viernes, 20 de agosto de 2010

Cuenta atrás para las primarias de Florida

En los próximos días debemos posar nuestra atención en Florida. La "polla de América" celebra primarias el martes para elegir candidatos al Senado, a Gobernador y a la Cámara de Representantes. La economía, la inmigración y las relaciones con Cuba centran las campañas. Entre las decenas de competiciones, daré prioridad a la primaria demócrata al Senado y la primaria republicana a Gobernador.

Sen (D): Meek vs. Greene

Este escaño pertenecía al republicnao Mel Martínez hasta que decidió retirarse sin cumplir su mandato que concluía en 2010. El Gobernador Charlie Crist nombró como sustituto provisional a su jefe de gabinete y amigo personal George LeMieux con la idea de lanzarse él mismo a por el escaño en las elecciones de este año. Las cosas se le complicaron cuando tomó la decisión de apoyar el multimillonario plan de estímulo económico de Obama provocando una revuelta en las bases republicanas y favoreciendo la candidatura insurgente de Marco Rubio. Temeroso de ser superado por Rubio en la primaria republicana, Crist anunció que se salía de la interna para competir como independiente en noviembre en una carrera a tres. Así pues, Rubio tiene asegurada la nominación del GOP este martes.

El interés se desplaza a la primaria demócrata, donde el Congresista afroamericano Kendrick Meek, hijo de la ex Congresista Carrie Meek, candidato preferido de la Casa Blanca, apoyado por figuras nacionales como Nancy Pelosi, John Kerry y Bill Clinton, se ha encontrado con un rival más duro de lo que creía en Jeff Greene, un multimillonario inversor del sector inmobiliario que vive en una enorme mansión de Palm Beach con vistas al Océano y yate de lujo. Greene se inscribió como candidato un día antes de que expirara el plazo y está financiando la campaña con su dinero.

Greene centra su mensaje en acusaciones de corrupción contra la familia Meek, hijo y madre, a los que acusa de haber recibido contribuciones de individuos y grupos a cambio de exenciones fiscales. Lo difunde a través de anuncios de televisión que ya le han costado más de 8 millones de dólares de su fortuna. La gente de Meek contraataca acusándole de haber contribuído con sus negocios a la actual crisis hipotecaria y airean polémicos relatos sobre las aventuras de Greene en su yate acompañado de su amigo el boxeador Mike Tyson recogiendo chicas en bikini por el Mar Negro.

Están tirando por lo personal porque en los asuntos más importantes hay pocas diferencias. Los dos son más o menos pro-vida, contrarios al aborto todo lo más o menos que se puede ser según el auditorio, se oponen a las perforaciones petrolíferas en la costa de Florida, hablan de energías verdes, y son igual de críticos con la nueva ley migratoria de Arizona. En cuanto a Cuba, Meek mantiene una posición más inflexible de apoyo al embargo, mientras que Greene habla de revisar el embargo. Meek es favorito para ganar la nominación. Ninguno de los dos parece que tenga nada que hacer en noviembre.

Gov (R): McCollum vs. Scott



La candidata demócrata a Gobernador de Florida será Alex Sink, la Tesorera del estado. Es la mejor candidata que tenían y no enfrenta apenas oposición en la primaria del martes. Es una demócrata estándar, promete favorecer los contratos estatales para empresas locales de Florida, está en contra de leyes migratorias que otorguen al departamento de policía demasiada responsabilidad en la política migratoria, y es favorable a utilizar sanciones económicas contra los empleadores que empleen a indocumentados. Y se ha trabajado el apoyo de algunas figuras de la comunidad cubana como el banquero Adolfo Henriques. La nominación demócrata será suya habiendo gastado menos de un millón de dólares.

En la primaria republicana sí están saltando chispas entre dos candidatos bien financiados. Por un lado está Bill McCollum, Fiscal General de Florida, el candidato del partido, el favorito, apoyado por la maquinaria del ex Gobernador Jeb Bush y por figuras nacionales como Mitt Romney, Rudy Giuliani, Mike Huckabee y Newt Gingrich. Enfrente tiene al candidato sorpresa Rick Scott, el hijo de camionero que se convirtió en el multimillonario director de una cadena de hospitales con casi 300,000 empleados a su cargo y en propietario de una firma de inversiones con intereses en varias industrias.

Scott es un hombre de creencias políticas poco definidas que para ascender en los sondeos se ha valido sobre todo de una posición de dureza en el tema migratorio. Tal ha sido su impacto en el debate migratorio que ha obligado a McCollum, hasta ahora mucho más flexible en el tema, a prometer una ley parecida a la de Arizona que convertiría en delito no llevar encima los papeles que acrediten el status migratorio. El difícil equilibrio puede poner en una situación comprometida a McCollum con sus muchos aliados hispanos en la comunidad puertorriqueña del área de Orlando.

Se calcula que Scott cuenta con una fortuna personal de más de 200 millones de dólares. Sólo para la primaria republicana se ha gastado cerca de 39 millones en anuncios televisivos, y sólo en esta última semana más de 5 millones. Pero es además un aceptable campaigner que el mes pasado recorrió por carretera todo el estado de punta a punta, desde Miami a Pensacola, para mantener un contacto más directo con el votante. McCollum se ha gastado también lo suyo, hasta 13 millones de dólares entre el dinero de su campaña y el aportado por grupos independientes afines como Florida First Initiative. Demasiado para alguien que cuando entró en la carrera creía tener la nominación en el bolsillo.

McCollum cuenta con el apoyo de los tres Congresistas cubano-americanos del estado, Ileana Ros-Lehtinen y los hermanos Lincoln y Mario Díaz-Balart, y confía en la importante ventaja estructural que supone para él el voto de los llamados "supervotantes", miembros de la próspera comunidad cubano-americana concentrada al sur del estado que nunca se pierden una elección. Pero tabién necesitará hacerlo bien en los bastiones republicanos del Oeste, los condados de Sarasota, Pasco o Fort Meyers. De especial importancia suele ser Sarasota en las primarias del GOP: en los últimos 16 años nadie ha ganado una primaria republicana en Florida sin ganar en Sarasota debido a la alta participación que registra ese condado en comparación con otros.

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