slightly ahead of DuPont and Robertson.
"I think if it hadn't been for his false advertising the last three days, we would have beaten him," Dole said on primary night. In a tense notional TV interview, an anchorman asked Dole if he had anything to say to Bush, who was also on camera. "Tell him to stop lying about my record," Dole snapped. But Dole had not helped himself by refusing to sign an anti-tax pledge.
"Thank you, New Hampshire," exclaimed Bush in his election night victory speech, with Gov. Sununu at his side. "I think you just don't like being told what to do," Bush told New Hampshire voters in his victory speech. "I think you listen, judge and then decide to do what's right, and I'll never forget it."
En la imagen: George y Barbara Bush hacen campaña en Illinois, 1988.
Senator Dole's loss in New hampshire Primary slowed his momentum and he was not able to recover. Vice President Bush defeated him again in South Carolina. Once the multiple-state primaries such as Super Tuesday began, Bush's organizational strength and fundraising lead were impossible for the other candidates to match, and the nomination was his.
The 1988 Republican party Convention was held from August 15 to August 18, 1988, in New Orleans, Louisiana. Leading up to the Convention, there was much speculation as to Bush's choice of running mate. The second spot on the ticket was not publicly known before the convention. Bush chose James Danforth "Dan" Quayle, U.S. Senator of Indiana, as his vice-presidential running mate. The revelation of Quayle's selection as running mate did not come until the second day of the convention, when NBC News broke the story. This decision was criticized by many who felt that Quayle did not have enough experience to be President should something happen to Bush.
Many republican politicians were mentioned as Bush's possible running-mate: Governor George Deukmejian (R - California), Representative Jacke Kemp (R - New York), Senator Alan Simpson (R - Wyoming), Senator Bob Dole (R - Kansas), Senator Pete Domenici (R - New Hampshire), Governor Lamar Alexander (R - Tennessee), Senator Nancy Kassebaum (R - Kansas), Governor James Thompson (R - Illinois), Senator William Armstrong (R - Colorado), Attorney General Dick Thronburgh, and Senator Malcolm Wallop (R - Wyoming).
So where did Dan Quayle of Indiana come from?
Dan Quayle came from one of George Bush’s first supporters in the country, somebody who got on Bush’s bandwagon very early when he began running against Ronald Reagan in 1980. That particular individual was Governor Bob Orr of Indiana. It was Bob Orr’s idea that Quayle would make a splendid Vice President. He was young. He was articulate. He was full of life and everything else. This got sold to Bush by Orr, a trusted individual.
A parade of would-be Veeps coming hat in hand would be demeaning, so Bush primarily communicated with the candidates through the relatively inexperienced Robert Kimmitt, who was in charge of the background checks. Kimmitt was under firm instructions to share most of his findings only with Bush. Thus, despite the broad-ranging search for a running mate, the most vital information of all was in the end filtered through a two-man channel.
Bush, who was worried about his party's right wing, had hoped for consensus, but there was none to be found. The week before the convention, Bush asked his top advisers to list their three favorites for Vice President: none of the seven lists agreed. Bob Dole and Jack Kemp, both tested in the primaries, were obvious selections, but within the Bush camp they also inspired impassioned pleas of "anyone but Dole" and "anyone but Kemp." Their political prominence was also a disadvantage; Bush did not seem to want a running mate who had a strong independent record of his own. In contrast, Quayle's career had the virtue of leaving too light an imprint to arouse enemies.
Monday afternoon, just hours after the convention opened, Kimmitt reported to Bush that the background check on Quayle was complete and that nothing very adverse had been found. What remains unclear is why Kimmitt failed to discover the pulling-strings-to-get-into-the-Guard problem. Was it Kimmitt's negligence, Quayle's deceit or just the explosive mixture of an inexperienced questioner and an overly vague Senator? Two Bush insiders complain in almost identical words, "We don't know for sure whether Quayle lied to Kimmitt. That's the bottom line."
Tuesday morning, just before boarding the helicopter to Andrews Air Force Base, Bush told his top advisers that he had made up his mind, but he refused to tell them who it was. The Vice President had decided on Quayle without ever questioning him face to face; Bush had faith in Kimmitt and the process. On the two-hour flight to New Orleans, Bush discussed the timing of the announcement with aides. There were rumbles from New Orleans that both the delegates and the press were growing restive over the now tedious game of "I've got a secret." Bush was particularly concerned about putting the losing contenders out of their misery.
Bush confided first in Ronald Reagan, whispering Quayle's name to the mildly uninterested President when they crossed paths at Louisiana's Belle Chasse Naval Air Station Tuesday morning. Most of the Bush entourage learned of Quayle's selection at the home of the air-base commander. There the decision was made to announce the choice that afternoon, but only if Bush could personally notify all eleven semifinalists in time. He did. The last call was to Quayle, and Bush effusively told him, "You are my choice, my first choice, my only choice."
The 1988 Republican Convention was perhaps best known for Bush's "thousand points of light" speech accepting the nomination. Written by Peggy Noonan, it included the "read my lips: no new taxes" pledge that was the most popular sound bite coming out of the convention. The successful speech gave him a "bounce" that he was able to capitalize on to win the 1988 presidential election. (...)
* Video del discurso completo de George Bush en la Convención Republicana de 1988 (Real Player).
* Video del discurso completo de Dan Quayle en la Convención Republicana de 1988 (Real Player).
En la imagen: los matrimonios Bush y Quayle en la Convención Republicana, Nueva Orleans, 18 de agosto de 1988.
Así, el escándalo de los predicadores fundamentalistas en 1987 fue utilizado para desacreditar la campaña presidencial del pastor Pat Robertson en las filas republicanas, al mismo tiempo que los desastres económicos del último año de la era Reagan (el lunes negro de 1987 en Wall Street) se convertían en arma arrojadiza contra el cada vez más apagado aspirante presidencial Jack Kemp, congresista por Nueva York y portavoz de los suply-siders, considerado durante muchos años como el heredero natural de Reagan.
El aparato del Partido Republicano se preparó de ese modo para elevar a un candidato moderado y vinculado al Congreso, como el Senador Bob Dole, jefe del partido en el Senado, cuyo único opositor serio, el poco atractivo Vicepresidente George Bush, con el vital apoyo de John Sununu en New Hampshire, logró finalmente imponerse en los rounds decisivos de las primarias de marzo con su promesa de no subir los impuestos.
Aunque el Vicepresidente Bush podía contar con importantes apoyos del aparato del Estado, su escasa simpatía de imagen y su limitado calado en las bases más conservadoras (anti-Washington), planteó serias dudas sobre sus posibilidades aunque tuviera ya a finales de 1987 un interminable programa.
Bush buscó la identificación con el legado de Reagan, aunque se distanció de la agresividad de sus políticas al prometer una nación más amable, "kinder, gentler". También quiso reflejar su voluntad por impulsar un cambio generacional en la élite política cuando escogió al joven y desconocido Senador Dan Quayle, de 41 años, como candidato a la Vicepresidencia.
Un auténtico bombazo que hizo que a muchos en el partido se les cortara la respiración cuando vieron a aquel rubio Senador aceptando su nominación con un discurso y un estilo más propio de un vulgar presentador populista de una televisión local. Aquel chico no estaba preparado para el Prime Time de las televisiones nacionales.
Los principales aspirantes republicanos que presentaron su candidatura a la nominación aquel año fueron: el Senador Bob Dole, de Kansas; el ex Gobernador Pete DuPont, de Delaware; el ex Secretario de Estado Alexander Haig; el Congresista Jack Kemp, de Nueva York; el pastor evangélico Pat Robertson; y el Vicepresidente George Bush.
Fuentes: Wikipedia, Union Leader, Policy Counsel y Time
(...)In 1988, after nearly eight years as Vice President, Bush again ran for President. Vice President George H. W. Bush had the support of President Ronald Reagan, and pledged to continue Reagan's policies, but also pledged a "kinder and gentler nation" in an attempt to win over some more moderate voters. Also in the hunt in 1988 was U.S. Sen. Bob Dole, who had competed with Bush and Reagan in the 1980 primary, and who was on the losing 1976 ticket with President Gerald Ford.
Two other conservative hopefuls were in the field: U.S. Rep. Jack Kemp of New York and the Rev. Pat Robertson, a televangelist with a national audience and the beginnings of what would become a potent new political force - the Christian Coalition.
Though considered the early frontrunner for the Republican nomination, Vice President George Bush came in third in the Iowa Caucus, beaten by winner Senator Bob Dole, Senate Minority Leader, and runner-up Pat Robertson.
The flip side of Dole's Iowa victory was Vice President George Bush's defeat. Despite his status as Reagan's heir apparent, the advantages of office and more than $5 million in campaign funds, Bush finished a distant third, with a slim 19% of the vote. Pat Robertson, the former religious broadcaster who has never held public office, stunned the Republican establishment with 25% of the vote and a second-place finish, emerging as a powerful and potentially disruptive force.
En la imagen: Bob Dole hace campaña en New Hampshire, 1988.
Senator Dole was also leading in the polls of the New Hampshire primary. Some New Hampshire conservatives remained distrustful of Bush. Many had been shocked by Reagan's 1980 selection of Bush as a running mate after he had battled Reagan for the GOP nomination, calling his tax-cutting plans "voodoo economics." Bush was also opposed by The Union Leader, whose criticism was unrelenting, despite his having appeared as featured speaker at a Washington, D.C., tribute to the late William Loeb, the newspaper's longtime publisher. Loeb had called Bush a "wimp." Eight years later, the newspaper had not changed its opinion.
After a failed attempt to convince U.S. Ambassador to the United Nations Jeane Kirkpatrick to seek the nomination, The Union Leader endorsed former Delaware governor and congressman Pierre "Pete" DuPont.
But George Bush had the backing of New Hampshire's governor, the wily Gov. John Sununu. Dole was leading in the polls in New Hampshire, but Bush, meanwhile, had worked hard after his Iowa setback. In one memorable scene, the patrician vice president drove a forklift truck at a Nashua business. The Bush camp responded Dole by running television commercials portraying Dole as a tax raiser. These efforts enabled the Vice President to defeat Dole and gain crucial momentum. Bush won New Hampshire Primary with 59,290 votes to Dole's 44,797. Kemp was a disappointing third at 20,114, slightly ahead of DuPont and Robertson.
"I think if it hadn't been for his false advertising the last three days, we would have beaten him," Dole said on primary night. In a tense notional TV interview, an anchorman asked Dole if he had anything to say to Bush, who was also on camera. "Tell him to stop lying about my record," Dole snapped. But Dole had not helped himself by refusing to sign an anti-tax pledge.
"Thank you, New Hampshire," exclaimed Bush in his election night victory speech, with Gov. Sununu at his side. "I think you just don't like being told what to do," Bush told New Hampshire voters in his victory speech. "I think you listen, judge and then decide to do what's right, and I'll never forget it."
En la imagen: George y Barbara Bush hacen campaña en Illinois, 1988.
Senator Dole's loss in New hampshire Primary slowed his momentum and he was not able to recover. Vice President Bush defeated him again in South Carolina. Once the multiple-state primaries such as Super Tuesday began, Bush's organizational strength and fundraising lead were impossible for the other candidates to match, and the nomination was his.
The 1988 Republican party Convention was held from August 15 to August 18, 1988, in New Orleans, Louisiana. Leading up to the Convention, there was much speculation as to Bush's choice of running mate. The second spot on the ticket was not publicly known before the convention. Bush chose James Danforth "Dan" Quayle, U.S. Senator of Indiana, as his vice-presidential running mate. The revelation of Quayle's selection as running mate did not come until the second day of the convention, when NBC News broke the story. This decision was criticized by many who felt that Quayle did not have enough experience to be President should something happen to Bush.
Many republican politicians were mentioned as Bush's possible running-mate: Governor George Deukmejian (R - California), Representative Jacke Kemp (R - New York), Senator Alan Simpson (R - Wyoming), Senator Bob Dole (R - Kansas), Senator Pete Domenici (R - New Hampshire), Governor Lamar Alexander (R - Tennessee), Senator Nancy Kassebaum (R - Kansas), Governor James Thompson (R - Illinois), Senator William Armstrong (R - Colorado), Attorney General Dick Thronburgh, and Senator Malcolm Wallop (R - Wyoming).
So where did Dan Quayle of Indiana come from?
Dan Quayle came from one of George Bush’s first supporters in the country, somebody who got on Bush’s bandwagon very early when he began running against Ronald Reagan in 1980. That particular individual was Governor Bob Orr of Indiana. It was Bob Orr’s idea that Quayle would make a splendid Vice President. He was young. He was articulate. He was full of life and everything else. This got sold to Bush by Orr, a trusted individual.
A parade of would-be Veeps coming hat in hand would be demeaning, so Bush primarily communicated with the candidates through the relatively inexperienced Robert Kimmitt, who was in charge of the background checks. Kimmitt was under firm instructions to share most of his findings only with Bush. Thus, despite the broad-ranging search for a running mate, the most vital information of all was in the end filtered through a two-man channel.
Bush, who was worried about his party's right wing, had hoped for consensus, but there was none to be found. The week before the convention, Bush asked his top advisers to list their three favorites for Vice President: none of the seven lists agreed. Bob Dole and Jack Kemp, both tested in the primaries, were obvious selections, but within the Bush camp they also inspired impassioned pleas of "anyone but Dole" and "anyone but Kemp." Their political prominence was also a disadvantage; Bush did not seem to want a running mate who had a strong independent record of his own. In contrast, Quayle's career had the virtue of leaving too light an imprint to arouse enemies.
Monday afternoon, just hours after the convention opened, Kimmitt reported to Bush that the background check on Quayle was complete and that nothing very adverse had been found. What remains unclear is why Kimmitt failed to discover the pulling-strings-to-get-into-the-Guard problem. Was it Kimmitt's negligence, Quayle's deceit or just the explosive mixture of an inexperienced questioner and an overly vague Senator? Two Bush insiders complain in almost identical words, "We don't know for sure whether Quayle lied to Kimmitt. That's the bottom line."
Tuesday morning, just before boarding the helicopter to Andrews Air Force Base, Bush told his top advisers that he had made up his mind, but he refused to tell them who it was. The Vice President had decided on Quayle without ever questioning him face to face; Bush had faith in Kimmitt and the process. On the two-hour flight to New Orleans, Bush discussed the timing of the announcement with aides. There were rumbles from New Orleans that both the delegates and the press were growing restive over the now tedious game of "I've got a secret." Bush was particularly concerned about putting the losing contenders out of their misery.
Bush confided first in Ronald Reagan, whispering Quayle's name to the mildly uninterested President when they crossed paths at Louisiana's Belle Chasse Naval Air Station Tuesday morning. Most of the Bush entourage learned of Quayle's selection at the home of the air-base commander. There the decision was made to announce the choice that afternoon, but only if Bush could personally notify all eleven semifinalists in time. He did. The last call was to Quayle, and Bush effusively told him, "You are my choice, my first choice, my only choice."
The 1988 Republican Convention was perhaps best known for Bush's "thousand points of light" speech accepting the nomination. Written by Peggy Noonan, it included the "read my lips: no new taxes" pledge that was the most popular sound bite coming out of the convention. The successful speech gave him a "bounce" that he was able to capitalize on to win the 1988 presidential election. (...)
* Video del discurso completo de George Bush en la Convención Republicana de 1988 (Real Player).
* Video del discurso completo de Dan Quayle en la Convención Republicana de 1988 (Real Player).
En la imagen: los matrimonios Bush y Quayle en la Convención Republicana, Nueva Orleans, 18 de agosto de 1988.
R. Milhous Giuliani
Mike Gerson, el antiguo redactor de discursos del Presidente Bush, compara a Rudy Giuliani con Richard Nixon en su último artículo en el Washington Post. El ex Alcalde ha sido capaz de mantenerse siete meses como front-runner gracias a que ha sabido tomar la iniciativa en una especie de guerra cultural, sin ser un conservador social. Utilizando la defensa de los valores patrióticos tradicionales de América como nación frente a aquellos que los desprecian, y defendiendo aquello que es lo correcto en el imaginario conservador, sin ser verdades que se apoyen en la autoridad de Dios... la lucha contra el crimen, la pena de muerte, la guerra contra el terrorismo, la oposición a los privilegios de las minorías, etc.
(...) In his elections, Nixon appealed to conservatives and the country as a culture warrior who was not a moral or religious conservative. "Permissiveness," he told key aides, "is the key theme," and Nixon pressed that theme against hippie protesters, tenured radicals and liberals who bad-mouthed America. This kind of secular, tough-on-crime, tough-on-communism conservatism gathered a "silent majority" that loved Nixon for the enemies he made.
By this standard, Giuliani is a Nixon Republican. He is perhaps the most publicly secular major candidate of either party -- his conflicts with Roman Catholic teaching make him more reticent on religion than either Hillary Clinton or Barack Obama. But as a prosecutor and mayor of New York, he won conservative respect for making all the right enemies: the ACLU, advocates of blasphemous art, purveyors of racial politics, Islamist mass murderers, mob bosses and the New York Times editorial page. (...)
(...) In his elections, Nixon appealed to conservatives and the country as a culture warrior who was not a moral or religious conservative. "Permissiveness," he told key aides, "is the key theme," and Nixon pressed that theme against hippie protesters, tenured radicals and liberals who bad-mouthed America. This kind of secular, tough-on-crime, tough-on-communism conservatism gathered a "silent majority" that loved Nixon for the enemies he made.
By this standard, Giuliani is a Nixon Republican. He is perhaps the most publicly secular major candidate of either party -- his conflicts with Roman Catholic teaching make him more reticent on religion than either Hillary Clinton or Barack Obama. But as a prosecutor and mayor of New York, he won conservative respect for making all the right enemies: the ACLU, advocates of blasphemous art, purveyors of racial politics, Islamist mass murderers, mob bosses and the New York Times editorial page. (...)
martes, 17 de julio de 2007
El papel de la Convención
Hace un rato he estado hablando con mi amigo Johnny Bañadores sobre el papel de las convenciones partidistas en el proceso electoral. A veces suele resultar difícil de entender la puesta en escena de estos grandes eventos debido que en los últimos tiempos han perdido gran parte de los atractivos ingredientes que eran su razón de ser. Recuerdo que Paul Laxalt describió la Convención Republicana de 1976 como un "Superbowl de la política". Aquella descripción era muy adecuada aquel año cuando en Kansas City se jugó un auténtico partido con ganadores, perdedores y complicados equilibrios tácticos.
Para los que no entiendan bien el sistema, decir que oficialmente la Convención sigue siendo la culminación del proceso de nominación. Las elecciones primarias son la primera fase del proceso, en ellas se eligen los delegados de cada partido por los diversos estados. Delegados o compromisarios que adquieren un compromiso con un candidato. En realidad en las primarias no se elige directamente un candidato. Se elige a los compromisarios que representarán a ese estado en la convención nacional de cada partido. Que pueden ser de un candidato o de otro. Esos compromisarios designan al candidato oficial del partido en la Convención. Los aspirantes, cuando luchan en las priamrias, están luchando porque los electores escojan a sus compromisarios, y no los del rival, para representar a ese estado en la Convención del partido.
Hasta 1976, con aquel cuerpo a cuerpo entre Ronald Reagan y Gerald Ford, la convenciones cumplían una finalidad política, servían como punto de encuentro y de tensión, tenían a los americanos en suspense. Ahora son poco menos que un montaje de cartón piedra y efectos especiales. Al ritmo que el proceso de primarias se ha ido reduciendo en el tiempo, celebrándose cada vez más primarias en un mismo día, las convenciones se han convertido en actos un tanto anacrónicos.
Hoy en día para el mes de marzo ya hay candidatos oficiales alrededor de los cuales se busca la unidad del partido. Para los meses de julio y agosto, cuando se celebran las convenciones, ya hay poco que debatir a nivel interno en cada uno de los partidos. Ya hace meses que las desavenencias internas han sido enfrentadas y los aspirantes perdedores han terminado apoyando al nominado. Cuando arranca la Convención, ya se sabe quién será el nominado con total certeza desde muchos meses atrás.
Por ello, las convenciones hoy en día han ido modificando su función. Por un lado, son vistas como una gran fiesta que se presenta como una forma de recompensar a toda esa gente de base que está trabajando muy duro por llevar a su candidato a la Casa Blanca, y que necesitan energías renovadas para la la recta final de la campaña.
Otro de los protagonistas es el dólar. Los dólares caen del cielo. Fuera del recinto de convenciones, compañías como Microsoft, Boeing, Chrysler o General Motors, llegan a ofrecer cada uno hasta media docena de recepciones de honor a influyentes miembros del partido en los 3 días que dura el evento, y aprovechan para presentar al público sus nuevos modelos de todoterrenos o sistemas. Otras compañías ofrecen a los delegados un paseo patrocinado por los lugares representativos de la ciudad, etc.
Pero la función primordial es la representación de unidad alrededor del candidato. Fabricar su imagen ante el público en 3 días en los que recibirá mucha mayor cobertura mediática que en cualquier otra etapa de la campaña. Siendo el momento cumbre la última noche, cuando el candidato ofrece su discurso de aceptación de la nominación, televisado en directo y en abierto para toda la nación en horario de Prime Time. Apenas 40 minutos de intervención que pueden condicionar por completo la viabilidad de su candidatura.
Históricamente han abundado los vuelcos en los sondeos de opinión en los días post-convención. Sin ir más lejos, un buen ejemplo lo tenemos en la Convención Republicana de 2004. El demócrata Kerry llevó la delantera en los sondeos desde febrero hasta agosto de 2004 de manera casi ininterrumpida. Pero todo se acabó tras la reunión de los republicanos en Nueva York. La Convención mejor organizada de la historia, además de un emotivo discurso, colocó al Presidente Bush de la noche a la mañana 11 puntos por encima de su rival demócrata. Allí vimos la eficacia de un buen montaje televisado.
Karl Rove, contrariamente a lo que es habitual, hizo desaparecer de las manos de delegados y público todas las pancartas personalizadas con el nombre de Bush. Hizo repartir pancartas con las siglas USA o mensajes del tipo "A Nation of Courage". Símbolos y temas que hicieran al espectador identificarse con lo que estaba viendo, independientemente de que fuera o no republicano. El resultado ya es conocido. Los espectadores no vieron al candidato republicano hablar ante sus delegados. Vieron al Comandante en Jefe hablar ante americanos.
En el video: entrada de George W. Bush en la Convención Republicana de 2004.
Para los que no entiendan bien el sistema, decir que oficialmente la Convención sigue siendo la culminación del proceso de nominación. Las elecciones primarias son la primera fase del proceso, en ellas se eligen los delegados de cada partido por los diversos estados. Delegados o compromisarios que adquieren un compromiso con un candidato. En realidad en las primarias no se elige directamente un candidato. Se elige a los compromisarios que representarán a ese estado en la convención nacional de cada partido. Que pueden ser de un candidato o de otro. Esos compromisarios designan al candidato oficial del partido en la Convención. Los aspirantes, cuando luchan en las priamrias, están luchando porque los electores escojan a sus compromisarios, y no los del rival, para representar a ese estado en la Convención del partido.
Hasta 1976, con aquel cuerpo a cuerpo entre Ronald Reagan y Gerald Ford, la convenciones cumplían una finalidad política, servían como punto de encuentro y de tensión, tenían a los americanos en suspense. Ahora son poco menos que un montaje de cartón piedra y efectos especiales. Al ritmo que el proceso de primarias se ha ido reduciendo en el tiempo, celebrándose cada vez más primarias en un mismo día, las convenciones se han convertido en actos un tanto anacrónicos.
Hoy en día para el mes de marzo ya hay candidatos oficiales alrededor de los cuales se busca la unidad del partido. Para los meses de julio y agosto, cuando se celebran las convenciones, ya hay poco que debatir a nivel interno en cada uno de los partidos. Ya hace meses que las desavenencias internas han sido enfrentadas y los aspirantes perdedores han terminado apoyando al nominado. Cuando arranca la Convención, ya se sabe quién será el nominado con total certeza desde muchos meses atrás.
Por ello, las convenciones hoy en día han ido modificando su función. Por un lado, son vistas como una gran fiesta que se presenta como una forma de recompensar a toda esa gente de base que está trabajando muy duro por llevar a su candidato a la Casa Blanca, y que necesitan energías renovadas para la la recta final de la campaña.
Otro de los protagonistas es el dólar. Los dólares caen del cielo. Fuera del recinto de convenciones, compañías como Microsoft, Boeing, Chrysler o General Motors, llegan a ofrecer cada uno hasta media docena de recepciones de honor a influyentes miembros del partido en los 3 días que dura el evento, y aprovechan para presentar al público sus nuevos modelos de todoterrenos o sistemas. Otras compañías ofrecen a los delegados un paseo patrocinado por los lugares representativos de la ciudad, etc.
Pero la función primordial es la representación de unidad alrededor del candidato. Fabricar su imagen ante el público en 3 días en los que recibirá mucha mayor cobertura mediática que en cualquier otra etapa de la campaña. Siendo el momento cumbre la última noche, cuando el candidato ofrece su discurso de aceptación de la nominación, televisado en directo y en abierto para toda la nación en horario de Prime Time. Apenas 40 minutos de intervención que pueden condicionar por completo la viabilidad de su candidatura.
Históricamente han abundado los vuelcos en los sondeos de opinión en los días post-convención. Sin ir más lejos, un buen ejemplo lo tenemos en la Convención Republicana de 2004. El demócrata Kerry llevó la delantera en los sondeos desde febrero hasta agosto de 2004 de manera casi ininterrumpida. Pero todo se acabó tras la reunión de los republicanos en Nueva York. La Convención mejor organizada de la historia, además de un emotivo discurso, colocó al Presidente Bush de la noche a la mañana 11 puntos por encima de su rival demócrata. Allí vimos la eficacia de un buen montaje televisado.
Karl Rove, contrariamente a lo que es habitual, hizo desaparecer de las manos de delegados y público todas las pancartas personalizadas con el nombre de Bush. Hizo repartir pancartas con las siglas USA o mensajes del tipo "A Nation of Courage". Símbolos y temas que hicieran al espectador identificarse con lo que estaba viendo, independientemente de que fuera o no republicano. El resultado ya es conocido. Los espectadores no vieron al candidato republicano hablar ante sus delegados. Vieron al Comandante en Jefe hablar ante americanos.
En el video: entrada de George W. Bush en la Convención Republicana de 2004.
El dinero de las estrellas
La CNN ha hecho un listado de las estrellas de cine que aparecen en los reportes de la 'Federal Election Commission' como contribuyentes de diferentes candidatos presidenciales. Como podéis imaginar, han sido pocos los osados que se han atrevido a contribuir a candidatos republicanos. Hillary y Obama se disputan el favoritismo de estos "intelectuales" de irrefrenables "inquietudes políticas".
(...) HILLARY CLINTON (D)
* Ruby Dee, actress: $250
* Danny DeVito, actor: $2,300
* Fran Drescher, TV’s “The Nanny”: $2,300
* Joely Fisher, actress $4,600
* Tom Hanks, actor: $2,300
* Ed Helms, actor, “Andy Bernard” in NBC’s “The Office”: $250
* Sharon Lawrence, “NYPD Blue” co-star: $1,000
* Tobey Maguire, actor $4,600
* Marla Maples, actress: $1,000
* Paul Newman, actor: $4,600
* Rhea Perlman, actress $2,300
* Pauly Shore, actor $1,000
* Ben Stiller, actor $6,900 ($4,600 is the legal limit)
* George Takei, actor $1,000
* Lily Tomlin, actress $2,000
* Rita Wilson, actress $2,300
* Joanne Woodward, actress $4,600
BARACK OBAMA (D)
* Adam Arkin, actor $250
* Paul Dooley, actor $2,300
* Jodie Foster, actress $1,000
* Jamie Foxx, actor $2,300
* Martha Hackett, “Star Trek” actress $2,300
* Bruce Hornsby, singer $2,300
* Anna Horsford, “Amen” actress $500
* Cedric “The Entertainer” Kyles, actor $2,500
* Eriq La Salle, actor $500
* Paul Newman, actor $4,600
* Tom Skerritt, actor $1,000
* Jean Smart, actress $4,600
* Jada Smith, actress $4,600
* Will Smith, actor $4,600
* David Sutcliffe, “Gilmore Girls” Actor $1,250
* Isaiah Washington, former “Grey’s Anatomy” Actor $2,300
* Joanne Woodward, Actress $4,600 (...)
(...) HILLARY CLINTON (D)
* Ruby Dee, actress: $250
* Danny DeVito, actor: $2,300
* Fran Drescher, TV’s “The Nanny”: $2,300
* Joely Fisher, actress $4,600
* Tom Hanks, actor: $2,300
* Ed Helms, actor, “Andy Bernard” in NBC’s “The Office”: $250
* Sharon Lawrence, “NYPD Blue” co-star: $1,000
* Tobey Maguire, actor $4,600
* Marla Maples, actress: $1,000
* Paul Newman, actor: $4,600
* Rhea Perlman, actress $2,300
* Pauly Shore, actor $1,000
* Ben Stiller, actor $6,900 ($4,600 is the legal limit)
* George Takei, actor $1,000
* Lily Tomlin, actress $2,000
* Rita Wilson, actress $2,300
* Joanne Woodward, actress $4,600
BARACK OBAMA (D)
* Adam Arkin, actor $250
* Paul Dooley, actor $2,300
* Jodie Foster, actress $1,000
* Jamie Foxx, actor $2,300
* Martha Hackett, “Star Trek” actress $2,300
* Bruce Hornsby, singer $2,300
* Anna Horsford, “Amen” actress $500
* Cedric “The Entertainer” Kyles, actor $2,500
* Eriq La Salle, actor $500
* Paul Newman, actor $4,600
* Tom Skerritt, actor $1,000
* Jean Smart, actress $4,600
* Jada Smith, actress $4,600
* Will Smith, actor $4,600
* David Sutcliffe, “Gilmore Girls” Actor $1,250
* Isaiah Washington, former “Grey’s Anatomy” Actor $2,300
* Joanne Woodward, Actress $4,600 (...)
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"Ocean"
La campaña de Mitt Romney ha lanzado su séptimo anuncio televisivo. Se titula Ocean y será emitido en Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur. Está claramente dirigido a lo que se conoce como "values voters". Aquellos votantes que deciden su voto en función de lo que el candidato ofrece en el terreno de los valores tradicionales como la familia.
El video está inspirado en la famosa frase de la redactora de los discursos de Ronald Reagan, Peggy Noonan, comparando la actual sociedad con un oceano. Vemos la inquietante imagen de un oceano amenazante mientras escuchamos las palabras de Romney en un discurso que emitió poco después del tiroteo en el Virginia Tech. Según avanza su mensaje, el optimismo se apodera de las imágenes, vemos un agua cada vez más limpia y a un niño feliz jugando en la playa.
Yo valoraría muy positivamente el video. Romney está sacándole un buen partido al talento de Alex Castellanos, uno de los mejores estrategas mediáticos de USA, ahora integrado en su equipo electoral. El ex Gobernador sabe a qué tipo de votante pretende llegar con este mensaje. Al votante que le permita marcar diferencias en la interna republicana. Puede tener muy buena acogida en Carolina del Sur, donde el candidato está aún muy necesitado de darse a conocer, y donde ningún otro se ha aventurado aún a emitir publicidad.
El video está inspirado en la famosa frase de la redactora de los discursos de Ronald Reagan, Peggy Noonan, comparando la actual sociedad con un oceano. Vemos la inquietante imagen de un oceano amenazante mientras escuchamos las palabras de Romney en un discurso que emitió poco después del tiroteo en el Virginia Tech. Según avanza su mensaje, el optimismo se apodera de las imágenes, vemos un agua cada vez más limpia y a un niño feliz jugando en la playa.
Yo valoraría muy positivamente el video. Romney está sacándole un buen partido al talento de Alex Castellanos, uno de los mejores estrategas mediáticos de USA, ahora integrado en su equipo electoral. El ex Gobernador sabe a qué tipo de votante pretende llegar con este mensaje. Al votante que le permita marcar diferencias en la interna republicana. Puede tener muy buena acogida en Carolina del Sur, donde el candidato está aún muy necesitado de darse a conocer, y donde ningún otro se ha aventurado aún a emitir publicidad.
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lunes, 16 de julio de 2007
Nuevas encuestas en New Hampshire y Georgia
Pocas sorpresas en New Hampshire esta semana. Según una encuesta para el Concord Monitor, Hillary Clinton y Mitt Romney se mantienen en cabeza sobre sus respectivos rivales de partido. Hillary con una ventaja de 8 puntos sobre Obama y Romney con una ventaja de 7 puntos sobre Giuliani. Las cifras son similares a las que se han venido observando desde hace ya más de un mes en el estado de granito y parecen haberse estabilizado.
En Georgia, estado que albergará una de las primeras elecciones primarias que tendrán lugar en el Sur, Hillary Clinton es la clara favorita entre los demócratas. Logra el mismo margen que en New Hampshire respecto a su perseguidor Obama. Esta primaria tiene un valor sentimental importante para los Clinton, ya que fue la primera que ganó Bill en su carrera presidencial de 1992. La que le abrió el camino de la victoria.
Entre los republicanos, Fred Thompson aparece en cabeza en Georgia, con una gran ventaja de 14 puntos sobre Rudy Giuliani. Thompson cuenta aquí con la ventaja de ser el único sureño entre los front-runners del GOP. Y parece que se aprovecha de esa ventaja, tanto en Carolina del Sur como en Georgia o incluso en Florida. Algo que no logra John Edwards entre los demócratas, disputándose la nominación con un negro de Illinois y una mujer de Nueva York.
En Georgia, estado que albergará una de las primeras elecciones primarias que tendrán lugar en el Sur, Hillary Clinton es la clara favorita entre los demócratas. Logra el mismo margen que en New Hampshire respecto a su perseguidor Obama. Esta primaria tiene un valor sentimental importante para los Clinton, ya que fue la primera que ganó Bill en su carrera presidencial de 1992. La que le abrió el camino de la victoria.
Entre los republicanos, Fred Thompson aparece en cabeza en Georgia, con una gran ventaja de 14 puntos sobre Rudy Giuliani. Thompson cuenta aquí con la ventaja de ser el único sureño entre los front-runners del GOP. Y parece que se aprovecha de esa ventaja, tanto en Carolina del Sur como en Georgia o incluso en Florida. Algo que no logra John Edwards entre los demócratas, disputándose la nominación con un negro de Illinois y una mujer de Nueva York.
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sábado, 14 de julio de 2007
Hillary y Edwards pillados in fraganti
Después de un foro demócrata organizado por la NAACP en Detroit, los candidatos Hillary Clinton y John Edwards fueron captados sin saberlo por los micrófonos de la Fox mientras hablaban de la necesidad de restringir la participación en foros y debates a algunos de sus colegas demócratas.
Edwards se acerca a Hillary y le comenta que "deberíamos tener un grupo más serio y limitado”, a lo que la Senadora responde "hay que reducir el número" porque considera que "no es serio" que haya tantos participantes. Johnny no quiere que los freakys le coman el mensaje por la izquierda.
Edwards se acerca a Hillary y le comenta que "deberíamos tener un grupo más serio y limitado”, a lo que la Senadora responde "hay que reducir el número" porque considera que "no es serio" que haya tantos participantes. Johnny no quiere que los freakys le coman el mensaje por la izquierda.
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McCain sigue perdiendo personal
McCain Loses 2 Veteran Iowa Strategists
(...) John McCain's campaign is losing two veteran Republican strategists in Iowa and will report a seven-figure debt for the second quarter in a row, back-to-back blows to a presidential bid still reeling from a major staff shake-up earlier this week.
Ed Failor Jr., said Thursday that he and Karen Slifka plan to notify McCain by letter of their decisions to leave. Both are GOP operatives with deep ties in Iowa, which holds the first-in-the-nation caucuses, and national politics.
"As much as I like Senator McCain, it's not a team I'm willing to stay involved with any longer," Failor said. (...)
(...) John McCain's campaign is losing two veteran Republican strategists in Iowa and will report a seven-figure debt for the second quarter in a row, back-to-back blows to a presidential bid still reeling from a major staff shake-up earlier this week.
Ed Failor Jr., said Thursday that he and Karen Slifka plan to notify McCain by letter of their decisions to leave. Both are GOP operatives with deep ties in Iowa, which holds the first-in-the-nation caucuses, and national politics.
"As much as I like Senator McCain, it's not a team I'm willing to stay involved with any longer," Failor said. (...)
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jueves, 12 de julio de 2007
miércoles, 11 de julio de 2007
1968 GOP Presidential Primary
En las primarias republicanas de 1968 tenemos una de las más sorprendentes y ejemplares historias de superación que ha presenciado la política en las últimas décadas. La resurrección del hasta entonces "eterno perdedor" Richard Nixon para convertirse en uno de los más destacados estadistas del Siglo XX.
A los votantes nunca les gustó Dick Nixon. Un hombre tímido, de una personalidad insegura y atormentada que le hacía parecer moralmente dudoso y falto de principios ante el público. Muchos lo aborrecían pero nadie ponía en cuestión su talento político, ni su experiencia y preparación para asumir la Presidencia. Cada campaña de Nixon desencadenaba percepciones contradictorias entre los electores. Debemos entender su ascenso en 1968 como un voto de censura del pueblo a un Partido Demócrata dividido y alejado de la realidad.
Por fin Nixon encontró la manera de destacar en campaña sus cualidades presidenciables por encima de los sentimentos generales que su personalidad pudiera desatar. Pero el gran factor que lo llevó a cosneguir la nominación y después la Presidencia, fue su capacidad de sobrevivir, de perdurar. Aquel año también asistimos a la sorprendente selección de Spiro Agnew como candidato a la Vicepresidencia. Una selección inesperada que resultó muy acertada en el corto plazo, pero que se convirtió en una pesada carga con el paso del tiempo.
Los más destacados candidatos que optaron a la nominación republicana fueron: el Senador Clifford Case, de New Jersey; el ex Vicepresidente Richard Nixon; el Gobernador Ronald Reagan, de California; el Gobernador Jim Rhodes, de Ohio; el Gobernador Nelson Rockefeller, de Nueva York; el Gobernador George Romney, de Michigan; y el ex Gobernador Harold Stassen, de Minnesota.
Fuentes: Wikipedia, Union Leader y Time.
(...) Tired in Los Angeles and seeking a fresh start after the 1962 gubernatorial debacle, Nixon moved to New York City, where he became a senior partner in the leading law firm Nixon, Mudge, Rose, Guthrie & Alexander. During the 1966 Congressional elections, he stumped the country in support of Republican candidates, rebuilding his base in the party and preparing his remarkable political comeback. He was the front-runner for the Republican nomination in 1968, and to a great extent the story of the Republican primary campaign and nomination is the story of one Nixon opponent entering the race and then dropping out.
Polling done for Nixon in 1967 told him that while the voters sampled considered the former vice president experienced, intelligent and able to deal with foreign policy matters and leaders, he was also perceived as a loser always running for the Presidency but unable to achieve it, someone similar to Harold Stassen.
Nixon had not won a general election in his own right since 1950, when he defeated Helen Gahagan Douglas for a United States Senate seat in California. Nixon had to overcome not only his loss to John Kennedy in 1960, but also his humiliating defeat by Edmund G. "Pat" Brown for the governorship of the Golden State in 1962.
Nixon's first challenger was Michigan Governor George W. Romney. A Gallup poll in mid-1967 showed Nixon with 39%, followed by Romney with 25%. However, in a slip of the tongue, Romney told a news reporter that he had been "brainwashed" by the military and the diplomatic corps into supporting the Vietnam War; the remark led to weeks of ridicule in the national news media. As the year 1968 opened, Romney was opposed to further American intervention in Vietnam and had decided to run as the Republican version of Eugene McCarthy (New York Times 2/18/1968).
George Romney was advised not to challenge Nixon in New Hampshire, and instead await the Wisconsin primary on April 2. It was believed by some advisers that the conservative nature of New Hampshire's Republicans and Nixon's popularity among its leaders and rank-and-file were too strong for Romney to overcome, and he should begin his quest for the nomination in a state closer in both ideology and geography. Although Romney's campaign was technically proficient, had adequate funding, operated hundreds of home headquarters in operation and mounted an elaborate media blitz, it never caught on. Romney's support faded slowly, and he withdrew from the race on February 28, 1968. (New York Times 2/29/1968).
Nixon won a resounding victory in the important New Hampshire primary on March 12, winning 78% of the vote. Antiwar Republicans wrote in the name of New York Governor Nelson Rockefeller, the leader of the GOP's liberal wing, who received 11% of the vote and became Nixon's new challenger. Nixon led Rockefeller in the polls throughout the primary campaign. Rockefeller defeated Nixon in the Massachusetts primary on April 30 but otherwise fared poorly in the state primaries and conventions. Nelson Rockefeller, while a strong and attractive candidate in many ways, never fully understood the differences between the politics of nomination and the politics of election.
En la imagen: Nelson Rockefeller, George Romney y Ronald Reagan, 1968.
By early spring, California Governor Ronald Reagan, the moral leader of the GOP's conservative wing, had become Nixon's chief rival. In the Nebraska primary on May 14, Nixon won with 70% of the vote to 21% for Reagan and 5% for Rockefeller. While this was a wide margin for Nixon, Reagan remained Nixon's leading challenger. Nixon won the next primary of importance, Oregon, on May 15 with 65% of the vote and won all the following primaries except for California (June 4), where only Reagan appeared on the ballot. Reagan's margin in California gave him a plurality of the nationwide primary vote, but when the Republican National Convention assembled, Nixon had 656 delegates according to a UPI poll (with 667 needed for the nomination).
Logistical plans for the 1968 Republican National Convention were already being made by Nixon in Miami Beach, Florida. Nixon established a virtual colony in Miami Beach populated by 500 staffers and roughly 1,000 volunteers. An elaborate telephone and radio communications system was created. Besides command posts in Nixon's hotel and in a trailer outside Convention Hall, branch operations were maintained in 35 hotels housing delegates. Nixon had assembled a talented crew of old and new aides from in and out of politics and from varying ideological backgrounds.
En la imagen: Richard Nixon en campaña, 1968
During the three convention days leading up to the balloting, the main maneuvering centered on three elements: 1) a handful of uncommitted delegations, of which Maryland, Ohio, Michigan, New Jersey and Pennsylvania were the most important; 2) the South, which was largely in Nixon's camp already but vulnerable to Reagan; and 3) Nixon's choice of a running mate. Reagan and Rockefeller planned to unite their forces in a stop-Nixon movement, but the strategy fell apart when neither man agreed to support the other for the nomination. Rumors that Nixon was going to pick a liberal as a running mate were everywhere. When a Miami paper printed a front-page story that it would be Oregon Senator Mark Hatfield, Rockefeller's and Reagan's men distributed 3,000 copies on the convention floor to make sure that no one missed the point.
Nixon backers denied the report, but the most effective disclaimer came from Nixon in private meetings with Southerners. "I won't do anything that would hurt development of the two-party system in the South," Nixon told them. "I won't take anybody that I have to shove down the throats of any section of the country." Thus such Nixon loyalists as Party Chairman Harry Dent of South Carolina were able to tell skeptics on the floor: "I've got it written in blood."
Nixon was also artfully placating Southerners on certain sensitive issues. The Miami Herald managed to get a tape recorder into one of the private sessions. In the transcript it printed later, which Nixon's spokesmen did not knock down, he explained his public support of this year's open-housing civil rights bill as a matter of political tactics rather than conviction. "I felt then and I feel now," said the transcript, "that conditions are different in different parts of the country." But he wanted the issue "out of sight" so as not to divide the party and risk a platform fight. The Southerners also remembered Nixon's criticism of Johnson's Supreme Court appointments. While Nixon did not quarrel with Abe Fortas' designation on personal grounds, the Southerners who did looked kindly on Nixon's position.
Vote projections by the networks and the wire services bounced about a bit between Monday and Wednesday, while Rockefeller men insisted on talking about the "erosion" of Nixon's strength. The most accurate count, as it turned out, was by the Nixon organization, which earlier had talked about 700 and privately refined its calculations to 702. Needed to be nominated: 667. As the nominating speech droned on, Nixon visited his command trailer outside the hall and got word that a first- ballot victory was assured. As the roll call progressed, it was obvious that Nixon was faring exactly as he had expected. He won the nomination on the first ballot.
En la imagen: Richard Nixon y Spiro Agnew en la portada de Time.
With scarcely time out for a round of congratulations, the candidate plunged into a round robin of meetings with advisers, aides and party leaders about the vice-presidential nomination. New York Mayor John Lindsay, probably the most discussed possibility up to that point, was dismissed early as too unpopular among conservatives. John Gardner was briefly mentioned, soon dropped. Among others considered were Reagan and Texas Senator John Tower, both of whom would have antagonized liberals. Hatfield, Romney and Keynoter Dan Evans were mentioned, then Tennessee Senator Howard Baker.
The possibilities had been reduced to five: Senator Charles Percy of Illinois; Lieutenant Governor Robert Finch of California, a longtime Nixon friend and associate; Congressman Rogers Morton of Maryland; Governor John Volpe of Massachusetts ("It might be nice," Nixon observed, "to have an Italian Catholic on the ticket"); and, of course, Governor Spiro Agnew of Maryland.
It was past noon when Nixon ended the talks by observing: "Well, I think the meeting has accomplished about all that it can accomplish." Morton put in a call to Agnew. "Are you sitting down?" Morton inquired. Nixon got on the phone and broke the news. "I'm overwhelmed," said Agnew, whose stoic expression rarely admits of such a condition. (...)
A los votantes nunca les gustó Dick Nixon. Un hombre tímido, de una personalidad insegura y atormentada que le hacía parecer moralmente dudoso y falto de principios ante el público. Muchos lo aborrecían pero nadie ponía en cuestión su talento político, ni su experiencia y preparación para asumir la Presidencia. Cada campaña de Nixon desencadenaba percepciones contradictorias entre los electores. Debemos entender su ascenso en 1968 como un voto de censura del pueblo a un Partido Demócrata dividido y alejado de la realidad.
Por fin Nixon encontró la manera de destacar en campaña sus cualidades presidenciables por encima de los sentimentos generales que su personalidad pudiera desatar. Pero el gran factor que lo llevó a cosneguir la nominación y después la Presidencia, fue su capacidad de sobrevivir, de perdurar. Aquel año también asistimos a la sorprendente selección de Spiro Agnew como candidato a la Vicepresidencia. Una selección inesperada que resultó muy acertada en el corto plazo, pero que se convirtió en una pesada carga con el paso del tiempo.
Los más destacados candidatos que optaron a la nominación republicana fueron: el Senador Clifford Case, de New Jersey; el ex Vicepresidente Richard Nixon; el Gobernador Ronald Reagan, de California; el Gobernador Jim Rhodes, de Ohio; el Gobernador Nelson Rockefeller, de Nueva York; el Gobernador George Romney, de Michigan; y el ex Gobernador Harold Stassen, de Minnesota.
Fuentes: Wikipedia, Union Leader y Time.
(...) Tired in Los Angeles and seeking a fresh start after the 1962 gubernatorial debacle, Nixon moved to New York City, where he became a senior partner in the leading law firm Nixon, Mudge, Rose, Guthrie & Alexander. During the 1966 Congressional elections, he stumped the country in support of Republican candidates, rebuilding his base in the party and preparing his remarkable political comeback. He was the front-runner for the Republican nomination in 1968, and to a great extent the story of the Republican primary campaign and nomination is the story of one Nixon opponent entering the race and then dropping out.
Polling done for Nixon in 1967 told him that while the voters sampled considered the former vice president experienced, intelligent and able to deal with foreign policy matters and leaders, he was also perceived as a loser always running for the Presidency but unable to achieve it, someone similar to Harold Stassen.
Nixon had not won a general election in his own right since 1950, when he defeated Helen Gahagan Douglas for a United States Senate seat in California. Nixon had to overcome not only his loss to John Kennedy in 1960, but also his humiliating defeat by Edmund G. "Pat" Brown for the governorship of the Golden State in 1962.
Nixon's first challenger was Michigan Governor George W. Romney. A Gallup poll in mid-1967 showed Nixon with 39%, followed by Romney with 25%. However, in a slip of the tongue, Romney told a news reporter that he had been "brainwashed" by the military and the diplomatic corps into supporting the Vietnam War; the remark led to weeks of ridicule in the national news media. As the year 1968 opened, Romney was opposed to further American intervention in Vietnam and had decided to run as the Republican version of Eugene McCarthy (New York Times 2/18/1968).
George Romney was advised not to challenge Nixon in New Hampshire, and instead await the Wisconsin primary on April 2. It was believed by some advisers that the conservative nature of New Hampshire's Republicans and Nixon's popularity among its leaders and rank-and-file were too strong for Romney to overcome, and he should begin his quest for the nomination in a state closer in both ideology and geography. Although Romney's campaign was technically proficient, had adequate funding, operated hundreds of home headquarters in operation and mounted an elaborate media blitz, it never caught on. Romney's support faded slowly, and he withdrew from the race on February 28, 1968. (New York Times 2/29/1968).
Nixon won a resounding victory in the important New Hampshire primary on March 12, winning 78% of the vote. Antiwar Republicans wrote in the name of New York Governor Nelson Rockefeller, the leader of the GOP's liberal wing, who received 11% of the vote and became Nixon's new challenger. Nixon led Rockefeller in the polls throughout the primary campaign. Rockefeller defeated Nixon in the Massachusetts primary on April 30 but otherwise fared poorly in the state primaries and conventions. Nelson Rockefeller, while a strong and attractive candidate in many ways, never fully understood the differences between the politics of nomination and the politics of election.
En la imagen: Nelson Rockefeller, George Romney y Ronald Reagan, 1968.
By early spring, California Governor Ronald Reagan, the moral leader of the GOP's conservative wing, had become Nixon's chief rival. In the Nebraska primary on May 14, Nixon won with 70% of the vote to 21% for Reagan and 5% for Rockefeller. While this was a wide margin for Nixon, Reagan remained Nixon's leading challenger. Nixon won the next primary of importance, Oregon, on May 15 with 65% of the vote and won all the following primaries except for California (June 4), where only Reagan appeared on the ballot. Reagan's margin in California gave him a plurality of the nationwide primary vote, but when the Republican National Convention assembled, Nixon had 656 delegates according to a UPI poll (with 667 needed for the nomination).
Logistical plans for the 1968 Republican National Convention were already being made by Nixon in Miami Beach, Florida. Nixon established a virtual colony in Miami Beach populated by 500 staffers and roughly 1,000 volunteers. An elaborate telephone and radio communications system was created. Besides command posts in Nixon's hotel and in a trailer outside Convention Hall, branch operations were maintained in 35 hotels housing delegates. Nixon had assembled a talented crew of old and new aides from in and out of politics and from varying ideological backgrounds.
En la imagen: Richard Nixon en campaña, 1968
During the three convention days leading up to the balloting, the main maneuvering centered on three elements: 1) a handful of uncommitted delegations, of which Maryland, Ohio, Michigan, New Jersey and Pennsylvania were the most important; 2) the South, which was largely in Nixon's camp already but vulnerable to Reagan; and 3) Nixon's choice of a running mate. Reagan and Rockefeller planned to unite their forces in a stop-Nixon movement, but the strategy fell apart when neither man agreed to support the other for the nomination. Rumors that Nixon was going to pick a liberal as a running mate were everywhere. When a Miami paper printed a front-page story that it would be Oregon Senator Mark Hatfield, Rockefeller's and Reagan's men distributed 3,000 copies on the convention floor to make sure that no one missed the point.
Nixon backers denied the report, but the most effective disclaimer came from Nixon in private meetings with Southerners. "I won't do anything that would hurt development of the two-party system in the South," Nixon told them. "I won't take anybody that I have to shove down the throats of any section of the country." Thus such Nixon loyalists as Party Chairman Harry Dent of South Carolina were able to tell skeptics on the floor: "I've got it written in blood."
Nixon was also artfully placating Southerners on certain sensitive issues. The Miami Herald managed to get a tape recorder into one of the private sessions. In the transcript it printed later, which Nixon's spokesmen did not knock down, he explained his public support of this year's open-housing civil rights bill as a matter of political tactics rather than conviction. "I felt then and I feel now," said the transcript, "that conditions are different in different parts of the country." But he wanted the issue "out of sight" so as not to divide the party and risk a platform fight. The Southerners also remembered Nixon's criticism of Johnson's Supreme Court appointments. While Nixon did not quarrel with Abe Fortas' designation on personal grounds, the Southerners who did looked kindly on Nixon's position.
Vote projections by the networks and the wire services bounced about a bit between Monday and Wednesday, while Rockefeller men insisted on talking about the "erosion" of Nixon's strength. The most accurate count, as it turned out, was by the Nixon organization, which earlier had talked about 700 and privately refined its calculations to 702. Needed to be nominated: 667. As the nominating speech droned on, Nixon visited his command trailer outside the hall and got word that a first- ballot victory was assured. As the roll call progressed, it was obvious that Nixon was faring exactly as he had expected. He won the nomination on the first ballot.
En la imagen: Richard Nixon y Spiro Agnew en la portada de Time.
With scarcely time out for a round of congratulations, the candidate plunged into a round robin of meetings with advisers, aides and party leaders about the vice-presidential nomination. New York Mayor John Lindsay, probably the most discussed possibility up to that point, was dismissed early as too unpopular among conservatives. John Gardner was briefly mentioned, soon dropped. Among others considered were Reagan and Texas Senator John Tower, both of whom would have antagonized liberals. Hatfield, Romney and Keynoter Dan Evans were mentioned, then Tennessee Senator Howard Baker.
The possibilities had been reduced to five: Senator Charles Percy of Illinois; Lieutenant Governor Robert Finch of California, a longtime Nixon friend and associate; Congressman Rogers Morton of Maryland; Governor John Volpe of Massachusetts ("It might be nice," Nixon observed, "to have an Italian Catholic on the ticket"); and, of course, Governor Spiro Agnew of Maryland.
It was past noon when Nixon ended the talks by observing: "Well, I think the meeting has accomplished about all that it can accomplish." Morton put in a call to Agnew. "Are you sitting down?" Morton inquired. Nixon got on the phone and broke the news. "I'm overwhelmed," said Agnew, whose stoic expression rarely admits of such a condition. (...)
Lady Bird Johnson
Fue Primera Dama de EEUU entre 1963 y 1969. Ha muerto hoy a los 94 años en Austin, Texas.
Nacida en el estado de la estrella solitaria a principios del Siglo XX, acompañó a su marido en su aventura política en Washington DC desde que fue elegido por primera vez miembro de la Cámara de Representantes en 1937. Él tenía 29 años y ella 25. Allí permanecerían hasta el 20 de enero de 1969, cuando volvieron a Texas definitivamente tras haberse codeado con todos los estadistas mundiales.
Nacida en el estado de la estrella solitaria a principios del Siglo XX, acompañó a su marido en su aventura política en Washington DC desde que fue elegido por primera vez miembro de la Cámara de Representantes en 1937. Él tenía 29 años y ella 25. Allí permanecerían hasta el 20 de enero de 1969, cuando volvieron a Texas definitivamente tras haberse codeado con todos los estadistas mundiales.
Que vote San Mamés
A la espera de las elecciones de mañana, coloco este interesante reportaje que publicó El Correo hace una semanas haciendo un repaso a lo que han sido las elecciones del Athletic en los últimos 30 años. Desde que la elección se realiza por sufragio universal de todos los socios. Un socio, un voto.
Que vote San Mamés
(...) «Un socio, un voto». Ésta fue la revolucionaria promesa con la que Beti Duñabeitia se presentó a las elecciones en 1977. El propietario de 'El mundo elegante', un conocido comercio bilbaíno, había sido directivo en la junta de José Antonio Eguidazu, pero decidió dimitir el 8 de junio de 1976. El ex jugador José Luis Artetxe hizo lo mismo. La razón aducida por Duñabeitia para irse -así lo dijo en una entrevista concedida al diario 'Hierro'- fue la de «incompatibilidad de opiniones» con la directiva, que esos días se encontraba sumergida en el culebrón que supuso encontrar sustituto a Rafa Iriondo en el banquillo rojiblanco. Aunque no trascendiera públicamente, era evidente que una de las razones de esta incompatibilidad tenía que ver con la política. El PNV preparaba su regreso al Athletic cuarenta años después. (...)
Que vote San Mamés
(...) «Un socio, un voto». Ésta fue la revolucionaria promesa con la que Beti Duñabeitia se presentó a las elecciones en 1977. El propietario de 'El mundo elegante', un conocido comercio bilbaíno, había sido directivo en la junta de José Antonio Eguidazu, pero decidió dimitir el 8 de junio de 1976. El ex jugador José Luis Artetxe hizo lo mismo. La razón aducida por Duñabeitia para irse -así lo dijo en una entrevista concedida al diario 'Hierro'- fue la de «incompatibilidad de opiniones» con la directiva, que esos días se encontraba sumergida en el culebrón que supuso encontrar sustituto a Rafa Iriondo en el banquillo rojiblanco. Aunque no trascendiera públicamente, era evidente que una de las razones de esta incompatibilidad tenía que ver con la política. El PNV preparaba su regreso al Athletic cuarenta años después. (...)
Nuevo Presidente para el Athletic
Mañana se celebran elecciones a la Presidencia del Athletic Club de Bilbao. El asunto no entra dentro de la temática de mi blog pero tenía ganas de hablar de ello. No soy socio, por lo que no podré votar. Pero he seguido con mucho interés esta campaña porque puede ser un momento crucial en la historia de un club centenario que acaba de dar por terminada la peor temporada de su historia. Hay que elegir entre 3 candidatos: Fernando García Macua, Juan Carlos Ercoreca y Javier González de Garazi.
Macua, hombre del establishment vizcaíno, cuando anunció su postulación era percibido como el candidato favorito de la oligarquía de Neguri y de las antiguas familias franquistas adineradas que en las últimas elecciones apoyaron a Juan Pedro Guzmán. Existía también la sospecha de que iba avalado por el mega-constructor Jabyer Fernández, presidente de Fonorte y el Grupo Afer, lo que le garantizaba a Macua también el apoyo de una parte del sector adinerado del PNV. Sin olvidar que es sobrino de José María Makua Zarandona, el que fuera Presidente de la Diputación de Bizkaia en los años 80 por el PNV.
No me inspiraba demasiada confianza en un principio. Me parecía el típico abogado que se presta a ejercer de "hombre de paja" al servicio de oscuros intereses que mueven los hilos en las sombras. El constructor Jabyer Fernández, con la colaboración de gente como Jon Arrinda, ya se hicieron en su día con el control de Bilbao Basket o Kaiku, y las malas lenguas decían que ahora preparaban su desembarco a lo grande en el Athletic a través de la candidatura de Macua y apoyados en el Grupo Correo.
Pero creo que durante la campaña el candidato ha demostrado tener personalidad propia y, sobre todo, ser el más creíble de los tres. Se ha desvinculado de cualquier compromiso con las empresas de Fernández y ha potenciado una imagen de autonomía respecto de los poderes económicos y políticos que me ha gustado. Era muy escéptico sobre sus intenciones, pero a día de hoy me parece el hombre más creíble, aquel que puede materializar sus promesos y devolver al Athletic la ambición perdida. Se ha esforzado más que el resto por hacerse con el apoyo de un amplio abanico de personas y sensibilidades distintas dentro del entorno social del club, configurando una plataforma que me recuerda mucho a la presentada por el difunto Javier Uría en 2001.
Juan Carlos Ercoreca me cae bien. Es empresario del sector alimenticio, dueño de una conocida cadena de supermercados en Euzkadi. Se le ve buena persona. Con intenciones limpias. Pero el hombre no tiene madera de candidato. Puede tener un buen proyecto deportivo asesorado por el experto alemán Horst Wein, pero no sabe venderlo. Su estrategia mediática ha sido pobre y limitada. Ha patinado anunciando a un inexperto Julen Guerrero, una figura polarizante, como su director deportivo.
Su mayor activo es el apoyo de una gran mayoría de ex futbolistas. Sobre todo de futbolistas que estuvieron en el club en los años del Presidente José María Arrate. Seguramente porque Ercoreca representa la continuación de esa élite llamada "los Arrate Boys" que han presidido el club desde 1994 y hasta ahora ininterrumpidamente. Gentes del entorno del ex Presidente Arrate, quien ha sido el dirigente rojiblanco más mimado por el PNV, que puso a su disposición toda su maquinaria de movilización de votantes en 1994 para derrotar a José Julián Lertxundi.
Por ello Ercoreca, apoyado públicamente por Arrate, ha sido considerado por muchos el candidato oficial de Sabin Etxea (ejecutiva nacional del PNV). Pero ha dado la sensación de ir perdiendo poco a poco ese supuesto apoyo. Especialmente porque en el partido no ha habido unanimidad. El candidato soñado del partido, especialmente de Iñigo Urkullu, presidente del Bizkai Buru Batzar, hombre fuerte de Imaz en Bizkaia, era el ex jugador y ex capitán del equipo, Genar Andrinua. Pero ante la negativa de este a presentarse, ha habido figuras del PNV vizcaíno, como el Diputado General José Luis Bilbao, que han podido posicionarse oficiosamente con Macua, facilitando a este el apoyo de medios locales como TeleBilbao, al tiempo que el partido oficialmente parecía apoyar sin demasiado entusiasmo a un poco ilusionante Juan Carlos Ercoreca.
Pero en las últimas semanas, también a la vista de la poca efectividad de Ercoreca haciendo campaña y sus pobres números en las encuestas, Macua ha parecido convencer más a parte del aparato de propaganda del partido. Con la colaboración de compañeros de plancha como Joseba Intxaurraga, antiguo consejero del Lendakari Ardanza, que sería Vicepresidente del Athletic si Macua gana las elecciones.
Por último, tenemos al tercer candidato. El freaky Javier González. Un ex agente de futbolistas que no me gusta un pelo. Es una mezcla entre el ex Presidente Fernando Lamikiz y Dimitri Piterman. Un cutre. No da la talla como Presidente y las formas le pierden. A la mínima dificultad perdería todo el temperamento. Está basando toda su campaña en el descrédito facilón de los demás. Un populismo cutre que cree que puede funcionar con una masa social muy deprimida y cabreada después de dos años deportivamente nefastos. Si es elegido Presidente y hace bien las cosas, no tendré problemas en reconocerlo. Pero de momento sólo puedo decir que me desagrada.
Así pues, me quedo con Macua.
Macua, hombre del establishment vizcaíno, cuando anunció su postulación era percibido como el candidato favorito de la oligarquía de Neguri y de las antiguas familias franquistas adineradas que en las últimas elecciones apoyaron a Juan Pedro Guzmán. Existía también la sospecha de que iba avalado por el mega-constructor Jabyer Fernández, presidente de Fonorte y el Grupo Afer, lo que le garantizaba a Macua también el apoyo de una parte del sector adinerado del PNV. Sin olvidar que es sobrino de José María Makua Zarandona, el que fuera Presidente de la Diputación de Bizkaia en los años 80 por el PNV.
No me inspiraba demasiada confianza en un principio. Me parecía el típico abogado que se presta a ejercer de "hombre de paja" al servicio de oscuros intereses que mueven los hilos en las sombras. El constructor Jabyer Fernández, con la colaboración de gente como Jon Arrinda, ya se hicieron en su día con el control de Bilbao Basket o Kaiku, y las malas lenguas decían que ahora preparaban su desembarco a lo grande en el Athletic a través de la candidatura de Macua y apoyados en el Grupo Correo.
Pero creo que durante la campaña el candidato ha demostrado tener personalidad propia y, sobre todo, ser el más creíble de los tres. Se ha desvinculado de cualquier compromiso con las empresas de Fernández y ha potenciado una imagen de autonomía respecto de los poderes económicos y políticos que me ha gustado. Era muy escéptico sobre sus intenciones, pero a día de hoy me parece el hombre más creíble, aquel que puede materializar sus promesos y devolver al Athletic la ambición perdida. Se ha esforzado más que el resto por hacerse con el apoyo de un amplio abanico de personas y sensibilidades distintas dentro del entorno social del club, configurando una plataforma que me recuerda mucho a la presentada por el difunto Javier Uría en 2001.
Juan Carlos Ercoreca me cae bien. Es empresario del sector alimenticio, dueño de una conocida cadena de supermercados en Euzkadi. Se le ve buena persona. Con intenciones limpias. Pero el hombre no tiene madera de candidato. Puede tener un buen proyecto deportivo asesorado por el experto alemán Horst Wein, pero no sabe venderlo. Su estrategia mediática ha sido pobre y limitada. Ha patinado anunciando a un inexperto Julen Guerrero, una figura polarizante, como su director deportivo.
Su mayor activo es el apoyo de una gran mayoría de ex futbolistas. Sobre todo de futbolistas que estuvieron en el club en los años del Presidente José María Arrate. Seguramente porque Ercoreca representa la continuación de esa élite llamada "los Arrate Boys" que han presidido el club desde 1994 y hasta ahora ininterrumpidamente. Gentes del entorno del ex Presidente Arrate, quien ha sido el dirigente rojiblanco más mimado por el PNV, que puso a su disposición toda su maquinaria de movilización de votantes en 1994 para derrotar a José Julián Lertxundi.
Por ello Ercoreca, apoyado públicamente por Arrate, ha sido considerado por muchos el candidato oficial de Sabin Etxea (ejecutiva nacional del PNV). Pero ha dado la sensación de ir perdiendo poco a poco ese supuesto apoyo. Especialmente porque en el partido no ha habido unanimidad. El candidato soñado del partido, especialmente de Iñigo Urkullu, presidente del Bizkai Buru Batzar, hombre fuerte de Imaz en Bizkaia, era el ex jugador y ex capitán del equipo, Genar Andrinua. Pero ante la negativa de este a presentarse, ha habido figuras del PNV vizcaíno, como el Diputado General José Luis Bilbao, que han podido posicionarse oficiosamente con Macua, facilitando a este el apoyo de medios locales como TeleBilbao, al tiempo que el partido oficialmente parecía apoyar sin demasiado entusiasmo a un poco ilusionante Juan Carlos Ercoreca.
Pero en las últimas semanas, también a la vista de la poca efectividad de Ercoreca haciendo campaña y sus pobres números en las encuestas, Macua ha parecido convencer más a parte del aparato de propaganda del partido. Con la colaboración de compañeros de plancha como Joseba Intxaurraga, antiguo consejero del Lendakari Ardanza, que sería Vicepresidente del Athletic si Macua gana las elecciones.
Por último, tenemos al tercer candidato. El freaky Javier González. Un ex agente de futbolistas que no me gusta un pelo. Es una mezcla entre el ex Presidente Fernando Lamikiz y Dimitri Piterman. Un cutre. No da la talla como Presidente y las formas le pierden. A la mínima dificultad perdería todo el temperamento. Está basando toda su campaña en el descrédito facilón de los demás. Un populismo cutre que cree que puede funcionar con una masa social muy deprimida y cabreada después de dos años deportivamente nefastos. Si es elegido Presidente y hace bien las cosas, no tendré problemas en reconocerlo. Pero de momento sólo puedo decir que me desagrada.
Así pues, me quedo con Macua.
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Purga en la campaña de McCain
Despedidos o dimitidos John Weaver y Terry Nelson. El priemro de ellos ha sido el hombre más cercano a McCain desde hace años. Nelson es un hombre vinculado a Karl Rove, que tuvo un papel destacado en la reelección del Presidente Bush. Era uno de los estrategas electorales más solicitados para este ciclo electoral. Cuando McCain se hizo con sus servicios, esto fue interpretado como un gran triunfo del viejo Senador. Cómo cambian las cosas... con esta remodelación McCain espera despegar. Nadie apuesta por ello, pero ojo, no olvidemos cómo andaba John Kerry a estas alturas en 2003.
En la imagen: Gráfico de The New York Times
En la imagen: Gráfico de The New York Times
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martes, 10 de julio de 2007
El poderío de Romney en Iowa
Entre los analistas de la carrera electoral republicana se empieza a tratar como una certeza inevitable la victoria de Mitt Romney en el Caucus de Iowa. Estos últimos días es habitual encontrarse, tanto en los medios convencionales como en la blogosfera, con artículos y editoriales que hablan de la ventaja organizativa de Romney en Iowa como una brecha insalvable para el resto de candidatos republicanos. Una realidad que la propia campaña del ex Gobernador de Massachusetts está tratando de estimular para que su candidato sea percibido como un ganador.
Pero Hugh Hewitt advierte en Townhall del engañoso efecto de esta cobertura mediática favorable a Romney en Iowa. Según Hewitt, Giuliani o Thompson debieran estar encantados de que la mass media de por ganador del Caucus a Mitt de forma tan prematura, ya que eso les permitiría hacerlo bien sólo con hacerlo mejor de lo esperado. Mientras Romney correría siempre el riesgo de lograr una victoria menos apabullante de la esperada.
También estos intentos de dar por decantada la batalla en Iowa pueden llevar a un menor interés, y a focalizar la atención en las, en principio, más competitivas primarias de New Hampshire, Carolina del Sur y Florida. En cualquier caso, esto no desacredita la acelerada estrategia del Gobernador Romney, que en mi opinión está siendo brillante. Buscar posicionarse antes que nadie como favorito en Iowa y New Hampshire. Históricamente ha dado buenos resultados.
Pero Hugh Hewitt advierte en Townhall del engañoso efecto de esta cobertura mediática favorable a Romney en Iowa. Según Hewitt, Giuliani o Thompson debieran estar encantados de que la mass media de por ganador del Caucus a Mitt de forma tan prematura, ya que eso les permitiría hacerlo bien sólo con hacerlo mejor de lo esperado. Mientras Romney correría siempre el riesgo de lograr una victoria menos apabullante de la esperada.
También estos intentos de dar por decantada la batalla en Iowa pueden llevar a un menor interés, y a focalizar la atención en las, en principio, más competitivas primarias de New Hampshire, Carolina del Sur y Florida. En cualquier caso, esto no desacredita la acelerada estrategia del Gobernador Romney, que en mi opinión está siendo brillante. Buscar posicionarse antes que nadie como favorito en Iowa y New Hampshire. Históricamente ha dado buenos resultados.
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"2x1"
Bill y Hillary Clinton siguen con su tour por Iowa con el lema "Ready for Change, Ready to Lead". Explotando la fórmula del "2x1": vote a Hillary y llévese de regalo a Bill.
lunes, 9 de julio de 2007
Mark Warner
Este post es para decir que ya he colocado en Wikipedia la biografía en español de Mark Warner. Era mi favorito entre los demócratas para alcanzar la Presidencia en 2008. Un político joven que antes de entrar en política demostró ser un hombre de éxito en el complicado sector de las tecnologías. Esa experiencia lo convertía en un campeón de la recaudación de fondos para esta campaña.
De origen humilde, hombre hecho a sí mismo, pudo haberse dedicado a la práctica de la abogacía pero decidió arriesgar en el mundo de los negocios. Como Gobernador empezó a sanear las finanzas tradicionalmente desastrosas del estado de Virginia. Gobernó como un republicano en temas como la resposnabilidad fiscal o la aplicación de la pena de muerte, y con gestos hacia los sectores tradicionalmente demócratas en cuestiones de educación o salud. Pero su logró más importante en Virginia fue la recuperación del electorado rural para el Partido Demócrata. Demostró que un demócrata puede tener una gestión exitosa en un estado rojo intenso (rojo republicano) si realmente pone interés en comprender su realidad social y cultural.
Hubiera sido un magnífico candidato para los demócratas en 2008. Pero, incomprensiblemente, un buen día anunció que renunciaba a presentar su candidatura a la Presidencia. Puso como excusa sus deseos de pasar más tiempo con su familia y no alterar la estabilidad de esta con la campaña. Los mal pensados pronto empezaron a hablar de la posibilidad de que el ex Gobernador hubiera sido amenazado con algún dossier secreto que pudiera perjudicarle. Algunos hablaron de temas de faldas que pudieran salir a la luz. Otros, en cambio, hablan de un pacto secreto con los Clinton. No enfrentar a Hillary en las primarias, a cambio de asegurarle que será seleccionado por esta como su candidato a la Vicepresidencia. Ya veremos. En cualquier caso creo que así pierde toda su efectividad. Su lugar era la candidatura presidencial.
De origen humilde, hombre hecho a sí mismo, pudo haberse dedicado a la práctica de la abogacía pero decidió arriesgar en el mundo de los negocios. Como Gobernador empezó a sanear las finanzas tradicionalmente desastrosas del estado de Virginia. Gobernó como un republicano en temas como la resposnabilidad fiscal o la aplicación de la pena de muerte, y con gestos hacia los sectores tradicionalmente demócratas en cuestiones de educación o salud. Pero su logró más importante en Virginia fue la recuperación del electorado rural para el Partido Demócrata. Demostró que un demócrata puede tener una gestión exitosa en un estado rojo intenso (rojo republicano) si realmente pone interés en comprender su realidad social y cultural.
Hubiera sido un magnífico candidato para los demócratas en 2008. Pero, incomprensiblemente, un buen día anunció que renunciaba a presentar su candidatura a la Presidencia. Puso como excusa sus deseos de pasar más tiempo con su familia y no alterar la estabilidad de esta con la campaña. Los mal pensados pronto empezaron a hablar de la posibilidad de que el ex Gobernador hubiera sido amenazado con algún dossier secreto que pudiera perjudicarle. Algunos hablaron de temas de faldas que pudieran salir a la luz. Otros, en cambio, hablan de un pacto secreto con los Clinton. No enfrentar a Hillary en las primarias, a cambio de asegurarle que será seleccionado por esta como su candidato a la Vicepresidencia. Ya veremos. En cualquier caso creo que así pierde toda su efectividad. Su lugar era la candidatura presidencial.
domingo, 8 de julio de 2007
Romney y Thompson con los Young Republicans
Este fin de semana se ha celebrado en Florida la convención nacional de la Young Republicans National Federation. Los dos invitados estrella que se han llevado todos los aplausos han sido Mitt Romney y Fred Thompson. El ex Gobernador de Massachusetts se sintió como en casa. No en vano, su campaña financió la gran cena del sábado, y cuenta con el apoyo del director ejecutivo de la organización, Jon Woodward, que es también presidente de la campaña presidencial de Romney en el condado de St. John. Y el organizador de la convención, Brian Graham, también apoya a Romney.
Esto puede parecerles a los demás candidatos una manera de jugar sucio, pero lo cierto es que nadie les impide estar igual de bien organizados que Romney. El único que logró eclipsar ese ambiente pro-Romney fue Fred Thompson. La imponente presencia del ex Senador se hizo notar y algunos presentes dicen que se llevó tantos o más aplausos que el mormón. Thompson Wows Young Republicans
(...) Not yet a 2008 candidate, Fred Thompson energized young Republicans with a speech Saturday that was heavy on rhetoric and short on policy pronouncements. He branded Democrats as "the party of despair."
Chants of "Fred" and "Run, Fred, Run," greeted the actor and former GOP senator from Tennessee from many among the 350 people at the Young Republicans National Convention. The crowd interrupted his nine-minute speech with wild applause and mobbed him when he left. (...)
Parte del discurso de Mitt Romney ante el YRNF.
Discurso de Fred Thompson ante el YRNF.
Esto puede parecerles a los demás candidatos una manera de jugar sucio, pero lo cierto es que nadie les impide estar igual de bien organizados que Romney. El único que logró eclipsar ese ambiente pro-Romney fue Fred Thompson. La imponente presencia del ex Senador se hizo notar y algunos presentes dicen que se llevó tantos o más aplausos que el mormón. Thompson Wows Young Republicans
(...) Not yet a 2008 candidate, Fred Thompson energized young Republicans with a speech Saturday that was heavy on rhetoric and short on policy pronouncements. He branded Democrats as "the party of despair."
Chants of "Fred" and "Run, Fred, Run," greeted the actor and former GOP senator from Tennessee from many among the 350 people at the Young Republicans National Convention. The crowd interrupted his nine-minute speech with wild applause and mobbed him when he left. (...)
Parte del discurso de Mitt Romney ante el YRNF.
Discurso de Fred Thompson ante el YRNF.
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sábado, 7 de julio de 2007
1960 Democratic Presidential Nomination
En 1960 nos encontramos en el escenario típico de un "final de reinado". Ocho años de Presidencia llegan a su fin, con un Presidente popular pero ya enfermo y desgastado, que ha pasado sus últimos años de gobierno entre el hospital y el Despacho Oval. El crepúsculo de la Administración Eisenhower es también interpretado como la retirada pública de la generación nacida a finales del Siglo XIX. La puesta en escena de una nueva hornada de jóvenes políticos que aspiran a tomar las riendas del país a las puertas de una década que augura cambios.
Existe entre el dominante Partido Demócrata la conciencia de que los ocho años de gobierno republicano han sido producto del liderazgo personal del General Eisenhower, y no un síntoma del avance republicano en la política nacional. Están convencidos de que pueden recuperar la Casa Blanca. El proceso de nominación nada tendrá que ver con el actual sistema. Las primarias abiertas sólo tendrán lugar en un puñado de estados no demasiado grandes.
En 1960 aún los comités estatales del partido y los barones territoriales siguen teniendo la capacidad de designar a gran parte de los delegados. Las primarias se utilizarán para ganar apoyos y tener una referencia sobre cual candidato cuenta con más apoyo popular y un mayor talento para hacer campaña. Aquellos que necesiten demostrar su viabilidad como candidatos y convencer al partido, participarán en todas las primarias. Otros, los pesos pesados bien relacionados con el aparato, optarán por esperar a la Convención para convencer a los delegados.
En total serán hasta 10 los demócratas que opten a la nominación: el Gobernador Pat Brown, de California; el Gobernador Michael DiSalle, de Ohio; el Senador Hubert Humphrey, de Minnesota; el Senador Lyndon Johnson, de Texas; el Senador John F. Kennedy, de Massachusetts; el Gobernador Robert Meyner, de New Jersey; el Senador Wayne Morse, de Oregon; el Senador George Smathers, de Florida; el ex Gobernador Adlai Stevenson, de Illinois; y el Senador Stuart Symington, de Missouri.
Fuentes: Wikipedia, Boston Globe y The Making of the President
(...) On January 2, 1960, Senator John F. Kennedy (D - Massachusetts) declared his intent to run for President of the United States. In the Democratic primary election, he faced challenges from Senator Hubert Humphrey of Minnesota and Senator Wayne Morse of Oregon. Kennedy defeated Humphrey in Wisconsin and West Virginia and Morse in Maryland and Oregon, although Morse's candidacy is often forgotten by historians. Kennedy also defeated token opposition (often write in candidates) in New Hampshire, Indiana, and Nebraska.
Despite fourteen years in Congress, Senator Kennedy had not established much of a power base in Washington, and was known more as a witty playboy than a political heavyweight. His religion also presented a major stumbling block, since no Roman Catholic had ever been elected to the nation's highest office.
Historian James Hilty writes that the Kennedy campaign "began earlier, spent more, and was better organized than any previous Democratic campaign." Their strategy was to win primaries to demonstrate John Kennedy's electability to the party bosses. There were only sixteen primaries in 1960, and most of them were in smaller states with relatively few delegates at stake. So they handpicked states where they thought they could win impressively, while working behind the scenes building support elsewhere.
Their first test came in Wisconsin, where Kennedy edged out Hubert Humphrey, the well-liked senator from neighboring Minnesota who had once been considered the front-runner. Attention next turned to overwhelmingly rural and Protestant West Virginia, where Kennedy needed to defuse the Catholicism issue in order to prove that he was electable.
In West Virginia, Kennedy made a visit to a coal mine, and talked to the mine workers to win their support; most people in that conservative, mostly Protestant state were deeply suspicious about Kennedy being a Catholic. In order to secure his party's nomination, Kennedy had to win West Virginia's delegates. Losing would effectively take the decision off the convention floor and throw it into the hands of the Democratic Party's powerful urban bosses, a development JFK was anxious to avoid because they would favor more seasoned party elders.
En la imagen: el Senador Hubert Humphrey
Four weeks before West Virginia primary day, the tide had turned against JFK and he found himself trailing Humphrey by 20 points. Kennedy responded by moving his key campaign aides to West Virginia, calling on close friends to volunteer their time, and training county campaign chairs in 39 of the state's 59 counties to staff phone banks, host receptions, and go door to door to distribute literature. In framing the catholicism issue as one of tolerance versus intolerance, Kennedy appealed to West Virginia's long-held revulsion for prejudice; placed Humphrey, who had championed tolerance his entire career, on the defensive; and attacked him with a vengeance.
Humphrey, who was short on funds, could not match the well-financed Kennedy operation. Kennedy defeated his rival soundly, winning 60.8 percent of the vote. That evening, Humphrey announced that he was no longer a candidate for the presidency. Kennedy knew the nomination was his if he could hold his delegates together once they reached the convention.
Kennedy emerged as a universally acceptable candidate for the party after his victory in the West Virginia primary. With Humphrey and Morse out of the race, Kennedy's main opponent at the convention in Los Angeles was Senate Majority Leader Lyndon Johnson of Texas. Adlai Stevenson, the Democratic nominee in 1952 and 1956, was not officially running but had broad grassroots support inside and outside the convention hall. Senator Stuart Symington of Missouri was also a candidate, as were several favorite sons.
En la imagen: Bobby Kennedy, jefe de campaña de su hermano, en la Convención Demócrata de 1960, en Los Angeles.
Senator John F. Kennedy came to Los Angeles convention with 600 of the 761 delegates needed to secure the nomination. His political team (his brother Bobby, Kenneth O'Donnell, Pierre Salinger and Lawrence O'Brien) set up camp in Room 8315 of the Biltmore Hotel. The group worked to provide the remainder of support for the Massachusetts Senator, using timeworn convention tactics and old-line pressure. Bobby Kennedy, brother's campaign manager, was everywhere at the convention, commanding the Kennedy forces in an all-out attempt to swing undecided delegates their way.
Senator Lyndon Johnson had planned to sit out the primaries and present himself as a powerful compromise candidate at the convention. Since Johnson had supported oil depletion allowances (for tax purposes) throughout his career in the House and the Senate, important figures in the oil industry and the representatives of the oil states, headed by Speaker of the House Sam Rayburn (D - Texas), supported the candidacy of Lyndon Johnson. Rayburn was especially keen for Johnson to defeat Kennedy. These men knew that the Johnson candidacy could not be muscled by seeking individual Convention delegates. Their plans rested squarely on their control of Congress, on the enormous accumulation of political debts and uncashed obligations that, between them, Johnson and Rayburn had earned over years of the legislative trade.
Senator Lyndon Johnson portrayed the front-runner as being “too young and “too inexperienced”. Despite this dirty tricks campaign, Johnson was unable to stop Kennedy being nominated. The strategy backfired; Kennedy managed to win just enough delegates for a first-ballot nomination, despite last minute "Stop Kennedy" movements led by Johnson and others.
The presidential tally:
*John F. Kennedy 806
*Lyndon Johnson 409
*Stuart Symington 86
*Adlai Stevenson 79.5
*Robert Meyner 43
*Hubert Humphrey 41
*George Smathers 30
*Ross Barnett 23
*four others 3
That left Kennedy's choice of a running mate as the last major decision of the convention. At around 11 a.m. on the day a nominee was to be presented, John Kennedy visited Johnson in his hotel suite and offered him the vice presidency, despite opposition from many liberal delegates and Kennedy's own staff, including Robert Kennedy.
The selection of Lyndon Johnson as vice president was highly controversial. JFK actually wanted Senator Henry Jackson (D - Washington) as his running mate, and had offered the position to Johnson as a mere courtesy. After the Senate Majority Leader accepted, Robert Kennedy went to Johnson's suite to say that "JFK" had changed his mind. Johnson called the elder Kennedy to confirm this, and when it was not, the notorious "Lyndon Johnson/Robert Kennedy feud" was born.
En la imagen: un tenso Lyndon Johnson sigue el desarrollo de la Convención desde la habitación del hotel.
Kennedy’s close political advisers were shocked when Johnson accepted the post. They, like Kennedy himself, expected him to reject the offer. Why would Johnson give up his position as the second most powerful position in the country (Senate Majority Leader)? Kenneth O’Donnell was highly suspicious of Johnson’s motives. When he mentioned this to Kennedy he replied: “I’m forty-three years old, and I’m the healthiest candidate for President in the United States. You’ve traveled with me enough to know that. I’m not going to die in office. So the Vice-Presidency doesn’t mean anything. I’m thinking of something else, the leadership in the Senate. If we win, it will be by a small margin and I won’t be able to live with Lyndon Johnson as the leader of a small majority in the Senate.”
Politically, however, it proved an astute choice. Lyndon Johnson was an enthusiastic campaigner who gave the ticket credibilty in the South to win what was considered likely to be the closest election since 1916. But the success of their political collaboration would never erase the enmity between the vice president and the president's brother. (...)
Existe entre el dominante Partido Demócrata la conciencia de que los ocho años de gobierno republicano han sido producto del liderazgo personal del General Eisenhower, y no un síntoma del avance republicano en la política nacional. Están convencidos de que pueden recuperar la Casa Blanca. El proceso de nominación nada tendrá que ver con el actual sistema. Las primarias abiertas sólo tendrán lugar en un puñado de estados no demasiado grandes.
En 1960 aún los comités estatales del partido y los barones territoriales siguen teniendo la capacidad de designar a gran parte de los delegados. Las primarias se utilizarán para ganar apoyos y tener una referencia sobre cual candidato cuenta con más apoyo popular y un mayor talento para hacer campaña. Aquellos que necesiten demostrar su viabilidad como candidatos y convencer al partido, participarán en todas las primarias. Otros, los pesos pesados bien relacionados con el aparato, optarán por esperar a la Convención para convencer a los delegados.
En total serán hasta 10 los demócratas que opten a la nominación: el Gobernador Pat Brown, de California; el Gobernador Michael DiSalle, de Ohio; el Senador Hubert Humphrey, de Minnesota; el Senador Lyndon Johnson, de Texas; el Senador John F. Kennedy, de Massachusetts; el Gobernador Robert Meyner, de New Jersey; el Senador Wayne Morse, de Oregon; el Senador George Smathers, de Florida; el ex Gobernador Adlai Stevenson, de Illinois; y el Senador Stuart Symington, de Missouri.
Fuentes: Wikipedia, Boston Globe y The Making of the President
(...) On January 2, 1960, Senator John F. Kennedy (D - Massachusetts) declared his intent to run for President of the United States. In the Democratic primary election, he faced challenges from Senator Hubert Humphrey of Minnesota and Senator Wayne Morse of Oregon. Kennedy defeated Humphrey in Wisconsin and West Virginia and Morse in Maryland and Oregon, although Morse's candidacy is often forgotten by historians. Kennedy also defeated token opposition (often write in candidates) in New Hampshire, Indiana, and Nebraska.
Despite fourteen years in Congress, Senator Kennedy had not established much of a power base in Washington, and was known more as a witty playboy than a political heavyweight. His religion also presented a major stumbling block, since no Roman Catholic had ever been elected to the nation's highest office.
Historian James Hilty writes that the Kennedy campaign "began earlier, spent more, and was better organized than any previous Democratic campaign." Their strategy was to win primaries to demonstrate John Kennedy's electability to the party bosses. There were only sixteen primaries in 1960, and most of them were in smaller states with relatively few delegates at stake. So they handpicked states where they thought they could win impressively, while working behind the scenes building support elsewhere.
Their first test came in Wisconsin, where Kennedy edged out Hubert Humphrey, the well-liked senator from neighboring Minnesota who had once been considered the front-runner. Attention next turned to overwhelmingly rural and Protestant West Virginia, where Kennedy needed to defuse the Catholicism issue in order to prove that he was electable.
In West Virginia, Kennedy made a visit to a coal mine, and talked to the mine workers to win their support; most people in that conservative, mostly Protestant state were deeply suspicious about Kennedy being a Catholic. In order to secure his party's nomination, Kennedy had to win West Virginia's delegates. Losing would effectively take the decision off the convention floor and throw it into the hands of the Democratic Party's powerful urban bosses, a development JFK was anxious to avoid because they would favor more seasoned party elders.
En la imagen: el Senador Hubert Humphrey
Four weeks before West Virginia primary day, the tide had turned against JFK and he found himself trailing Humphrey by 20 points. Kennedy responded by moving his key campaign aides to West Virginia, calling on close friends to volunteer their time, and training county campaign chairs in 39 of the state's 59 counties to staff phone banks, host receptions, and go door to door to distribute literature. In framing the catholicism issue as one of tolerance versus intolerance, Kennedy appealed to West Virginia's long-held revulsion for prejudice; placed Humphrey, who had championed tolerance his entire career, on the defensive; and attacked him with a vengeance.
Humphrey, who was short on funds, could not match the well-financed Kennedy operation. Kennedy defeated his rival soundly, winning 60.8 percent of the vote. That evening, Humphrey announced that he was no longer a candidate for the presidency. Kennedy knew the nomination was his if he could hold his delegates together once they reached the convention.
Kennedy emerged as a universally acceptable candidate for the party after his victory in the West Virginia primary. With Humphrey and Morse out of the race, Kennedy's main opponent at the convention in Los Angeles was Senate Majority Leader Lyndon Johnson of Texas. Adlai Stevenson, the Democratic nominee in 1952 and 1956, was not officially running but had broad grassroots support inside and outside the convention hall. Senator Stuart Symington of Missouri was also a candidate, as were several favorite sons.
En la imagen: Bobby Kennedy, jefe de campaña de su hermano, en la Convención Demócrata de 1960, en Los Angeles.
Senator John F. Kennedy came to Los Angeles convention with 600 of the 761 delegates needed to secure the nomination. His political team (his brother Bobby, Kenneth O'Donnell, Pierre Salinger and Lawrence O'Brien) set up camp in Room 8315 of the Biltmore Hotel. The group worked to provide the remainder of support for the Massachusetts Senator, using timeworn convention tactics and old-line pressure. Bobby Kennedy, brother's campaign manager, was everywhere at the convention, commanding the Kennedy forces in an all-out attempt to swing undecided delegates their way.
Senator Lyndon Johnson had planned to sit out the primaries and present himself as a powerful compromise candidate at the convention. Since Johnson had supported oil depletion allowances (for tax purposes) throughout his career in the House and the Senate, important figures in the oil industry and the representatives of the oil states, headed by Speaker of the House Sam Rayburn (D - Texas), supported the candidacy of Lyndon Johnson. Rayburn was especially keen for Johnson to defeat Kennedy. These men knew that the Johnson candidacy could not be muscled by seeking individual Convention delegates. Their plans rested squarely on their control of Congress, on the enormous accumulation of political debts and uncashed obligations that, between them, Johnson and Rayburn had earned over years of the legislative trade.
Senator Lyndon Johnson portrayed the front-runner as being “too young and “too inexperienced”. Despite this dirty tricks campaign, Johnson was unable to stop Kennedy being nominated. The strategy backfired; Kennedy managed to win just enough delegates for a first-ballot nomination, despite last minute "Stop Kennedy" movements led by Johnson and others.
The presidential tally:
*John F. Kennedy 806
*Lyndon Johnson 409
*Stuart Symington 86
*Adlai Stevenson 79.5
*Robert Meyner 43
*Hubert Humphrey 41
*George Smathers 30
*Ross Barnett 23
*four others 3
That left Kennedy's choice of a running mate as the last major decision of the convention. At around 11 a.m. on the day a nominee was to be presented, John Kennedy visited Johnson in his hotel suite and offered him the vice presidency, despite opposition from many liberal delegates and Kennedy's own staff, including Robert Kennedy.
The selection of Lyndon Johnson as vice president was highly controversial. JFK actually wanted Senator Henry Jackson (D - Washington) as his running mate, and had offered the position to Johnson as a mere courtesy. After the Senate Majority Leader accepted, Robert Kennedy went to Johnson's suite to say that "JFK" had changed his mind. Johnson called the elder Kennedy to confirm this, and when it was not, the notorious "Lyndon Johnson/Robert Kennedy feud" was born.
En la imagen: un tenso Lyndon Johnson sigue el desarrollo de la Convención desde la habitación del hotel.
Kennedy’s close political advisers were shocked when Johnson accepted the post. They, like Kennedy himself, expected him to reject the offer. Why would Johnson give up his position as the second most powerful position in the country (Senate Majority Leader)? Kenneth O’Donnell was highly suspicious of Johnson’s motives. When he mentioned this to Kennedy he replied: “I’m forty-three years old, and I’m the healthiest candidate for President in the United States. You’ve traveled with me enough to know that. I’m not going to die in office. So the Vice-Presidency doesn’t mean anything. I’m thinking of something else, the leadership in the Senate. If we win, it will be by a small margin and I won’t be able to live with Lyndon Johnson as the leader of a small majority in the Senate.”
Politically, however, it proved an astute choice. Lyndon Johnson was an enthusiastic campaigner who gave the ticket credibilty in the South to win what was considered likely to be the closest election since 1916. But the success of their political collaboration would never erase the enmity between the vice president and the president's brother. (...)
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